¡°He tocado el cielo y he estado en el infierno¡±

Dionisio Rodr¨ªguez, conocido por todos como El Dioni, cumple 70 a?os en dos meses. Es abuelo y bisabuelo, explica por tel¨¦fono. Hace 30 a?os cogi¨® un furg¨®n blindado, cargado con 300 millones de pesetas, y se peg¨® el piro, que le cant¨® Sabina. ¡°Fue sin amenazas, cantando Jalisco no te rajes, y lo dej¨¦ bien aparcado para que ni lo multaran¡±, recuerda, soltando las frases de retah¨ªla, como quien ha explicado mil veces la misma historia.

Confiesa que est¨¢ un poco cansado de El Dioni. ¡°Quiero ser Dionisio Rodr¨ªguez¡±, dice. El hombre ¡°normal, respetuoso, puntual, trabajador y creyente¡±, que vive en el mismo barrio de Moratalaz, en Madrid, desde hace 28 a?os, y ¡°que compra en el Carrefour y en el D¨ªa¡±. Pero ¨¦l se debe a su audiencia. ¡°Cumplo con la fama de la forma m¨¢s respetuosa¡±. Por eso atiende a los medios siempre que se lo piden. Cuando le pagan y cuando no.

Su historia es muy conocida. Rob¨® el furg¨®n que conduc¨ªa el 28 de julio de 1989, se llev¨® la mayor parte del dinero y se fug¨® a Brasil. ¡°Viv¨ªa en el barrio de Pel¨¦, del cantante Roberto Carlos, del piloto Ayrton Senna... Yo era el m¨¢s guarrindongo de todos los millonarios¡±. Fueron 55 d¨ªas de miel y rosas. O de mujeres, despilfarro y diversi¨®n.

¡°He comido, he bebido, he mantenido relaciones sexuales, he viajado en helic¨®ptero, en avioneta...¡±. 55 d¨ªas en los que exprimi¨® la vida y lo que rob¨®. Hasta el punto de pensar en operarse. Acudi¨® a un m¨¦dico que le recomend¨® un amigo a su vez amigo de uno de los cirujanos pl¨¢sticos m¨¢s conocidos del mundo, el doctor brasile?o Ivo Pitanguy. ¡°Ten¨ªa el tabique nasal un poco desviado y quer¨ªa correg¨ªrmelo. Como me ten¨ªan que hacer anestesia completa, me dijo que me pod¨ªa hacer alg¨²n retoque, quitarme las patas de gallo, una liposucci¨®n... Esas cosas¡±.

Pero niega que el cirujano le delatase a la polic¨ªa brasile?a por querer operarse la cara. ¡°El chivatazo es m¨¢s bien de uno de los que se quedaron en Madrid¡±, dice, en referencia a las personas que le ayudaron a guardar parte del bot¨ªn robado y que se lo enviaban a Brasil.

A partir de ese momento, todo se trunc¨®. El Dioni, o quiz¨¢ Dionisio Rodr¨ªguez, no lo ha olvidado y lo ha dejado plasmado en un libro que acaba de publicar, Yo rob¨¦ un furg¨®n blindado (Muevetulengua). ¡°La detenci¨®n y la crueldad con la que me torturaron... Incluso inmersiones en el mar¡±, explica. Solo su familia, dice, conoce a fondo todos los detalles de su calvario al ser torturado por unos polic¨ªas que, seg¨²n ¨¦l, quer¨ªan saber d¨®nde estaba el dinero robado que supon¨ªan que hab¨ªa escondido en Brasil.

Luego fue extraditado a Espa?a, donde los agentes recuperaron 150 de los millones saqueados. ¡°Aqu¨ª me putearon¡±, cuenta, porque le pasearon por seis prisiones distintas: Carabanchel, Alcal¨¢ Meco, Valdemoro, Soto del Real, Herrera de La Mancha y Alhaur¨ªn. ¡°?All¨ª jugu¨¦ con Jes¨²s Gil al parch¨ªs!¡±, rememora, sobre el exalcalde de Marbella, expresidente del Atl¨¦tico de Madrid y protagonista del documental que se acaba de estrenar, El Pionero.

Con el pol¨¦mico Emilio Rodr¨ªguez Men¨¦ndez como abogado, El Dioni no dej¨® de protagonizar portadas en los medios de comunicaci¨®n. Incluso fue noticia por presentarse a las elecciones municipales de El Molar, en Madrid, donde la hemeroteca dice que sac¨® 10 votos. ¡°Eso fue cosa del imb¨¦cil del abogado que ten¨ªa¡±, critica, y niega que llegase a ser candidato. ¡°Se quedaba con el 90% de lo que me pagaban. Quer¨ªa salir en la prensa¡±, se queja.

En esa etapa postfurg¨®n, El Dioni personaje sigui¨® saliendo en la tele. ¡°Viaj¨¦ con Sard¨¤ ¡ªel presentador del famoso programa Cr¨®nicas Marcianas¡ª a Brasil¡±, recuerda. A?os despu¨¦s, particip¨® en Supervivientes, donde hoy hubiese coincidido con la tonadillera, y diva entre divas, Isabel Pantoja. ¡°Canta de puta madre, pero no me gustar¨ªa tenerla de vecina¡±, confiesa Dionisio.

El dinero de Supervivientes o el que recibi¨® por participar en otro reality, Acorralado, le dio para vivir un a?o cada uno, respectivamente. El resto del tiempo, El Dioni se dedic¨® a cantar. ¡°Me he pasado 20 a?os actuando por salas de fiestas en Espa?a¡±, pero tuvo un c¨¢ncer en una de las cuerdas vocales y tuvo que dejarlo.

Ahora lleva una vida normal, si es que existe tal cosa. ¡°Me levanto a las ocho de la ma?ana, me voy a andar, voy al m¨¦dico, quedo con alg¨²n amiguete, con otros matrimonios. Voy al cine, al teatro...¡±. ¡°Vivimos el d¨ªa a d¨ªa como cada espa?ol o espa?ola¡±, describe. Al mes recibe una pensi¨®n de 830 euros con la que sale adelante. ¡°Tambi¨¦n las he pasado peor que un ?u cuando cruz¨® el Serengueti¡±, explica, sobre los apuros econ¨®micos que ha atravesado.

El Dioni lo tuvo todo: dinero, lujo, mujeres, ¨¦xito y hasta una canci¨®n compuesta por Sabina. ¡°Con las yemas de los dedos he tocado el cielo, y con el cuerpo entero he estado en el infierno¡±. Si volviese a nacer, repetir¨ªa, pero mejor: ¡°Hoy me llevar¨ªa m¨¢s dinero¡±. Aunque no duda de que le volver¨ªan a pillar. ¡°Los trabajadores no sabemos robar, no tenemos gestores, ni abogados, ni infraestructuras¡±. Resume su vida sin pesar, sin resentimiento: ¡°Lo intent¨¦, intent¨¦ sacar los pies de las alforjas y no pude¡±.