Nunca m¨¢s hu¨¦rfanos de serie

Era horrible. En la primera d¨¦cada de mi vida ocurri¨® dos veces. Primero, con Santa B¨¢rbara. La daban en La 1 y la pasaron a Antena 3 cuando en mi Banyoles natal a¨²n no se sintonizaba. Mi madre y mi abuelo ¡ªviv¨ªa con nosotros¡ª estaban enganchados y se quedaron sin serie. Yo tambi¨¦n la ve¨ªa y, pese a no saber interpretar la trama, a mi manera tambi¨¦n lo sufr¨ª. Llor¨¦ en 1990 cuando, despu¨¦s de la escuela, esperaba mi cita diaria con Dr. Slump y apareci¨® el primer cap¨ªtulo de Bola de Drac: colgado otra vez por los caprichos de una cadena, pens¨¦. Menos mal que la inicialmente ingrata sustituta me cautiv¨® hasta el punto de que llam¨¦ a TV3 para ver si comprar¨ªan m¨¢s cap¨ªtulos cuando se acab¨® una de las temporadas.Tots cinc (Party of five) protagoniz¨® mi tercer trauma seri¨®filo.

Antes de cenar, el ambiente estaba a menudo perfumado por el vapor de sopa de menta, uno de los platos preferidos de mi abuelo Joan. Pasadas las siete, despu¨¦s de los deberes y un rato en el chat, me dirig¨ªa hacia la tele ¡ªen casa el aparato daba nombre al sal¨®n¡ª para ver con ¨¦l lo que hac¨ªan antes de las noticias. Quiz¨¢ si fuera un adolescente de ahora la tentaci¨®n de haberme quedado en el ordenador hubiera sido fuerte, pero el streaming de entonces era muy incipiente. En el 2000 Internet y Tots cinc, ambientada en San Francisco y con un repertorio de temas sociales todav¨ªa lejanos en mi contexto comarcal, eran para m¨ª dos ventanas al mundo a las puertas de la mayor¨ªa de edad. Y aqu¨ª la serie lleg¨® tarde: en Estados Unidos la pasaron entre 1994 y 1999. Compart¨ª los cap¨ªtulos con el mayor de la familia, pero ¨¦l no juzgaba ninguna escena. ¡°Era muy moderno para su tiempo¡±, repite a menudo mi madre. Era un maestro del sentido com¨²n. Seguro que la metralla subcut¨¢nea que le recordaba su paso por el frente del Ebro le ayudaba a relativizarlo todo.

La serie es un drama. Los padres de cinco hermanos mueren en un accidente de tr¨¢fico por culpa de un conductor ebrio. El ¨²nico que tiene m¨¢s de 18 a?os se tiene que hacer cargo del resto. Uno era un beb¨¦. Los servicios sociales barajan la posibilidad de darlos en adopci¨®n, pero al final permanecen juntos. A¨²n as¨ª, pasan momentos complicados, como la etapa de alcoholismo de Bailey o los maltratos que sufre Julia ¡ªse casa muy joven¡ª por parte de su marido. Los problemas de una ni?a superdotada, el aborto, la adopci¨®n por parte de homosexuales, las enfermedades mentales y el c¨¢ncer sin tapujos son otros ejemplos del trasfondo pedag¨®gico de la multipremiada serie.

En la azucarada Tots cinc el amor fraternal de los Salinger pod¨ªa con todo. En alg¨²n momento perd¨ª el hilo. Durante a?os culp¨¦ a TV3 de no haberla comprado entera, pero el servicio de prensa asegura que en 1995 emiti¨® la primera temporada, repetida en el 2000 junto con la segunda, la tercera, la cuarta y la quinta; y en 2002 la ¨²ltima. Hace cinco a?os compart¨ªa piso con mi hermana y compramos los DVD de todas las temporadas. No fue f¨¢cil, una parte lleg¨® de Estados Unidos y necesitamos un decodificador. Cerr¨¦ un asunto pendiente, la termin¨¦ de ver 18 a?os m¨¢s tarde. El paralelismo era inevitable, con Alba nos llevamos muchos a?os (12) y arrastr¨¢bamos a¨²n el duelo por la muerte prematura de nuestro padre. Nos trag¨¢bamos los cap¨ªtulos y a¨²n recordamos a veces riendo la frase de Callie, compa?era de piso de Bailey cuando va a la universidad: ¡°Did I become your mother when I wasn¡¯t looking? [?Me he convertido en tu madre cuando no estaba mirando?]¡±. Era ideal para reprochar los peque?os descuidos de convivencia.

En el 2000, Internet y Tots cinc eran para m¨ª dos ventanas al mundo

En Tots cinc, ahora entera en Netflix, est¨¢ congelada la juventud de actores como Neve Campbell ¡ªconocida por Scream¡ª y Matthew Fox, protagonista m¨¢s tarde de Lost, ficci¨®n que marc¨® un antes y un despu¨¦s. Ahora es inimaginable quedarse sin acceso a la pr¨®xima temporada de una serie: ya no nos quedamos hu¨¦rfanos. Y si se acaban los cap¨ªtulos, empezamos r¨¢pido a ver otra cosa. Vivir a merced de los horarios de la tele cl¨¢sica es extremadamente sacrificado pero, con tanta oferta, uno se puede empachar.

A finales de a?o se estrenar¨¢ el remake de Tots cinc. En la versi¨®n del nuevo siglo cinco hermanos, los Acosta, se quedar¨¢n solos porque sus padres ser¨¢n deportados a M¨¦xico. Mientras no est¨¦ disponible me planteo investigar si puedo conseguir en alg¨²n lugar los cap¨ªtulos de Santa B¨¢rbara.