Madrid es otra cosa
Salvo los paracaidistas, todo lo dem¨¢s merece una enmienda a la totalidad en la tradicional celebraci¨®n del 2 de Mayo, d¨ªa de la Comunidad
![Dos paracaidistas ayer en la Casa de Correos.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/QGF24BWHMWEIFBVNZJSBE6FXQY.jpg?auth=3085c6a747d843f51e692965e5b414d3baa55f832acd0a33e67f54e9ad041cc6&width=414)
Madrid es otra cosa. Hay una l¨ªnea invisible que los dem¨®grafos descubrieron hace tiempo, una diagonal que divide la capital y la comunidad, seg¨²n la cual en un lado se concentran las clases m¨¢s acomodadas y en el otro las m¨¢s vulnerables, tres a?os de promedio de vida mediante les separan. Tambi¨¦n es una l¨ªnea ideol¨®gica, que puede explicar algunas cosas, pero no todas. Porque Madrid es mucho m¨¢s que eso, es una regi¨®n rica, libre, cosmopolita y extraordinariamente acogedora y emprendedora.
Madrid es la gente que se moviliz¨® el 11-M, incluidos los taxistas que dejaron a un lado el tax¨ªmetro (?har¨ªan lo mismo los VTC en el mismo caso?), Madrid es un fen¨®meno cultural que est¨¢ rompiendo barreras, Madrid son sus cient¨ªficos y sus nuevos empresarios, Madrid son las organizaciones que luchan al lado de los desfavorecidos, y sus emigrantes, y la comunidad china que ahora se moviliza.
Las autoridades de Madrid se citaron ayer en la Casa de Correos de la Puerta del Sol, en la tradicional celebraci¨®n del 2 de Mayo, d¨ªa de la Comunidad. All¨ª estaban las ¨¦lites pol¨ªticas para dar rango a la festividad, aunque andaban buscando el centro, sobre todo la derecha, que se ha perdido y ahora quiere recuperarlo. Y entre la derecha, ?ngel Garrido, mitad traidor, mitad fichaje (no es un gal¨¢ctico), que daba su punto de morbo: ahora tiene que besar el escudo de Ciudadanos. La escena era elocuente: un atasco de candidatos y asesores en fila esperando en un pasillo a ser entrevistados por un enjambre de c¨¢maras y micr¨®fonos, entre codazos y apretones. Un atasco m¨¢s, que debe ser una se?a de identidad digna de ser conservada, seg¨²n alguna candidata.
La fiesta comenz¨®, naturalmente, con el debido retraso (otra se?a de identidad), se procedi¨® a la entrega de premios y medallas, a un discurso irrelevante de un presidente en funciones igualmente irrelevante, m¨¢s un poco de zarzuela y un tradicional desfile. Todo esto sucede as¨ª cada a?o: ?a quien se le ocurre organizar un desfile en la Puerta de Sol? Unas decenas de militares, algunos con panza sobresaliente, junto al cuerpo de municipales cuya vestimenta se confunde con un ch¨¢ndal de rebajas. Salvo los paracaidistas, todo lo dem¨¢s merece una enmienda a la totalidad. Pero, ?por qu¨¦ cualquier celebraci¨®n que represente a Madrid debe organizarse en el centro geogr¨¢fico, entre atascos y apreturas, a?o tras a?o, zarzuela tras zarzuela?
Quiz¨¢s porque esto viene de atr¨¢s, de las disputas entre el Duque del verso suelto y la Marquesa de las Mamandurrias, en cuyo estanque de su residencia crec¨ªan las ranas (y, por lo que se ve ¨²ltimamente, tambi¨¦n alg¨²n sapo), para ver quien se hac¨ªa el Palacio m¨¢s grande y c¨¦ntrico. Quiz¨¢s, porque persiste una visi¨®n de Madrid demasiado peque?a y cortoplacista, de ah¨ª que algunas cosas de la pol¨ªtica madrile?a resulten tan provincianas, un error que deber¨ªan evitar los futuros dirigentes de la ciudad y de la comunidad.
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