El S¨®nar encumbra el poder latino
Bad Bunny fue term¨®metro de la evoluci¨®n de un festival que super¨® su edici¨®n m¨¢s dif¨ªcil, pero dejando avisos
Era extra?o entrar en el escenario principal del S¨®nar nocturno y escuchar reggaeton, y no una canci¨®n, un gui?o, sino varias. Pinchaba Fake Guido, productor entre otros de la Bad Gyal que por la tarde hab¨ªa triunfado en el Village. Era tambi¨¦n extra?o no escuchar ingl¨¦s a destajo y en cambio ver a tantos vecinos expectantes. Algo ha pasado en el Sonar que enfilaba su recta final: el festival que avanza el futuro no ha dado la espalda al presente, a esa m¨²sica latina que ya hab¨ªa estado en otras ediciones pero que en ¨¦sta alcanzaba la vanguardia del cartel con una primera figura de la m¨²sica urbana en castellano. Y fue un ¨¦xito absoluto.
En consideraci¨®n a su condici¨®n de estrella, Bad Bunny sali¨® con un cuarto de hora de retraso, algo que casi nunca ocurre en el S¨®nar. Que el festival no se traicionaba program¨¢ndolo qued¨® claro ya con la disposici¨®n del escenario, mostrando un disc-jockey que lanzaba las pistas instrumentales y un recitador, Bad Bunny, redondeando una puesta en escena t¨ªpica del hip-hop, uno de los g¨¦neros m¨¢s cuidados del certamen. Sali¨® la estrella llamando la atenci¨®n, cubierto con una guerrera y pantalones de camuflaje, manga larga, botas, sombrero con mosquitera y gafas de sol. Imposible verle la cara, s¨®lo su voz extra?a, nasal, como de t¨®mbola, certificaba que de ¨¦l se trataba. Y desat¨® el ¨¦xtasis. A todo esto, el hangar del S¨®narClub ya estaba tan lleno como con Underworld la v¨ªspera, y mucho m¨¢s repleto que con Stormzy tambi¨¦n la v¨ªspera. Algo ha cambiado.
Y ese algo es la m¨²sica latina, que con artistas como Bad Bunny se acerca al reggaeton, a las baladas pop y al trap sin soluci¨®n de continuidad. Si los brasile?os hablan de MPB (m¨²sica popular brasile?a) bien podr¨ªa hablarse ya de MLC (m¨²sica latina contempor¨¢nea) para definir la sopa r¨ªtmica propia de artistas como Bad Bunny. Con un repertorio minado con ¨¦xitos, desde la gran Estamos bien a cl¨¢sicos latinos como Te bote, pasando por M¨ªa, en la que una estrella anglo como Drake canta en castellano, ¡°apropiaciones¡± como la del I Like It de Cardi B o la postrer Calladita, Bad Bunny galvaniz¨® a una audiencia que, cosa tambi¨¦n ins¨®lita en el Sonar, se dej¨® o¨ªr a trav¨¦s de las gargantas de ellas. Incluso cuando Bad Bunny enton¨® el Ricky renuncia con el que se pide la dimisi¨®n del gobernador de Puerto Rico, su pa¨ªs y el de muchas de las asistentes. El poder de la m¨²sica latina est¨¢ aqu¨ª, y quien no quiera darse cuenta ser¨¢ atropellado por ella.
Ba?o de realidad
Y eso ha pasado en un a?o en el que el S¨®nar (donde la polic¨ªa recuper¨® 80 m¨®viles robados y detuvo a 25 personas) ha recibido un ba?o de realidad y ha sobrevivido. Que se trata de uno de los mejores, si no el mejor, festival de Espa?a y de los m¨¢s importantes del mundo (abre sedes en M¨¦xico y Atenas) es una evidencia, la misma que le sit¨²a como un cliente, y no prioritario, para la Fira que le alberga y que le ha cambiado este a?o de fechas sin que le tiemble el pulso dado que el negocio es superior con otros cert¨¢menes. Aviso para navegantes. Por otro lado, tambi¨¦n ha quedado claro que pese a la garant¨ªa de su nombre como festival, conseguida tras a?os de trabajo certero y conceptualizaci¨®n ejemplar, si no hay cabezas de cartel suficientes, como este a?o, el p¨²blico afloja. En suma, S¨®nar es capital y Barcelona lo necesita, pero quienes tienen mando en plaza creen que hay otras cosas que al menos son tan importantes como un festival que, dado su cambio de accionariado, algunos pueden dejar de percibir como el proyecto exclusivo de tres brillantes emprendedores locales.
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