¡°Lo amigable es enemigo de las ¡®performances¡±
Omar Jerez ha recorrido el mundo haciendo performances
Ciudad Ju¨¢rez, la frontera de las dos Coreas o el barrio napolitano de Scampia no son lugares se?alados en gu¨ªas de viaje. Omar Jerez, sin embargo, los ha visitado junto a su pareja, la fot¨®grafa Julia Mart¨ªnez, para realizar performances. Su oficio como artista de obras inclasificables tambi¨¦n le ha llevado, a sus 38 a?os, a simular el cautiverio de Ortega Lara en un espacio de las mismas dimensiones. O a pasear por Donosti con un ¡®cadaver¡¯ como los que causaban los atentados de ETA.
?Qu¨¦ es ser un performer?
Entiendo la performance como un ejercicio donde la vida y el arte est¨¢n unificados en un mismo elemento. La concibo como una herramienta de vida o muerte. No la distingo de m¨ª mismo. Es una extremidad m¨¢s. Tengo piernas y brazos, pero tambi¨¦n performance, aunque sea algo invisible. Es una actitud interior.
?Cu¨¢ndo nacieron estas muestras esc¨¦nicas?
Hay varios cap¨ªtulos. Empiezan con las vanguardias, en los a?os 20. Estaban, por ejemplo, los futuristas (que curiosamente eran considerados por algunos cr¨ªticos como fascistas). Luego, desde los 70, fueron visibilizadas en Estados Unidos por Marina Abramovic. Al final no es m¨¢s que utilizar tu propio cuerpo como expresi¨®n art¨ªstica.
En su caso, ?c¨®mo empez¨®?
Por casualidad. Quiz¨¢s tenga que ver con que era adicto a las sectas como algo sociol¨®gico. Encontr¨¦ ah¨ª que estaba como en una performance, porque vi una realidad donde la gente utiliza patrones de conducta que les indican c¨®mo vivir, eliminando la incertidumbre y el estr¨¦s.
?Los performers tienen algo de secta?
Creo que s¨ª, porque terminan haciendo un mundo paralelo. Para ser performer lo principal es estar rematadamente loco. Una persona conservadora, con un ritmo ordinario, tiene reprimido el cuerpo. Y las perfomances son lo contrario: no hay normas.
?Cu¨¢l ha sido su acci¨®n m¨¢s arriesgada?
Oficialmente, la de repartir 2.500 peri¨®dicos sobre la Camorra en N¨¢poles, cada uno representando a un muerto de este grupo mafioso. Ten¨ªamos 6.000, pero nos vinieron a echar. Y no oficial, la que no sale en ning¨²n sitio, la peor, es estar conmigo mismo. Es insufrible e insoportable.
?Se pueden exponer estas obras en un museo?
Las performances deben estar fuera de las instituciones, para que no sean moldeadas por la autoridad ni se atengan a un reglamento. No hablo de que sea una acci¨®n delictiva o vand¨¢lica, pero s¨ª rompedora.
?Ha habido casos de domesticaci¨®n institucional?
Marina Abravomic hac¨ªa cosas maravillosas, pero se ha convertido en una caricatura de s¨ª misma y vive de las rentas. Con Esther Ferrer, igual: durante el franquismo fue muy llamativa y ahora ha dejado de ser hist¨®rica.
?Qu¨¦ tienen que suscitar estas acciones?
Incomodidad y rechazo. Cuanto m¨¢s rechazo provoque, m¨¢s fuerte es el lenguaje del artista. Porque hay que apelar a la naturaleza humana. Estamos acostumbrados al confort y hay que colocar a la persona contra la pared. El discurso no tiene que ser amigable. Al rev¨¦s: lo amigable es enemigo de las performances.
?C¨®mo viv¨ªa antes?
Era br¨®ker, que tambi¨¦n tiene su riesgo. El br¨®ker y el perfomer se conectan porque las dos cosas implican riesgo. Pero, mientras en lo primero puedes hacerte millonario, en esto te empobreces.
No da mucho dinero.
Nada. Ni siendo el primero del mundo. Si es marginal dentro del mundo del arte, imag¨ªnate para el gran p¨²blico. La gente colecciona pintura o escultura, pero no esto. La ¨²nica posibilidad es vender el registro fotogr¨¢fico o en v¨ªdeo. O un objeto utilizado, como la bolsa de las hamburguesas que tir¨¦ a Corea del Norte. Porque la performance en s¨ª es ef¨ªmera.
Despu¨¦s de ir a hacer cosas por ah¨ª, ?c¨®mo ves Madrid?
Pese a que el panorama espa?ol es bastante desolador en el terreno art¨ªstico, porque es muy correcto y naif, Madrid es maravilloso. Eso es incuestionable. Cada d¨ªa sufres la locura, el infierno, la tristeza, la alegr¨ªa, la belleza o la fealdad. Tenemos todo: es tan maravillosa que no necesita ni playa. Es su punto de soberbia est¨¦tica.
?Y qu¨¦ le dicen sus padres de su oficio?
Lo detestan. Es algo que rompe el honor de mi familia. No solo hago arte, sino que me juego la vida. Preferir¨ªan mil veces que fuera inform¨¢tico, ingeniero espacial o constructor de camiones
El artista como obra de arte
Una gran performance?crea una alteraci¨®n en alguien, dice. Acaba de prensetar El 'performer' como objeto con otros cuatro artistas en la galer¨ªa Tres Por Cuatro. ?l adopt¨® una "doble identidad". como un represaliado del Holocausto frente a un plato con nombres de nazis jud¨ªos y cuberter¨ªa del Tercer Reich.
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