Un baile carnal que invita a ¡°gozar sin intriga¡±
Desde enero de 2017, Erik Alejandro Iglesias se hace llamar Cimafunk
Tal vez su nombre a¨²n no les suene, pero an¨®tenlo: quiz¨¢ dentro de unos meses, cuando ande en boca de todo el mundo, presuman de que ustedes fueron de los primeros en escucharlo. Desde enero de 2017, Erik Alejandro Iglesias, un cubano sonriente y estiloso de 30 a?os reci¨¦n cumplidos, se hace llamar Cimafunk y bajo ese alias est¨¢ provocando un severo terremoto bailongo a orillas del Caribe. ¡°Algunos en La Habana todav¨ªa no aciertan a escribir bien mi nombre, pero me paran por la calle tarareando mis estribillos. Sobre todo, el de Me voy pa¡¯ mi casa, pero si quieres me voy pa¡¯ la tuya¡±, desvela este oriundo de un pueblito junto a Pinar del R¨ªo, en la llanura cubana, que no hace tanto era un t¨ªmido contumaz y ahora escribe t¨®rridas e irresistibles descargas de funk afrocubano. ¡°La carne es m¨¢s palpable que el alma o el esp¨ªritu, hermano¡±, resume con gesto p¨ªcaro: ¡°La sensualidad te vuelve loco, lo mismo en La Habana, Egipto o Madrid¡±.
Hace no tanto, aseguran sus allegados, Erik era un muchacho avispado pero mucho m¨¢s modosito. Tanto que ¡°cantaba con los ojos cerrados o escondi¨¦ndose tras unas gafas de sol¡±, como le recuerda con guasa su representante. Iglesias proviene de una comarca agraria y tabaquera, jam¨¢s pas¨® por una academia de m¨²sica y a¨²n hoy dice ¡°no saber la diferencia entre un re sostenido y un re menor¡±. Pero su madre cantaba lindo por la casa y ¨¦l mismo descubri¨® su vocaci¨®n en el coro de la iglesia evangelista del pueblo.
¡°La religi¨®n me vino bien para sacarme de otros modos de vida m¨¢s problem¨¢ticos¡±, se sincera. Con los a?os, no lleg¨® a perder la fe, pero se ha desvinculado de esos ambientes. ¡°Aunque creo que debe existir un ente superior, no me siento capaz de comprenderlo del todo¡±, avisa, ¡°por eso decid¨ª volverme m¨¢s carnal que espiritual. La carne te hace m¨¢s feliz, y ese es el mensaje que pretende transmitir mi m¨²sica: si¨¦ntanse, apri¨¦tense, provoquemos un estado de enajenaci¨®n con el que gozar sin intriga¡¡±.
El componente l¨²brico ¡ªen Paciente, Parar el tiempo o el mencionado Me voy¡ª resulta tan manifiesto como imparable. Y corrobora la candidatura de Cimafunk ¡ªal que muchos toman por la versi¨®n caribe?a de James Brown¡ª como el m¨²sico con mayor proyecci¨®n de la nueva m¨²sica cubana. ¡°A m¨ª, antes me daba mucha pena actuar, hasta que comprend¨ª que deb¨ªa anteponer mi disfrute para transmit¨ªrselo a mis propios m¨²sicos y a la gente. Cimafunk le ha ayudado a Erik a quererse, a sentirse bien consigo mismo¡±. Lo comprob¨® la noche del 6 al 7 de abril, justo en su 30 cumplea?os, cuando actuaba en uno de los m¨¢s m¨ªticos locales de Nueva Orleans. ¡°Me tir¨¦ un mes preparando aquel concierto del Tipitina¡¯s, porque en esa ciudad todo el mundo sabe mucho de funk. Estaba temeroso de que no hubiera casi nadie en la sala, pero acab¨¦ viviendo mi experiencia m¨¢s m¨¢gica¡±.
Admite que su m¨²sica no es apta para todos los p¨²blicos, porque a algunos ni?os o mayores podr¨ªa escandalizarles, ¡°pero los chamaquitos son los primeros que me mandan v¨ªdeos canturreando mis canciones¡±. Y se muestra condescendiente con el reguet¨®n, fatigado del estigma que le persigue como una m¨²sica predominantemente machista. ¡°El reguet¨®n es un g¨¦nero m¨¢s y tiene todo el derecho a existir. No podemos discriminarlo, igual que no podemos consentir la discriminaci¨®n sexual. El problema es cuando el mensaje no es positivo. Pero al final cada uno dice lo que quiere y todo tiene su momento¡±, razona.
Habr¨¢ oportunidad de comprobarlo esta noche, sin l¨ªmite de g¨¦nero ni edad. El debut absoluto de Cimafunk sobre suelo espa?ol ser¨¢ a las 21.00 en el auditorio Plaza ?ngel Franc¨¦s (Puente de Vallecas), dentro de los Veranos de la Villa y con entrada completamente gratuita.
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