El vuelo sobre unas zapatillas rusas
Una jornada con los bailarines del ballet de San Petersburgo, que act¨²an este verano en Madrid con ¡®El lago de los cisnes¡¯ y ¡®La bella durmiente¡¯
Su vida est¨¢ en una maleta. No son turistas, pero vuelan para danzar por los aires. Los artistas del ballet de San Petersburgo han desembarcado este verano en la capital, en el teatro Edp de Gran V¨ªa, desde el 2 de julio y hasta el 4 de agosto con El lago de los cisnes y La Bella Durmiente (entradas entre 20 y 40 euros).
Entre bambalinas y a primera vista, en el ballet ruso todo parece disciplina y cierta rigidez: cinco a?os movi¨¦ndose sobre las puntas de los pies imprimen car¨¢cter. Estos artistas dedican su cuerpo y alma a perfeccionar el arte de expresar con el cuerpo sus sentimientos encima de un escenario.
En el mundo de la danza es una idea extendida que para tener una buena carrera es necesario caminar sobre las puntas de los pies desde que se nace. En realidad, es una forma m¨¢s de explicar que no basta tan solo con bailar hasta la extenuaci¨®n: hace falta talento natural.
En el caso de M¨®nica Fern¨¢ndez, sin embargo, la frase cobra un sentido casi literal: a los 10 a?os, empez¨® a bailar en M¨®stoles en una academia de su barrio, pero su pasi¨®n por el baile, cuenta, ¡°se gest¨® desde la infancia, cuando empec¨¦ a gatear o incluso antes¡±. Hoy, con 26 a?os, forma parte de una de las compa?¨ªas m¨¢s prestigiosas del mundo. A la mostole?a la dirige el legendario Andrey Batalov (director creativo de la compa?¨ªa): ¡°Al comienzo cuesta adaptarse a las costumbres de los rusos, pero poco a poco lo vas logrando e incluso aprendiendo palabras del idioma¡±.
Las diferencias culturales no acaban en el lenguaje. Para los rusos, la danza es toda una forma de vida: ¡°El ballet ruso se diferencia del resto de compa?¨ªas en que nosotros tenemos escuelas en donde preparamos a nuestros bailarines para entrar en las compa?¨ªas¡±, explica el director general, Andrey Sharaev. ¡°Y es un trabajo de por vida¡±, agrega, ¡°en Espa?a, por ejemplo, van contratando a las bailarinas y bailarines por uno o dos a?os, en funci¨®n de c¨®mo vaya el mercado¡±.
Aunque la mostole?a Fern¨¢ndez educ¨® su cuerpo en Espa?a, tiene los modos rusos casi en la sangre: en Madrid pas¨® diez a?os form¨¢ndose con profesores de baile rusos. Ellos grabaron una idea a fuego en su mente: deb¨ªa consagrar su vida a participar alguna vez en una representaci¨®n de alto rango del ic¨®nico El lago de los cisnes. Lo ha conseguido.
Durante la estancia en Madrid, Fern¨¢ndez aprovecha para visitar la casa de sus padres ¡°a diario¡±. Sus compa?eros, sin embargo, residen en unos apartamentos, en la calle de Juan Bravo, en el elegante Barrio de Salamanca. En la tercera planta est¨¢ el dormitorio del actor Levgen Lagunov, que interpreta al pr¨ªncipe Sigfrido en El lago de los cisnes. El espacio ¡ªuna peque?a habitaci¨®n¡ª se llena apenas con dos camas sencillas en donde todas las mesas est¨¢n llenas de juguetes y herramientas para cuidar de su hijo peque?o. Vino a la gira acompa?ado de su esposa, que aunque tambi¨¦n es bailarina, en esta ocasi¨®n no acude a actuar sino dedicada a su faceta maternal.
Sus dos amigas m¨¢s cercanas en la compa?¨ªa son las italianas Nicole Ferazzino y?Valeri Ferrazzino, dos hermanas de Mil¨¢n, de 22 y 27 a?os, respectivamente. ¡°Estudi¨¢bamos en una academia rusa y en el espect¨¢culo de final de a?o vino a vernos el director de la compa?¨ªa. Nos ofreci¨® a las dos unirnos al ballet¡±, recuerdan. Desde hace cinco a?os bailan con el ballet de San Petersburgo. ¡°Nuestra madre sufre cada vez que nos vamos de casa¡±, reconocen. La realidad es que cuando est¨¢n de gira tienen poco tiempo para conocer las ciudades donde representan. ¡°Nuestro sitio favorito de Madrid es el parque del Retiro porque podemos caminar y montarnos en las barquitas¡±, dice Ferazzino.
Hoy la compa?¨ªa no madrug¨®: la ¨²ltima funci¨®n del d¨ªa anterior acab¨® al filo de la medianoche. Han aprovechado el d¨ªa para estar en la piscina. ¡°Para desentumecer los m¨²sculos¡±, apunta Ferazzino antes de hacer unas piruetas en el agua. A las 16.00 hay que salir para el teatro: media hora despu¨¦s empieza el ensayo diario, previo a la funci¨®n. Tras revisar las puntas de sus zapatillas, la italiana recoge el tut¨² y lo mete todo en una maleta.
Cuando llegan al teatro, todas las entradas est¨¢n vendidas ¡ª¡°Ocurre casi cada noche¡±¡ª. ¡°Es la obra m¨¢s representada de la historia de la danza. Su trama recorre toda la gama de emociones humanas porque transcurre entre el amor y la magia, enlazando en el argumento la eterna lucha del bien y del mal¡±, explica la productora, Tatiana Solovieva.
El ensayo est¨¢ a punto de empezar. Ferazzino y Deberdeyev siguen en los camerinos. ¡°P¨¢same la laca¡±, pregunta una. Est¨¢n sentadas, rodeadas de medio de decenas de tut¨²s. Ferrazzino se tensa el mo?o: ¡°Tiene que quedar muy apretado¡±, apunta. Adem¨¢s de la laca, pegamento: ni un pelo rebelde. Para la cara, colorete y brillo: ¡°Para darle un aire m¨¢s natural¡±.
El director art¨ªstico, Andrey Batalov, est¨¢ a punto de empezar. Todo empieza con una clase de puntas. ¡°Una bailarina que forme parte de mi ballet debe tener dos cualidades: car¨¢cter y muchas ganas¡±, dice Batalov. En ese momento se une a las bailarinas una joven madrile?a llamada Clara, de 25 a?os.
Clara no forma parte de la compa?¨ªa, pero viene a clase con las dem¨¢s bailarinas. ¡°Por si alg¨²n d¨ªa necesitan una suplente¡±, dice entre estiramientos. ¡°Al principio me daba miedo porque son muy exigentes y hay barreras culturales¡±, cuenta Clara. ¡°A veces no ten¨ªa claro si me estaban rega?ando o no¡±, bromea.
Cuenta, como el resto de espa?olas, que se comunica con ¡°unas cuantas palabras¡±. Todos los ensayos son en ruso. No pasa nada: a todos les une en escena el lenguaje del ballet especial.
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