Pioneros del Orgullo: cuando el armario se abri¨®
Cuatro personas LGTBI reviven cuatro d¨¦cadas de defensa y reivindicaci¨®n por los derechos del colectivo
Madrid, 1979. Una joven Carla Antonelli (G¨¹¨ªmar, Tenerife, 1959) posa a la entrada de una tienda del Rastro. Acaba de llegar a la capital y no todo es tan bonito como esperaba. Se hab¨ªa eliminado La Ley de Peligrosidad y Rehabilitaci¨®n Social franquista que persegu¨ªa a las personas del colectivo LGTBI ¡ªque por aquel entonces ni siquiera se llamaba as¨ª¡ª, pero la represi¨®n continuaba. ¡°Los arrestos y las palizas en comisaria que sufr¨ªamos, especialmente las personas transexuales, eran nuestro pan de cada d¨ªa¡±, recuerda Antonelli: ¡°Fueron los momentos m¨¢s duros de mi vida¡±.
Unos a?os antes, Boti Garc¨ªa (Madrid, 1945) luchaba tambi¨¦n por encontrarse a s¨ª misma. ¡°Crecer en una Espa?a gris, bajo el dogma nacionalcatolicista, fue una tortura para las personas homosexuales y transexuales¡±, narra. Ya sab¨ªa que era lesbiana cuando se hizo la foto que ha repetido para este reportaje: ¡°Tendr¨ªa unos 27 o 28 a?os y ten¨ªa claro que me gustaban las mujeres, pero no hab¨ªa referentes; la sensaci¨®n de soledad era tremenda¡±.
Tanto era as¨ª que, en aquella ¨¦poca, Mili Hern¨¢ndez (Madrid, 1959) cre¨ªa que ¡°Martina Navratilova y yo ¨¦ramos las ¨²nicas lesbianas que exist¨ªan en la Tierra¡±. ¡°Ante una crisis existencial como la que ten¨ªa, decid¨ª marcharme de Espa?a¡±, cuenta Hern¨¢ndez. Viaj¨® primero a Londres y despu¨¦s a Nueva York, donde pos¨® para una foto en 1985. Se acababa de cortar el pelo, el ¨²ltimo gesto para romper con el pasado. ¡°Por fin me hab¨ªa encontrado a m¨ª misma¡±.
El ambiente neoyorquino estaba a a?os luz del madrile?o. ¡°La comunidad LGTBI se hab¨ªa levantado ante la opresi¨®n en Stonewall 16 a?os antes y aunque no era un escenario id¨ªlico, se respiraba otra tolerancia¡±, dice Hern¨¢ndez. ¡°Me gusta resaltar la palabra comunidad porque en ella encontr¨¦ mi refugio, ya no estaba sola, hab¨ªa encontrado a personas como yo con las que poder luchar por nuestras vidas¡±, a?ade.
Quiz¨¢s el Madrid de principios de los ochenta no era el m¨¢s tolerante, pero s¨ª era mejor que el Burgos natal de Javier S¨¢ez (1965). Aquel joven de la foto, con apenas 17 a?os y una alambicada barba, encontr¨® en la capital a otras personas del colectivo y poco a poco se dio cuenta de que no bastaba con la supervivencia personal: ¡°Hab¨ªa que luchar por los derechos de todos y todas¡±.
Ellos, como muchos otros luchadores y luchadoras del colectivo LGTBI son los protagonistas del Orgullo 2019 ¡ªcuyo lema es ¡°Mayores sin armarios¡±¡ª, que arranco ayer con el preg¨®n de M¨®nica Naranjo desde la plaza de Pedro Zerolo (en homenaje al activista y pol¨ªtico fallecido en 2015).
La cita culmina el s¨¢bado con la gran manifestaci¨®n que recorrer¨¢ el paseo del Prado tras una pancarta con el mensaje ¡°Ni un paso atr¨¢s¡±. Una reivindicaci¨®n dirigida al partido de ultraderecha Vox, clave para que PP y Ciudadanos se hicieran con el gobierno municipal y cuyos votos tambi¨¦n necesitan las derechas si aspiran a regir la Comunidad.
¡°No se puede perder de vista el presente¡±, apunta Boti Garc¨ªa, en referencia al avance de la ultraderecha y a sus continuas amenazas al colectivo LGTBI. La l¨ªder regional de Vox, Roc¨ªo Monasterio, arremeti¨® el lunes contra la celebraci¨®n del Orgullo aduciendo que la cita ¡°denigra la dignidad de la persona¡±. Su hom¨®logo en el Ayuntamiento, el edil Javier Ortega Smith, reclam¨® en campa?a electoral trasladar la celebraci¨®n a la Casa de Campo.
Compromiso con la lucha
Antonelli asumi¨® que deb¨ªa utilizar su repercusi¨®n social ¡ªen la d¨¦cada de los ochenta grab¨® el primer documental tem¨¢tico sobre transexualidad que se emiti¨® en La 2¡ª ¡°para liderar la lucha por los derechos de las personas transexuales¡±. Ya en los noventa aterriz¨® en el PSOE como coordinadora del ?rea Transexual del Grupo Federal LGTBI. M¨¢s tarde, en 2011, se convirti¨® en la primera mujer transexual en acceder a un cargo de representaci¨®n parlamentaria como diputada de la Asamblea de Madrid, donde repite esta legislatura.
Por su parte, Garc¨ªa se uni¨® al colectivo COGAM ¡ªfundado en 1986¡ª, del que lleg¨® a ser presidenta. M¨¢s tarde ostentar¨ªa tambi¨¦n este cargo en la Federaci¨®n Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB). ¡°No quedaba otra, hab¨ªa que luchar¡±, dice la activista, que el a?o pasado recibi¨® la Medalla de Oro de Madrid como reconocimiento a su trayectoria en la defensa de los derechos del colectivo.
A su vuelta a la capital espa?ola, Mili Hern¨¢ndez fund¨® en 1993 la librer¨ªa Berkana ¡ªla primera dedicada a la tem¨¢tica LGTBI en Espa?a y que a¨²n hoy regenta¡ª como homenaje a las librer¨ªas londinenses Gay's The World y Oscar Wilde. ¡°Me salvaron la vida¡±, recuerda, ¡°fueron aquellos libros los que me ayudaron a deconstruirme como mujer heterosexual y construirme como mujer lesbiana¡±. ¡°A mi regreso, en los noventa, es cierto que me encontr¨¦ otra Espa?a, pero a¨²n quedaba mucho por hacer¡±, cuenta Hern¨¢ndez.
Un hito en las conquistas de los derechos del colectivo por los que tanto se hab¨ªa luchado lleg¨® en 2005 con la aprobaci¨®n de la Ley de Matrimonio Igualitario, aprobada por el presidentes socialista Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero; una norma que el PP llev¨® al Constitucional y contra la que se manifest¨® en Col¨®n. ¡°A¨²n recuerdo ese momento: el Congreso en pie aplaudiendo¡±, rememora Hern¨¢ndez con la voz entrecortada. ¡°Me sent¨ª m¨¢s espa?ola que nunca, estaba orgullosa de lo que hab¨ªamos conseguido, hab¨ªamos pasado por la izquierda y por la derecha a pa¨ªses como Estados Unidos o Reino Unido, aquellos a los que yo emigr¨¦ en busca de libertad¡±.
¡°Para darse cuenta de lo que se ha conseguido, solo hay que ver qu¨¦ porcentaje de la sociedad estaba en contra de la homosexualidad hace 40 a?os (el 80%); hoy, un porcentaje incluso mayor quiere vernos integrados en la sociedad¡±, a?ade Garc¨ªa. ¡°Esto lo hemos conseguido entre todos, hay que recordar tambi¨¦n a los compa?eros y compa?eras que lucharon y ya no est¨¢n¡±, contin¨²a.
Otro gran hito fue la Ley de Identidad de G¨¦nero de 2007. ¡°Nos permiti¨® cambiar de nombre sin necesidad de operarnos, una ley que ahora necesita una reforma que introduzca la despatologizaci¨®n de la transexualidad y que incluya tambi¨¦n a los menores trans¡±, apunta Antonelli.
Para S¨¢ez, soci¨®logo y activista de una corriente LGTBI m¨¢s reformista, ¡°no es suficiente¡±. ¡°Est¨¢ muy bien que se hayan dado estos pasos, pero seguimos viviendo en un sistema heterocentrista, es necesario cambiar esto para conseguir una igualdad real¡±, sostiene. ¡°Y, sobre todo, hay que mirar hacia otras personas del colectivo: racializadas, refugiados, personas sin hogar¡¡±. Tambi¨¦n hay minor¨ªas dentro de una minor¨ªa.
Es inevitable sentir nostalgia ante tanto recuerdo. ¡°?Qu¨¦ mona estabas, nena!¡±, se dice a s¨ª misma Antonelli mirando su foto. ¡°?Qui¨¦n te iba a decir entonces que llegar¨ªas hasta aqu¨ª?¡±, agrega. S¨¢ez, si pudiera, felicitar¨ªa a ese muchacho de la foto: ¡°Qu¨¦ bien hiciste en marcharte de Burgos¡±. Mientras que Garc¨ªa tranquilizar¨ªa a esa joven Boti: ¡°No te preocupes, no vamos a permitir que vuelva esa Espa?a en blanco y negro¡±. Y, con los ojos vidriosos, Hern¨¢ndez le dir¨ªa a esa Mili de 1985 que s¨ª: ¡°S¨ª se puede ser feliz y parte de un colectivo oprimido durante siglos¡±.?
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