Lo m¨¢ximo peligra
Un fondo de inversi¨®n brit¨¢nico ha comprado la finca donde se encuentra Bodegas Lo M¨¢ximo
En Lavapi¨¦s hay muchos que temen ese momento. Y, a veces, ese momento acaba por llegar. Un fondo de inversi¨®n brit¨¢nico ha comprado la finca en la que se encuentra el ic¨®nico bar bodegas Lo M¨¢ximo (c/ San Carlos, 6), un edificio en el que hay unas 20 viviendas y tres locales comerciales. As¨ª se pone en riesgo uno de los lugares emblem¨¢ticos del barrio, uno de los ¨²ltimos baluartes del Lavapi¨¦s que va desapareciendo a marchas forzadas.
¡°Nos hab¨ªamos enterado de que los antiguos propietarios estaban intentando vender alguno de los pisos y nosotras nos ofrecimos a comprar nuestro local¡±, dice Piluka Aranguren, socia de las Bodegas junto con Elena Ros y Mamen Fuertes. ¡°No conseguimos una reuni¨®n y lo siguiente que supimos, mediante una carta, es que este fondo de inversi¨®n ha comprado el edificio entero. Los rumores dicen que quieren hacer una reforma integral¡±.
No puede decirse que bodegas Lo M¨¢ximo fuera un bar tradicional pero casi: como Bodegas M¨¢ximo hab¨ªa abierto sus puertas en los a?os 50, de mano de un se?or, efectivamente, llamado M¨¢ximo. ¡°Fue el primer bar del barrio con barra met¨¢lica y ambiente de ca?eo, hac¨ªan su propio vermut y era una ebullici¨®n de vida¡±, recuerda Aranguren. En 2.000 Paco, el hijo de M¨¢ximo, se lo traspas¨® las tres actuales socias, que trabajaban en el vecino El T¨ªo Vinagre, otro bar con solera barrial ahora cerrado. Hicieron de la necesidad virtud y solo a?adiendo el art¨ªculo ¡°lo¡± en el r¨®tulo convirtieron, abracadabra, Bodegas M¨¢ximo en bodegas Lo M¨¢ximo. Ahora el futuro del negocio no est¨¢ nada claro.
¡°No hemos conseguido comunicarnos con el fondo, solo con la empresa subsidiaria que hace los cobros de este local y de otros miles de pisos¡±, explica Aranguren, ¡°lo tenemos complicado porque nuestro contrato finaliza el pr¨®ximo mes de febrero y la ley, entonces, no nos proteger¨¢. Es hora de que los pol¨ªticos tomen cartas en este asunto¡±.
Debido a la falta de recursos, aunque no de imaginaci¨®n, las nuevas encargadas del local lo convirtieron, a su llegada, en una mezcla de dos ¨¦pocas: de alguna manera segu¨ªa siendo una taberna de toda la vida, pero algunos elementos (la bola de discoteca, el papel pintado, la iluminaci¨®n, sobre todo, la inconfundible fachada de gresite verde), la convert¨ªan en un genuino producto de aquel Lavapi¨¦s del cambio de siglo.
El Lavapi¨¦s de la mixtura, del arte contestatario, de las casas okupas, de la multiculturalidad, un Lavapi¨¦s donde los alquileres eran bajos porque a mucha gente le daba miedo irse a vivir, pero que ahora se muere de ¨¦xito. ¡°Antes a los turistas les dec¨ªan que no vinieran por aqu¨ª porque era peligroso¡±, recuerda con sorna Aranguren, ¡°pero este era un barrio donde los vecinos se conoc¨ªan y donde los que ten¨ªamos bares nos ayud¨¢bamos. Siempre ha habido una intensa vida cultural y pol¨ªtica¡±.
Adem¨¢s de un lugar de ca?eo tambi¨¦n se convirti¨® en un foco de actividad cultural, frecuentado en ocasiones por artistas como Tonino Carotone, Manu Chao, Ojos de Brujo, Kiko Veneno o Ferm¨ªn Muguruza. ¡°Eran los a?os del mestizaje y mucha gente de la que pas¨® por aqu¨ª tuvo ¨¦xito, como Eva Hache que empez¨® aqu¨ª con sus mon¨®logos¡±, recuerda Aranguren, ¡°luego tuvimos que dejar de hacer eventos durante la legislatura de Gallard¨®n por el endurecimiento de las condiciones para hacer actuaciones: hasta nos tuvieron dos meses cerradas¡±. Hace unos tres a?os lo han retomado con su evento estrella semanal: los mi¨¦rcoles de boleros.
La amenaza a bodegas Lo M¨¢ximo se une a otras desapariciones en Lavapi¨¦s (el bar San Lorenzo, el F.M., el bar Los Titos o el OSS2, no siempre por las mismas razones), por no mencionar los sonados desahucios o la saturaci¨®n de apartamentos tur¨ªsticos que est¨¢n cambiando la fisionom¨ªa del barrio (y de todo el centro de la ciudad) en tiempo r¨¦cord. ¡°Parece que de pronto alguien se ha dado cuenta de que ten¨ªa un barrio a explotar muy cerquita del centro y los cambios en los ¨²ltimos meses est¨¢n siendo cada vez m¨¢s r¨¢pidos¡±, concluye Aranguren, ¡°es penoso: van a destruir la esencia de Lavapi¨¦s¡±.
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