Rivas Vaciamadrid, la exaltaci¨®n de lo p¨²blico
El municipio, con la mitad de renta que los pueblos ricos, lidera la tasa de actividad en Espa?a y ocupa los primeros puestos en esperanza de vida y natalidad
No tiene la renta per c¨¢pita de los municipios ricos del?noroeste de Madrid ¡ªBoadilla del Monte, Pozuelo de Alarc¨®n, Majadahonda y Las Rozas¡ª ni su concentraci¨®n de empresas, ni urbanizaciones en las que viva la jet set espa?ola. El metro cerraba muy pronto y en las carreteras de acceso a veces hay atascos. Sin embargo, en Rivas Vaciamadrid se vive bien, muy bien.
Al menos eso se deduce del informe Indicadores Urbanos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), en el que la ciudad acumula datos muy positivos en algunos de los indicadores m¨¢s relevantes. Por tercer a?o consecutivo, es la ciudad con mayor tasa de actividad (70,9%) de Espa?a, ocupa el sexto lugar en esperanza de vida al nacer (84,6 a?os), se encuentra entre las 10 ciudades con tasas de paro inferior al 10% y entre las 15 con mayor n¨²mero de hijos (1,49 cuando la media es de 1,34).
Espa?a, desde esta semana, sabe que Rivas existe y hasta sabe situarlo en el mapa.
Su historia es la de una utop¨ªa que s¨ª funcion¨® m¨¢s all¨¢ de la M-30. Un lugar donde la especulaci¨®n de la vivienda se ha frenado con pol¨ªticas p¨²blicas y donde los servicios a los vecinos ¡ªcolegios, parques e instalaciones deportivas¡ª funcionan decentemente. Lo colectivo, en t¨¦rminos generales, ha primado sobre la individualidad.
¡°Hemos logrado estos datos con la mitad de renta que los municipios ricos (13.649 frente a los 25.957 de Pozuelo de Alarc¨®n, por ejemplo, que tiene una poblaci¨®n similar) y, por lo tanto, con la mitad de ingresos. Y eso tiene que ver con la distribuci¨®n de los recursos p¨²blicos¡±, explica el alcalde en funciones, Pedro del Cura, en una sala de reuniones del Ayuntamiento. Del Cura es de Izquierda Unida, que lleva gobernando el municipio desde 1991. Este mandato gobern¨® con Podemos y Equo, un partido ecologista.
M¨¢s de la mitad de las viviendas de la ciudad (92.000 habitantes) tiene alg¨²n tipo de protecci¨®n. La empresa municipal de la vivienda ha construido m¨¢s de 4.100 viviendas, 3.476 en compraventa y en 640 para alquilar. El precio de la vivienda no se ha disparado, como si ha ocurrido en otros lugares de Madrid. Un dato: el Ayuntamiento de Madrid termin¨® de construir en los ¨²ltimos cuatro a?os 65 viviendas, casi 10 veces menos.
El cooperativismo es parte de su historia. El peque?o pueblo de Rivas qued¨® destruido durante la Guerra Civil. Se erigi¨® de nuevo a finales de los a?os cincuenta sobre las ruinas del antiguo casco urbano. Cooperativas vinculadas al movimiento obrero y al movimiento vecinal comenzaron a levantar viviendas en sus alrededores, en medio de la nada. Los vecinos, por su cuenta, se hicieron cargo de levantar parques, jardines, colegios. Nadie lo iba a hacer por ellos. Hab¨ªa un sistema para compartir coches que se dirig¨ªan a Madrid, como si fueran diligencias. Todo se construy¨® desde un sentido colectivo. ¡°Fue una forma de entender lo p¨²blico. Lo que hemos conseguido es que no se quede en una experiencia identitaria de los a?os ochenta, sino que forme parte del alma de la ciudad. Fomentamos ese servicio de pertenencia donde uno no viene a vivir sino que viene a implicarse y a hacer comunidad¡±, dice Del Cura.
Anticiudad dormitorio
Rivas intenta quitarse el sambenito de ciudad dormitorio. El 70% de los vecinos trabaja fuera, la gran mayor¨ªa en Madrid. Ese dato se elevaba 10 puntos hace una d¨¦cada pero el Ayuntamiento ha intentado atraer empresas y desarrollar dos parques industriales. Lo ideal es que se viva aqu¨ª y se trabaje aqu¨ª. Sediasa, la distribuidora del Grupo Fuertes, distribuye desde este lugar productos a todos los Carrefour de Espa?a. Lleg¨® con 500 empleos bajo el brazo. Tambi¨¦n lo hizo Oes¨ªa, especializada en el desarrollo tecnol¨®gico para el ej¨¦rcito.
Ana Blanco, de 40 a?os y madre de dos hijos, lleg¨® hace seis meses a la ciudad con su pareja. La familia se mud¨® desde el Ensanche de Vallecas, un barrio nuevo que, a su modo de ver, no ha terminado de cuajar. ¡°Los barrios de las afueras de Madrid est¨¢n un poco abandonados. Aqu¨ª, en cambio, tenemos muy buenos servicios, buena educaci¨®n, bibliotecas...¡±, enumera.
Sus hijos han pasado de estudiar en un colegio concertado a uno p¨²blico, como el 90% de los ni?os de la ciudad: ¡°Tenemos suerte de tener el colegio cerca. Tienen buena fama¡±.
Blanco, que trabaja fuera del municipio, encuentra problemas en los accesos a la ciudad y en el transporte p¨²blico, que cree muy mejorable. El Ayuntamiento pele¨® este mandato porque el metro cerrara a la 1.30, como en el resto de la red, y no a las 00.00. Al final lo consigui¨® y desde enero funciona el horario habitual del suburbano.
Si uno conduce por Pozuelo de Alarc¨®n lo hace por las calles de Europa, Juan Pablo II y Leopoldo Calvo-Sotelo. Se cruza a menudo con coches de alta gama y colegios privados cuya matr¨ªcula cuesta m¨¢s de 1.000 euros al mes. La Finca, la urbanizaci¨®n de lujo, parece un b¨²nker. Unos se?ores con cara de pocos amigos te preguntan en la puerta ad¨®nde vas. El mundo sufre una metamorfosis en Rivas. A un lado, se levanta el auditorio Pilar Bardem. Al otro, el que lleva el nombre de Miguel R¨ªos. M¨¢s all¨¢ el Centro de Recursos Ambientales Chico Mendes. Avenida de Pilar Mir¨®, calle de Carmen Maura. M¨¢s abajo, el Centro de Recursos Juveniles Che Guevara. En el centro comercial no hay una cafeter¨ªa Mallorca ni un supermercado de S¨¢nchez Romero, el m¨¢s caro de Espa?a. Aqu¨ª unos se?ores tiran al arco en una diana en un centro deportivo municipal, al que uno puede asomarse sin parecer un ladr¨®n de bancos.
El dato de natalidad no sorprende a nadie. Cada vez son m¨¢s las parejas de clase media que se instalan en Rivas atra¨ªdos por el precio de la vivienda, los servicios p¨²blicos y la cercan¨ªa a Madrid (los vecinos repiten como una letan¨ªa que estamos a 14 kil¨®metros de Madrid aunque, eso, con tr¨¢fico, puede ser un viaje largo). Uno de ellos es ?scar Garrido, un profesional liberal de 39 a?os que acaba de instalarse en Rivas con su mujer y sus dos hijos. ¡°Es un lugar bastante friendly con las familias¡±, dice. Considera que aqu¨ª uno puede comprarse una vivienda a un precio razonable: ¡°Todav¨ªa te puedes permitir una vivienda para una familia por un precio que no sea desorbitado y que puedas asumirlo sin dejarte m¨¢s de un cuarto del sueldo¡±.
Otros dos datos de Rivas: es el cuarto municipio con menor tasa de pobreza y el tercero con menos viviendas vac¨ªas. En este ¨²ltimo punto se han desarrollado varias iniciativas municipales. El Ayuntamiento alquila m¨¢s de 600 viviendas en un r¨¦gimen muy poco estricto. El alquiler oscila entre los 400 y los 450 euros, pero si alguien pierde su empleo o se encuentra en problemas econ¨®micos puede alegarlo y suspender el pago hasta que se desahogue. Uno podr¨ªa esperar que esto sirviera para que una minor¨ªa sin conciencia se aprovechara pero Del Cura asegura que no suele ocurrir.
La izquierda lleva gobernando la ciudad 28 a?os y al calor de los resultados del 26-M volver¨¢ a hacerlo al menos otros cuatro a?os m¨¢s. IU-Equo-Mas Madrid, PSOE?y Podemos suman una mayor¨ªa que supera la que podr¨ªan aglutinar Ciudadanos, PP y Vox. ¡°Continuaremos con la defensa de lo p¨²blico porque los ricos heredan lo de sus padres pero la gente humilde solo tiene de herencia los servicios p¨²blicos¡±, acaba Del Cura.
¡®Cohousing¡¯ para la tercera edad
En Rivas Vaciamadrid se est¨¢n desarrollando en estos momentos tres proyectos para gente de la tercera edad que quiera compartir un espacio com¨²n en el que vivir durante los ¨²ltimos a?os de su vida. Se trata de una manera de no pasar los ¨²ltimos d¨ªas en una residencia o dependiendo de familiares. La idea es que se agrupe gente con afinidades que construyan espacios que est¨¦n abiertos a los barrios, no como entes aislados.
Otro de los proyectos que intenta recuperar el Ayuntamiento es el del taxi compartido. Como en Rivas viven 300 taxistas de Madrid, los responsables municipales pensaban que ser¨ªa buena idea que, mediante una aplicaci¨®n, pudieran irse cargados en su primer viaje a la ciudad con vecinos que compartir¨ªan los gastos de la carrera. Se crearon paradas espec¨ªficas para este servicio. La Comunidad de Madrid se opuso a este modelo pero la idea de la ciudad es tratar de recuperarlo.
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