Goya y Picasso muestran su habilidad con el grabado

Goya y Picasso, con permiso de Durero y de Rembrandt, son dos de los mejores grabadores de las historia del arte. El aragon¨¦s, pero, sobre todo, el malague?o fueron genios que cultivaron todos los palos del arte. Tambi¨¦n el del grabado, experimentando con t¨¦cnicas como la punta seca, el aguafuerte y la aguatinta ¡ªt¨¦cnica especialmente nueva en la ¨¦poca de Goya¡ª y la t¨¦cnica litogr¨¢fica en el caso de Picasso. Los dos crearon piezas excepcionales que han acabado siendo, por su n¨²mero y calidad, una parte fundamental de sus respectivas obras. La galer¨ªa A34 (calle Aribau 34 de Barcelona, hasta el 19 de junio) una selecci¨®n de estas producciones seriadas.

En el caso de Goya se pueden ver ejemplares de sus cuatro grandes series: los Caprichos, con su cr¨ªtica mordaz a la sociedad de la ¨¦poca, satirizando vicios y conductas humanas; los Desastres, denunciando la irracionalidad de la violencia humana y sus terribles consecuencias; la Tauromaquia, la m¨¢s popular, reflejando todo los relacionado con los toros y los Disparates, que recuerda, y muchos sus pinturas m¨¢s misteriosas, las Pinturas Negras. Dentro del primer grupo, destaca el Capricho 39. Asta su abuelo, (el Asno literato) uno de los 26 dibujos que forman parte de la serie Los Sue?os.

Por su parte, de Picasso, que realiz¨® grabados desde el comienzo de su producci¨®n hasta poco antes de fallecer en 1973, pueden verse algunas de las estampas de la Suite Volard, de las series El escultor en su estudio, El Minotauro y de sus ¨²ltimas producciones como grabador, realizadas entre 1968 y 1972, casi todas cargadas de una fuerte dosis de erotismo y grandes referencias a los maestros del pasado como Vel¨¢zquez, Ingres, Delacroix, Manet y Degas, adem¨¢s de Rembrandt y Goya, con los que comparti¨® pasi¨®n por este arte.