S¨¢nchez en su laberinto
Perpetuarse en el poder parece ser la ¨²nica idea fija de Pedro S¨¢nchez tras observar su incoherente trayectoria. Con un manejo tan interesado de las instituciones pol¨ªticas, este final era previsible
Mientras Pablo Iglesias iba desgranando reproches y propuestas, el rostro de Pedro S¨¢nchez se iba demudando. ?En qu¨¦ l¨ªo estoy metido?, parec¨ªa preguntarse entre descompuesto y desconcertado.
La tensa sesi¨®n de investidura del lunes por la tarde result¨® apasionante, no pod¨ªas alejarte ni un segundo de la pantalla. No s¨®lo por los argumentos que se expon¨ªan y las punzantes frases con las que todo se salpicaba sino tambi¨¦n por las miradas, los gestos, la expresi¨®n de las caras de los respectivos l¨ªderes y de los diputados de las distintas bancadas. Hab¨ªa que ir analiz¨¢ndolo todo para entender cabalmente el sentido de un debate que se desarrollaba a ritmo trepidante. La conclusi¨®n final ¡ªescribo estas l¨ªneas antes la votaci¨®n del martes¡ª es que S¨¢nchez est¨¢ atrapado en la tela de ara?a que ¨¦l mismo ha ido tejiendo durante estos ¨²ltimos a?os. Recordemos.
El problema de Pedro S¨¢nchez arranca de las elecciones de diciembre de 2015 y las dificultades para formar gobierno en el a?o siguiente. Se hab¨ªa pasado de un sistema pol¨ªtico bipartidista a uno multipartidista pero los partidos no lo hab¨ªan asimilado. En estos casos casi nunca nadie gana las elecciones por mayor¨ªa absoluta sino que, simplemente, unos partidos obtienen m¨¢s votos que otros. Entonces, hay que establecer alianzas entre fuerzas pol¨ªticas afines para formar gobiernos sustentados en mayor¨ªas suficientes. Si ello no resulta posible, tambi¨¦n cabe salir elegido presidente por la abstenci¨®n de otros partidos para as¨ª obtener m¨¢s votos a favor que en contra.
Han pasado ya casi tres meses de las elecciones y la sesi¨®n de investidura da la sensaci¨®n que nada estaba negociado
Precisamente, la abstenci¨®n socialista es lo que distanci¨® a S¨¢nchez de la mayor¨ªa del comit¨¦ federal del PSOE. Tras el fracaso de una investidura fallida las alternativas que se le planteaban al PSOE como partido perdedor eran, o bien abstenerse para facilitar la investidura de Rajoy, o bien intentar un gobierno de Pedro S¨¢nchez con el apoyo de Podemos y los nacionalistas vascos y catalanes, lo que Rubalcaba bautiz¨® como ¡°gobierno Frankenstein¡±.
El comit¨¦ federal opt¨® por la abstenci¨®n para facilitar que Rajoy gobernara y S¨¢nchez, partidario del modelo Frankenstein, decidi¨® dimitir. Pero meses despu¨¦s se anim¨® a presentarse a las primarias de su partido para ser elegido candidato secretario general y las gan¨®. Un a?o m¨¢s tarde presenta una moci¨®n de censura para derrotar a Rajoy apoyado por las mismas fuerzas pol¨ªticas, de nuevo gana y pasa a ser presidente del Gobierno.
De entrada, parec¨ªa que se limitar¨ªa a convocar elecciones dada la dificultad de gobernar con tales compa?eros de viaje pero enseguida se aposenta en el Gobierno, nombra a ministros y otros altos cargos para reforzar su posici¨®n en el partido, aprueba decretos-ley sin las debidas exigencias constitucionales y s¨®lo convoca elecciones cuando no tiene fuerza suficiente para aprobar los presupuestos. Con un manejo tan interesado de las instituciones pol¨ªticas, este final era previsible.
Han pasado ya casi tres meses de las elecciones y la actual sesi¨®n de investidura da la sensaci¨®n que nada estaba negociado y, lo que parec¨ªa estarlo, un gobierno de coalici¨®n con Podemos y algunas abstenciones, solo estaba cogido con alfileres. Para colmo, S¨¢nchez comete dos notorias torpezas. Primera, de forma inoportuna plantea una reforma del art. 99 de la Constituci¨®n. Pero, segundo y sobre todo, deber¨ªa haber previsto la irritaci¨®n l¨®gica de Podemos y los independentistas catalanes al pedir, insistentemente y de forma suplicante, que PP y Ciudadanos se abstuvieran para as¨ª no tener que apoyarse en sus votos o formar con ellos un gobierno.
La conclusi¨®n final es que S¨¢nchez est¨¢ atrapado en la tela de ara?a que ¨¦l mismo ha tejido en estos ¨²ltimos a?os
Es decir, al mismo Pedro S¨¢nchez que gana las primarias del PSOE porque es partidario de un gobierno con Podemos y compa?¨ªa, que es Presidente del Gobierno tras la moci¨®n de censura gracias al apoyo de dichas fuerzas, le entra un s¨²bito v¨¦rtigo cuando ve que est¨¢ vinculado por sus promesas y compromisos. ?Es que no lo hab¨ªa pensado antes? ?O lo hab¨ªa pensado pero quer¨ªa agarrarse al poder como fuese y con quien fuera?
En un momento dado del debate, S¨¢nchez le dijo a Casado: ¡°Usted no tiene derecho a meter a Espa?a en un laberinto¡±. ?El llamado gobierno Frankenstein es un laberinto? El enfado y la desconfianza de aquellos con los cuales parec¨ªa que iba a pactar estaba justificado. Seg¨²n S¨¢nchez, gobernar con ellos es meterse en un laberinto pero no lo es gobernar en solitario mediante la abstenci¨®n de PP y Ciudadanos. Rivera lo apuntill¨® al decir: ¡°El ¨²nico plan de S¨¢nchez es perpetuarse en el poder¡±. Veremos como acaba todo pero perpetuarse en el poder parece ser la ¨²nica idea fija de Pedro S¨¢nchez tras observar su incoherente trayectoria.
Francesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional.
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