Andr¨¦s Noarbe: ¡°Las tiendas de discos se han convertido en un circuito de culto¡±

Andr¨¦s Noarbe (58 a?os, Madrid) es una de las principales figuras del undeground madrile?o: fundador de Aviador Dro, donde tocaba la caja de ritmos; manager de Esplendor Geom¨¦trico, una de las formaciones de m¨²sica experimental m¨¢s reconocidas fuera de nuestras fronteras; responsable de una de las tiendas de discos con m¨¢s solera de Madrid, Rotor (Gran V¨ªa, 40 6?-1); due?o de Geometrik, discogr¨¢fica con m¨¢s de dos d¨¦cadas de vida; y programador musical, a ¨¦l debemos los conciertos que durante el verano inundan la terraza de La Casa Encendida (Ronda de Valencia, 2), con la que lleva colaborando desde el 2003.

Vaya curriculum. ?Me dejo algo?

Una cosa ha venido dada por otra. Desde el principio, en los festivales, no hab¨ªa una escena electr¨®nica muy consolidada y como yo fui de los primeros, siempre han acabado recurriendo a m¨ª. Por ejemplo, los que crearon el Sonar me compraban discos al comienzo y me preguntaban sobre grupos. Al final, siempre he tenido relaci¨®n con eventos que quer¨ªan meter este tipo de m¨²sicas.

?Qu¨¦ tipo de clientes pasan por su tienda?

Tengo una clientela muy intergeneracional. Hay gente que me lleva comprando toda la vida, desde que abr¨ª a principios de los noventa, y luego tengo a un p¨²blico joven que est¨¢ alucinando con las reediciones de material antiguo. Vivimos en la era de las reediciones.

Casi sale m¨¢s material de este tipo que novedades.

Hay un mont¨®n de chavales que est¨¢n descubriendo cosas antiguas gracias a esto. Cada vez hay m¨¢s sellos especializados en este fen¨®meno. Ocurre que muchos de estos discos yo ya los tenia hace veintitantos a?os.

Vendiendo ¨¢lbumes desde hace tanto, habr¨¢ visto de todo.

Hay discos a los que antes nadie hac¨ªa caso y ahora se venden muy bien. Por no hablar de lo cuidadas que son a veces las ediciones, con encartes y un sonido m¨¢s trabajado. Incluso en Espa?a. Equilibrio, un sello de aqu¨ª, est¨¢ reeditando cosas muy interesantes. Tambi¨¦n muchos catalanes. Es una locura.

?Tiene mucho cliente de fuera que viene buscando artistas espa?oles?

Cada vez hay un turismo m¨¢s especializado. Las tiendas de discos se han convertido en parte de un circuito de culto, igual que ir a comer a buenos restaurantes. Ellos buscan ¨¢lbumes que no pueden encontrar en sus pa¨ªses de origen. Y, claro, recomiendo muchas ediciones de aqu¨ª. Hay un mont¨®n de discogr¨¢ficas que se pasan por la tienda a dejar sus discos. Tienen una distribuci¨®n muy restringida y eso tambi¨¦n se valora. Van de local en local, como se hac¨ªa antiguamente.

D¨ªgame algo que haya vendido recientemente.

El otro d¨ªa vino un coleccionista ruso que se llev¨® todo espa?ol. Compr¨® un disco de Orfe¨®n Gagarin. Le hizo gracia la imagen que ilustraba la portada del disco, con Yuri Gagarin en color. Este nuevo trabajo [Voces a 45] es muy representativo de todo lo que estamos contando, sacaba casetes en los ochenta y ahora las reedita en vinilo. Este mismo finde, en la terraza de La Casa Encendida, se le podr¨¢ escuchar

?Resulta dif¨ªcil programar esta m¨²sica en espacios al aire libre?

En la terraza hay una serie de limitaciones por las propias caracter¨ªsticas del espacio, donde el volumen del sonido es probablemente lo m¨¢s importante. Eso limita, en buena medida, lo que uno puede traer a la terraza. Imag¨ªnate que yo empec¨¦ con la m¨²sica industrial y el ruido. Sin embargo, una de las cosas buenas que tiene vender discos en Rotor es que vendo de todo: desde m¨²sica meditativa hasta noise extremo y todo lo que vaya en medio. Eso me da donde elegir dentro de los diferentes g¨¦neros.

?Y qu¨¦ me dice de los asistentes? ?Somos respetuosos con los artistas?

Digamos que en estos ¨²ltimos a?os ha habido una buena educaci¨®n. Espacios como La Casa Encendida han ayudado e influido a que el p¨²blico tenga mas respeto por las propuestas experimentales que se han presentado.

?Recuerda alg¨²n concierto que funcionara especialmente bien?

Yo creo que las que m¨¢s encajan son las m¨²sicas ambientales, que tampoco son para tumbarse y cerrar los ojos. Hace unos a?os el concierto de Zoviet France, con el atardecer en Madrid y sus sonidos de p¨¢jaros, gan¨® en un espacio as¨ª.