El ¡°caso Palau¡± y la banalizaci¨®n de la corrupci¨®n
El documental ¡®El Palau de la M¨²sica. Resurrecci¨®¡¯ quiere pasar p¨¢gina de la corrupci¨®n y mostrar un futuro esperanzador. Solo en un par de ocasiones, de la boca de Joan Llinares, sale la palabra Converg¨¨ncia
En el ¨®rgano del Palau, alguien interpretaba la Toccata y Fuga en Re menor de Bach mientras los mossosregistraban el edificio en busca de billetes de 500 euros. El pasado 23 de julio se cumplieron 10 a?os del acontecimiento. La obra del compositor alem¨¢n result¨® premonitoria: hab¨ªa mucho m¨¢s misterio que unos simples billetes de 500 sospechosos a ojos de la Agencia Tributaria. El expolio del Palau por parte de Millet, Montull y Converg¨¨ncia hac¨ªa honores a esa pieza capaz de transportarnos a cualquier castillo transilvano en pleno ritual de sangre vamp¨ªrico.
Ahora el propio Palau ha producido un documental que bajo el t¨ªtulo El Palau de la M¨²sica. Resurreci¨® quiere pasar p¨¢gina de la corrupci¨®n y mostrar un futuro tan esperanzador como el que brinda el quinto y ¨²ltimo movimiento de la Sinfon¨ªa N? 2 de Mahler. TV3 emiti¨® el informe ¡ªcuyo visionado est¨¢ disponible en la p¨¢gina web del Palau¡ª en el programa Sense Ficci¨® del pasado 23 de julio. Mientras se aguarda la ¨²ltima palabra del Tribunal Supremo, un a?o y medio despu¨¦s de que la Audiencia de Barcelona dictara sentencia, ninguno de los 12 condenados est¨¢ en la c¨¢rcel.
La corrupci¨®n en Catalu?a est¨¢ embozada con la capa del ¡®proc¨¦s¡¯, el victimismo y la persecuci¨®n pol¨ªtica
En el documental, que se estructura a partir de la preparaci¨®n del concierto de la citada sinfon¨ªa de Mahler, la presidenta de la Fundaci¨®n de la instituci¨®n, Mariona Carulla, se lamenta de que ¡°los partidos utilizaron el Palau para su conveniencia pol¨ªtica¡± y solo en un par de ocasiones y de la boca de Joan Llinares, el hombre que document¨® contra corriente y como director general del Palau toda la corrupci¨®n, sale la palabra Converg¨¨ncia, condenada judicialmente como part¨ªcipe a t¨ªtulo lucrativo por el expolio de al menos 6,6 millones.
Y es que el Palau, como buena parte de la sociedad catalana, quiere contagiarse del esp¨ªritu del ¨²ltimo movimiento de la Sinfon¨ªa N?2 de Mahler, en el que el compositor nacido en Bohemia plantea un juicio final no muy del agrado de la Iglesia, pues ya no hay ni pecadores ni justos, ni castigo ni premio. Todo gracias a la infinita misericordia de Dios.
Es dif¨ªcil ser indulgente ante un expolio de 35 millones de euros del que fue part¨ªcipe un partido que predicaba la austeridad y la buena administraci¨®n. Pero el hecho de que los autores del delito hayan sido ¡°de los nuestros de toda la vida¡± les concede la gracia del perd¨®n. Catalu?a, como sucede en cualquier punto de Espa?a, vive una banalizaci¨®n de la corrupci¨®n, aqu¨ª embozada con la capa del proc¨¦s, el victimismo y la persecuci¨®n pol¨ªtica. Joan Llinares, exdirector del coliseo modernista, explica en una extensa entrevista a El Confidencial que una vez reformados los estatutos y racionalizada la administraci¨®n del Palau, se design¨® a Josep Maria Busquets, antiguo cargo de Converg¨¨ncia, presidente provisional de la instituci¨®n. O sea, tras estallar el esc¨¢ndalo vuelven los nuestros. Las trabas para sacudir las alfombras de la corrupci¨®n se acrecentaron. El remate lleg¨® con la victoria electoral de CiU de 2010, cuando entraron en la nueva junta directiva personas como Jordi Sumarroca, empresario involucrado en la trama del 3%. David Mad¨ª, mano derecha comunicativa de Artur Mas, ingres¨® en el patronato de la instituci¨®n.
Es dif¨ªcil ser indulgente ante un expolio de 35 millones en el que participaba un partido que predicaba la austeridad
Las aguas volv¨ªan a su cauce. Afirma Llinares que Artur Mas se parece mucho a Francisco Camps, expresidente de la Generalitat valenciana, cuando presume p¨²blicamente de que los expedientes de adjudicaci¨®n de obra p¨²blica est¨¢n perfectos. Mientras la justicia investiga y el bosque est¨¢ en llamas hay que poner cara de inocencia o de sorpresa. Pero lo cierto es que en el Palau hay 9,6 millones de euros cuyo paradero se desconoce. Las entidades bancarias con las que operaba el coliseo modernista (m¨¢s de un centenar de cuentas corrientes) se negaron a identificar a quienes cobraban los talones al portador, a pesar de estar obligados por ley.
El fiscal Emilio S¨¢nchez Ulled ¡ªen una entrevista de Jes¨²s Garc¨ªa recientemente publicada por este diario¡ª explica que el expoliador en jefe del Palau, F¨¨lix Millet, no paraba de recibir llamadas mientras los mossos proced¨ªan al registro del coliseo modernista en la ma?ana del 23 de julio de 2009. Cuando el fiscal le reprendi¨® por utilizar el m¨®vil en pleno registro, quien estaba al otro lado de la l¨ªnea era Artur Mas. Seis d¨ªas despu¨¦s del registro, cuando Llinares tom¨® posesi¨®n del cargo, Millet y Montull todav¨ªa campaban a sus anchas por el Palau y las m¨¢quinas trituradoras de papel funcionaban a pleno rendimiento. No se dictaron las medidas cautelares oportunas. Una parte de la sociedad se empe?a en seguir confundiendo la generosa misericordia divina ¡ªexaltada por el converso Mahler en su Sinfon¨ªa N?2¡ª con la indulgencia y tolerancia hacia los corruptos.
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