Perder la cabeza en Venecia

En mayo de 1972, hace justo 40 a?os, el v¨¢ndalo m¨¢s c¨¦lebre de todos los tiempos atac¨® La Piedad de Miguel ?ngel da?ando seriamente la Virgen con 15 martillazos. El acto provoc¨® una oleada de conmoci¨®n y un shock planetario, mucho m¨¢s hondo y sentido del que suscitan miles de muertos humanos de guerras y hambrunas. Surge a partir de la reflexi¨®n sobre las pasiones viscerales y las reacciones emocionales, a veces incontrolables, que generan las estatuas, la propuesta del Pabell¨®n de Catalu?a para la Bienal de Arte de Venecia, que la consejera de Cultura, Mari¨¤ngela Vilallonga, ha inaugurado este viernes. To lose your head (Idols) alude precisamente al poder de las im¨¢genes y su capacidad para dominarnos no como algo inerte, sino como una entidad viva y por tanto mortal. De ah¨ª que, como pas¨® con las estatuas de Lenin o Saddam Hussein la masa enfurecida no se contente con derribarlas sino que quiera decapitarlas y cegarlas, como un asesino que no puede mirar los ojos de su v¨ªctima. Los fen¨®menos de iconoclasia e iconodulia atraviesan las ¨¦pocas, los pa¨ªses y las sociedades, desde los bizantinos del siglo IX hasta el intento de cortar la cabeza del monumento a Jordi Pujol a Premi¨¤ de Dalt en 2016. Todo esto y mucho m¨¢s lo explica el comisario Pedro Azara, doctor en Arquitectura y docente de Est¨¦tica y Teor¨ªa del Arte, conocido por haber comisariado exposiciones inolvidables como Las casas del alma en el CCCB.

Por primera vez Catalu?a, que de la mano del Institut Ramon Llull participa por sexta vez, no lo hace con un proyecto de artista, sino con un trabajo de tesis y corte documental que firma el propio comisario. En el pabell¨®n convertido en un angosto pasaje, el visitante experimentar¨¢ una desasosegante proximidad con cuatro estatuas, especialmente representativas del amor odio que pueden llegar a generar. ¡°El montaje se inspira de la forma menos escenogr¨¢fica posible en el dep¨®sito municipal de V¨ªa Favencia donde se amontonan reliquias franquistas retiradas de las calles con esculturas p¨²blicas mutiladas e incluso violadas, que pese a ello conservan un enorme poder¡±, ha explicado Azara, que por tierra y por mar ha tra¨ªdo a Venecia el Paso del Santo Entierro de Tarragona, la cabeza del alcalde Porcioles de Joan Brossa, el Monumento a Llu¨ªs Companys de Francisco L¨®pez y el Monumento a los ca¨ªdos de Genaro Iglesias.

Esta ¨²ltima es quiz¨¢s la obra con la historia m¨¢s intrigante, ya que por pura ignorancia fue encargada por los franquistas a un artista republicano represaliado que en su ejecuci¨®n se tom¨® m¨¢s de una licencia, sustituyendo el soldado por un campesino, el fusil por una azada y eliminando cualquier rasgo reconocible de la bandera. ¡°Los historiadores han rehabilitado esta obra considerada franquista y es posible que vuelva al espacio p¨²blico¡±, ha indicado Azara. La historia de estos monumentos y de otros 11 se despliega en una amplia secci¨®n documental a trav¨¦s de recortes de diarios y fotograf¨ªas. Desgraciadamente no han sido traducidos de modo que pese a la tem¨¢tica universal dif¨ªcilmente ser¨¢n apreciados por los visitantes multinacionales de la Bienal. Lo que todos entender¨¢n es el prop¨®sito de la m¨¢quina expendedora donde se pueden conseguir objetos de adoraci¨®n (senyeras, flores o velas) y destrucci¨®n (martillos y piedras a 40 euros, botecitos de orina y pintura por s¨®lo 6 euros). ¡°Depender¨¢ del visitante decidir como usarlos, haci¨¦ndose cargo de las posibles repercusiones legales e incluso penales. De todos modos todas las obras est¨¢n debidamente aseguradas¡±, ha explicado Azara, dejando un cierto halo de misterio sobre la permisividad de los vigilantes.

En el proyecto los artistas tienen una presencia testimonial, a trav¨¦s del v¨ªdeo de Albert Garc¨ªa Alz¨®rriz, que a partir de un relato de Kafka crea una narraci¨®n hipn¨®tica en un laberinto espacial y temporal donde reviven las estatuas derribadas y de la performance que Marcel Borr¨¤s ha concebido para los d¨ªas de la vernice, la semana para profesionales que precede la inauguraci¨®n. En ella la actriz Marta Aguilar interpreta las vicisitudes de algunas estatuas como el Monumento a los ca¨ªdos de Clar¨¢ que fue objeto de varios atentados o la Estatua ecuestre de Franco que fue recientemente vandalizada durante una exposici¨®n organizada por el Centro de Cultura y Memoria del Born. Adem¨¢s, en el cat¨¢logo se recogen textos de seis artistas que han trabajado la dicotom¨ªa entre adoraci¨®n y destrucci¨®n a lo largo de su trayectoria como Francesc Torres, Perejaume o Lua Coderch.