¡®Urbex¡¯, apasionados por el abandono
Asombrosos lugares en ruinas descubiertos por exploradores urbanos contempor¨¢neos
Donde el resto de los mortales vemos un edificio abandonado carente de inter¨¦s, ellos ven la belleza de lo decadente. Son los urbex ¡ªacr¨®nimo de ¡°exploradores urbanos¡±¡ª, amantes de la fotograf¨ªa que encuentran inspiraci¨®n y chutes de adrenalina en bloques de viviendas, f¨¢bricas, palacios, hoteles, cines, hospitales, discotecas¡ En definitiva, cualquier lugar deshabitado y castigado por el paso del tiempo. Dos de ellos nos explican c¨®mo es su modus operandiy hablan de algunos de estos templos de la ruina, con pistas algo vagas en ocasiones pues una de sus normas es no revelar las ubicaciones exactas de los lugares que visitan.
El Hospital de la Barranca (en Navacerrada, Madrid) fue ¡°el primer abandono y con el que conect¨¦ con el movimiento urbex¡±, explica Fran Lens, creador del portal AbandonedSpain.com. ¡°Es un sanatorio de inicios del siglo XX, en la sierra, y estaba destinado a tuberculosos, para que respirasen aire limpio. Est¨¢ todo destrozado y es sobrecogedor¡±, contin¨²a Lens sobre este vac¨ªo lugar, tambi¨¦n conocido como Hospital del Santo ?ngel y que funcion¨® como sanatorio psiqui¨¢trico hasta mediados de los a?os noventa.
La atracci¨®n de Lens por la cultura urbex le viene desde peque?o. ¡°Me met¨ªa en casas en ruinas en el pueblo, en alguna cueva¡ Pero mi afici¨®n actual va ligada a mi pasi¨®n por la fotograf¨ªa: me di cuenta de que en estos lugares puedes hacer una fotograf¨ªa diferente¡±, explica. Marc Raj¨¢, que forma parte de G.A.L.A. (Grupo de Amigos de Lugares Abandonados) se inici¨® tambi¨¦n de ni?o: ¡°Con 10 u 11 a?os, en Salou, visitaba mas¨ªas abandonadas, hoteles¡ Todo por curiosidad¡±.
Los urbex encuentran estos lugares explorando el territorio. ¡°Somos un grupo de seis o siete personas y vamos siempre atentos. Si localizas algo mientras vas por la carretera, lo apuntas en un mapa. Quienes nos siguen en la web tambi¨¦n nos dan pistas¡±, explica Lens el funcionamiento de su grupo.
Como a cualquier afici¨®n, tratan de dedicarse a ella cada fin de semana. Siempre en grupo. ¡°Sobre todo por seguridad: hay estructuras inestables o puedes clavarte un clavo¡±, a?ade Lens. Las visitas pueden durar entre una hora y el d¨ªa entero. La b¨²squeda nunca cesa ¡ªni en vacaciones, ni en una comida familiar¡ª, por lo que un urbex con recorrido puede conocer m¨¢s de mil lugares abandonados u olvidados.
En sus incursiones, llevan una mochila con, al menos, una c¨¢mara de fotos y algo para generar una buena iluminaci¨®n. ¡°Siempre llevo linterna y tambi¨¦n una antorcha LED para v¨ªdeo. Guantes, mascarillas para el polvo, buen calzado y pantal¨®n largo¡±, enumera Raj¨¢.
¡°Cuando descubres un lugar, lo primero es emoci¨®n¡±, describe Lens. ¡°Tambi¨¦n te imaginas el uso que se le dio: si es una f¨¢brica, piensas qu¨¦ se pudo producir all¨ª, lo que pudo llegar a sentir la gente que trabajaba¡¡±. En el Aquasur de Aranjuez, abandonado desde 2005, uno se puede imaginar el agua corriendo y centenares de personas deslizando por sus toboganes. A pesar de la experiencia, Raj¨¢ reconoce que siempre que se descubre un nuevo enclave, siente ¡°muchos nervios¡±: ¡°Da igual que seas veterano, siempre hay nervios¡±.
Los urbex no son friquis. Ni gamberros o devotos del botell¨®n. ¡°Si los sitios est¨¢n cerrados, no se entra. No se fuerza nada ni se rompe nada, porque no somos delincuentes, somos fot¨®grafos¡±, expone Lens, que trabaja como consultor inform¨¢tico. ¡°Tenemos normas: no desvelar la ubicaci¨®n exacta, no robar, no romper para entrar¡¡±, confirma los mantras del colectivo Raj¨¢, que regenta una cerrajer¨ªa familiar en Barcelona.
¡°Una vez, en un multicine en El Garraf, aparecieron dos personas que se pusieron muy agresivas e incluso me rompieron la luna del coche¡±, cuenta Raj¨¢. ¡°Llevaban un palo con clavos, piedras en las manos¡ Creemos que lo ten¨ªan okupado y amontonaban chatarra¡±, contin¨²a.
?Alguna experiencia paranormal? ¡°En algunos sitios sientes que no est¨¢s solo¡±, comenta Raj¨¢. ¡°Con 14 a?os, en un camping en Salou, nos persigui¨® una sombra y uno de los gatos, que siempre hab¨ªan sido cari?osos, me ara?¨®. En un hospital de Tarrasa percib¨ª que me segu¨ªa alguien, y no ten¨ªa a nadie detr¨¢s. A veces, he entrado en un sitio y he sentido una presi¨®n en el pecho, una ansiedad que te empuja a irte de all¨ª¡±.
Aunque muchos sitios son complicados de encontrar, otros no. Aparte de los ya mencionados ¡ªel Aquasur de Aranjuez o el Hospital de la Barranca, ambos en Madrid¡ª, estos urbex rese?an alguno de sus lugares favoritos. Para Lens, la Estaci¨®n Internacional de Canfranc (en Huesca) es uno de ellos. Inaugurada en 1928, un proyecto del ingeniero Fernando Ram¨ªrez de Dampierre, es Bien de Inter¨¦s Cultural: ¡°Arquitect¨®nicamente es incre¨ªble y todav¨ªa puedes visitar trenes abandonados. Raj¨¢ destaca un hostal, en Moy¨¢ (Barcelona): "Los hoteles me fascinan. Ha pasado mucha gente por ellos, y muchas veces mantienen las habitaciones montadas. Este hostal era el t¨ªpico de pueblo. Una pasada de sitio".
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