Miles de personas corren por las calles de la capital en el Marat¨®n de Madrid
El keniano Reuben Kerio y la et¨ªope Shasho Insermu han batido r¨¦cords de la prueba; el primer espa?ol ha sido el madrile?o Chema Mart¨ªnez, quinto
Miles de personas han corrido por las calles de la capital en el Marat¨®n de Madrid, celebrado este s¨¢bado. Adem¨¢s, cientos de miles de aficionados se han congregado en los alrededores del recorrido (que sal¨ªa del paseo de la Castellana, a la altura de la calle de Ortega y Gasset, y finalizaba en el paseo del Prado) para animar a los atletas. Ciento treinta corredores del Marat¨®n de Madrid han sido atendidos por el Servicio de Asistencia Municipal de Urgencias-Protecci¨®n Civil (Samur-PC), entre ellos un hombre que sufri¨® un infarto.
El keniano Reuben Kerio, con un ataque a cinco kil¨®metros de meta, y la et¨ªope Shasho Insermu, en solitario desde el minuto 15, han pulverizado con marcas de 2 horas 8 minutos y 18 segundos y 2 horas, 26 minutos, 24 segundos, los r¨¦cords del Marat¨®n de Madrid. Los kenianos Kipkemoi Kipsang, segundo y Kiprotich Kirui, tercero, tambi¨¦n han corrido por debajo del r¨¦cord anterior. Por su parte, Javi Guerra -quinto- ha logrado el mejor registro espa?ol de la historia con dos horas, 10 minutos y 19 segundos, m¨ªnima ol¨ªmpica, mejorando as¨ª en dos minutos la marca que en 2008 le dio el triunfo al madrile?o Chema Mart¨ªnez.
Guerra, radiante de alegr¨ªa, se ha envuelto en la bandera espa?ola despu¨¦s de cruzar la meta con un tiempo que mejoraba, incluso, sus previsiones m¨¢s optimistas en un trazado tan duro como el madrile?o y a una altitud superior a los 600 metros.La et¨ªope Shasho Insermu ha ganado por quinta vez un marat¨®n y ha causado todav¨ªa m¨¢s destrozos en el r¨¦cord femenino de Madrid, rebaj¨¢ndolo en m¨¢s cuatro minutos. Tambi¨¦n la segunda, su compatriota Tsegaye, ha corrido por debajo del r¨¦cord madrile?o.
Hasta ahora, los r¨¦cords del marat¨®n de Madrid estaban en poder de los kenianos Ezekiel Chebii y Valentine Jepkorir Kipketer. Por primera vez en su historia el marat¨®n madrile?o se ha corrido en s¨¢bado. Los organizadores tuvieron que adelantarlo un d¨ªa para no coincidir con las elecciones generales, lo que supuso -aseguran- una merma de medio mill¨®n de euros en los ingresos.
Un total de 33.265 corredores, entre el marat¨®n (9.466), el medio marat¨®n (15.799) y los 10 km (8.000), han aprovechado la jornada de reflexi¨®n electoral para ocupar las calles c¨¦ntricas de Madrid en la 42 edici¨®n de la carrera, que ostenta la etiqueta oro de la IAAF.
Las condiciones meteorol¨®gicas se presentaban id¨®neas: 10 grados en la salida, cielos despejados y sin viento para enfrentarse a un recorrido dif¨ªcil, que partiendo de Col¨®n ascend¨ªa hasta las Cuatro Torres, el punto m¨¢s alto (730 metros), para bajar por la Puerta del Sol hasta la Casa de Campo (580) y atacar el ¨²ltimo tramo en ascenso hasta la Plaza de Neptuno.
El ugand¨¦s Timothy Toroitich, omnipresente en la temporada de cross espa?ola (quinto en el Mundial de 2013), ha ejercido de liebre junto al keniano Emmanuel Bett. Ambos pasaron el kil¨®metro 10 en 30 minutos 39 segundos, pero la insistencia de Toroitich, que ten¨ªa el compromiso de tirar hasta el kil¨®metro 30, termin¨® por desgranar la cabeza. Una vez retirado Toroitich en el punto pactado, qued¨® al frente el keniano Kiprotich Kirui y Guerra resolvi¨® que hab¨ªa llegado el momento de seguir a su ritmo. Se qued¨® solo y seis se fueron por delante en el encinar para acometer la parte m¨¢s dura de la carrera.
En su primera experiencia en Espa?a, Reuben Kerio, el m¨¢s menudo del grupo delantero, tom¨® el mando en el kil¨®metro 37 y nadie tuvo respuesta para su ataque. La carrera femenina ha estado mucho menos disputada. Las primeras pasaron por el kil¨®metro 10 en 35:41 con una liebre de lujo: Jes¨²s Espa?a, que fue campe¨®n de Europa de 5.000 metros. Insermu, se fue por delante, junto con la liebre masculina Kebede, a la altura del kil¨®metro 15. Por el medio ten¨ªa 20 segundos de ventaja sobre las perseguidoras, un minuto por debajo del r¨¦cord, y a partir de ah¨ª su ventaja no dej¨® de crecer.
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