Dolor y esplendor
La Sinf¨®nica asciende a lo m¨¢s alto con espl¨¦ndidas versiones de Mahler y Bruckner a cargo de Von Damerau e Inbal
La Orquesta Sinf¨®nica de Galicia (OSG) ha celebrado dos conciertos -jueves 2 en Santiago de Compostela y viernes 3 en A Coru?a- con las Kindertotenlieder de Gustav Mahler (1960-1911) y la Sinfon¨ªa n? 7 de Anton Bruckner (1824-1896). Conciertos de gran dureza f¨ªsica y emocional en los que la orquesta gallega ha brillado a la gran altura que se espera de ella cuando se aborda este tipo de repertorio. Dirigi¨® Eliahu Inbal y cant¨® la obra de Mahler la mezzosoprano Okka von Damerau,
Esta hizo una versi¨®n de acrisolada belleza de las Canciones para los ni?os muertos. Su nun will die Sonn¡¯ so hell aufghen fue como un b¨¢lsamo preventivo, con el aire de un autoenga?o ante la desgracia. Una misma l¨ªnea de serena hondura de la mezzosoprano en Nun seh¡¯ ich wohl¡ tuvo el contraste del dramatismo expresado por la parte orquestal dirigida por Inbal.
En Wenn den M¨¹tterlein la intensidad de la cantante subi¨® alg¨²n punto, dando paso a una expresi¨®n m¨¢s abierta de dolor. Oft denck¡¯ ich, sie sind nur ausgegangen fue como un respiro concedido por Von Damerau: una vuelta a la serenidad, siempre desde la belleza de su timbre y aplicando su impecable t¨¦cnica vocal al servicio tanto del texto como de la partitura.
In diesem Wetter, in diesem Braus fue la ¨²nica de las cinco canciones en que Von Damerau mostr¨® una cierta debilidad de su registro m¨¢s grave. Pero el car¨¢cter de inquietud, ya claramente desatada en la voz, y su matizaci¨®n din¨¢mica tuvieron la excelencia general de su versi¨®n de este duro ciclo. La parte orquestal ¨Cllamarla acompa?amiento ser¨ªa minusvalorar la grandeza de la composici¨®n mahleriana- estuvo brillante por parte de Inbal y en manos y bocas de los m¨²sicos de la Sinf¨®nica.
Y Bruckner en toda su mejor expresi¨®n para una segunda parte de m¨¢xima altura y brillantez. Inbal se declara amante impenitente tanto de la m¨²sica de Mahler como de la del organista de Sankt Froilan. Su aprendizaje de esta ¨²ltima con quien fue su mayor profeta en la Tierra, Sergiu Celibidache (1912-1996), se puede apreciar en sus versiones.
La de la S¨¦ptima del viernes en el Palacio de la ¨®pera de A Coru?a tuvo esa bendita huella del gran director rumano. Su principal caracter¨ªstica fue una gran tensi¨®n expresiva, que en vez de depender de la intensidad sonora- fue el armaz¨®n de todos sus matices, tanto din¨¢micos como t¨ªmbricos. El control del sonido fue as¨ª natural en cada uno de los crescendi y bruscos cambios de intensidad caracter¨ªsticos del sinfonismo de Bruckner y a lo largo de toda la obra mostr¨® asimismo un manejo de los tempos y la ag¨®gica -esa intensidad no escrita pero inherente a lo plasmado en la partitura-. Con un director as¨ª en el podio, la Sinf¨®nica se crece, como toda orquesta que tenga la suerte de poder contar con ¨¦l, y eso se nota tanto en el concierto como en la satisfacci¨®n de sus m¨²sicos despu¨¦s de este.
Entrar en detalles de una obra de una hora larga de duraci¨®n ser¨ªa farragoso. Baste decir que estuvieron brillantes cada secci¨®n ¨Calguna entrada imprecisa no es borr¨®n apreciable cuando tanto y ten bien se ha escrito- y cada solista y que a algunos aficionados la sinfon¨ªa se les hizo corta. Y es que este Bruckner de Inbal no es aquel que tantas veces sufrimos de las interminables versiones con climax malogrados por escasez o incluso ausencia de la necesaria tensi¨®n en su discurso. Usted siga viniendo, maestro; que aqu¨ª siempre es bien recibido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.