La funci¨®n pol¨ªtica de Ciudadanos
Es momento de que Cs recupere su antigua funci¨®n de partido bisagra. Hay muchas f¨®rmulas. El partido debe ser humilde por su inferioridad en votos y esca?os, el PSOE debe ser generoso para pasar p¨¢gina
Ciudadanos (Cs) fue creado como partido en 2006 con la finalidad principal de enfrentarse sin complejos a la transversalidad del nacionalismo catal¨¢n que estaba a punto de aprobar un nuevo Estatuto de Catalu?a, un grave error que nos ha conducido donde ahora estamos. De naturaleza centrista, nunca situado en los extremos del arco pol¨ªtico, su programa hund¨ªa sus ra¨ªces en el liberalismo y la socialdemocracia, las dos ideolog¨ªas preponderantes en Europa desde 1945. En realidad, pretend¨ªa ocupar en Catalu?a un espacio electoral vac¨ªo, ajeno al nacionalismo identitario, que por razones distintas no ocupaban ni el PSC ni el PP.
A?os m¨¢s tarde, hacia 2012, Cs opt¨® por extenderse al resto de Espa?a y, desde las elecciones europeas de 2014, empez¨® a adquirir una relevancia en el ¨¢mbito nacional. Junto con Podemos, que tuvo mucho m¨¢s impacto, se pas¨® del llamado bipartidismo imperfecto a un cuatripartidismo al que hace unos meses se a?adi¨® Vox. La culminaci¨®n del ¨¦xito de Cs fue ser el partido m¨¢s votado en las elecciones catalanas de 21 de diciembre de 2017. La funci¨®n pol¨ªtica de Cs era, por tanto, distinta en Catalu?a y en el resto de Espa?a. En Catalu?a, hab¨ªa fundamentos para aspirar a encabezar el Gobierno de la Generalitat, con un PP muy d¨¦bil, un PSOE ausente por incomparecencia y un PSC desde siempre acomplejado por el miedo a ser tildado de partido anticatal¨¢n.
En Espa?a, en cambio, la funci¨®n pol¨ªtica de Cs deb¨ªa ser distinta. Los dos grandes partidos pueden entrar en s¨²bitas crisis, antes le sucedi¨® al PSOE y ahora al PP, pero tienen una implantaci¨®n territorial y una robustez dif¨ªcil de abatir a corto plazo. Pero el papel de Cs era muy interesante: constituirse en partido bisagra entre estas viejas y a¨²n poderosas formaciones con el fin de que, como hab¨ªa sucedido en tantas ocasiones, para formar mayor¨ªas parlamentarias de gobierno no dependieran de los partidos nacionalistas vascos y catalanes, ni tampoco de los nuevos partidos populistas situados en los extremos, Podemos y Vox.
Dej¨® encajarse en las llamadas ¡°tres derechas¡± sin rechistar y convoc¨® el bochornoso acto de Col¨®n
Esta funci¨®n la empez¨® a cumplir Cs en 2016, primero con el PSOE en una investidura fallida, despu¨¦s con el PP en el ¨²ltimo y d¨¦bil Gobierno Rajoy, as¨ª como tambi¨¦n en comunidades como Andaluc¨ªa y Madrid. Dado el relativo ¨¦xito obtenido, era previsible que en la tanda actual de elecciones hubiera seguido en esta posici¨®n de partido centrista y bisagra, tan eficaz para el sistema en su conjunto.
Sin embargo, inesperadamente, en los ¨²ltimos seis meses Cs abandon¨® esa meritoria tarea y opt¨® por sumarse a la derecha pretendiendo vanamente, como era de esperar, encabezarla para acceder a presidir el Gobierno del Estado. Un cambio de estrategia equivocado y contrario, adem¨¢s, a los principios que identificaban al partido. Dej¨® encajarse en las llamadas ¡°tres derechas¡± sin rechistar, convoc¨® el bochornoso acto de Col¨®n y excluy¨® pactar, en su caso, con el PSOE, si los resultados electorales lo propiciaban.
Y lo que es peor, contribuy¨® a dividir a los partidos espa?oles en izquierdas y derechas en lugar de partidos constitucionalistas y populistas, sean estos ¨²ltimos de car¨¢cter nacionalista o social. En definitiva, cambi¨® su funci¨®n en el sistema de partidos sin lograr tras las elecciones, ni por asomo, encabezar el bloque de derechas tal como pretend¨ªa.
?Hay margen para la rectificaci¨®n? Sin duda a¨²n quedan unas semanas para formar Gobiernos, primero municipales y auton¨®micos, despu¨¦s el Gobierno nacional. En todo caso, a pesar de todos estos errores, Cs es clave para alcanzar pactos de gobierno en importantes municipios, tambi¨¦n en algunas comunidades aut¨®nomas y, sobre todo, para el gobierno nacional. En los pr¨®ximos cuatro a?os Espa?a se enfrenta a complejos desaf¨ªos y necesita, a mi parecer, un Gobierno estable y s¨®lido. La ¨²nica posibilidad de alcanzar un Gobierno de esta naturaleza es llegar a alg¨²n tipo de pacto con el PSOE ya que suman en conjunto 180 diputados. Las dem¨¢s f¨®rmulas ¡ªsocialistas con Podemos y nacionalistas¡ª solo generar¨ªan inestabilidad y, probablemente, desgobierno.
Es momento de que los intereses generales se sit¨²en por encima de los intereses de partido y Cs recupere su antigua funci¨®n de partido bisagra. Hay muchas f¨®rmulas para el acuerdo. Cs debe ser humilde por su inferioridad en votos y esca?os, el PSOE debe ser generoso para pasar p¨¢gina de recientes desencuentros. Seguramente muchos votantes de ambos partidos agradecer¨¢n que empiecen a aproximarse mostrando estas actitudes. Tambi¨¦n en la UE ser¨¢ bien visto.
Francesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional.
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