Carlos Acosta deslumbra en Peralada
El bailar¨ªn cubano protagoniza una magn¨ªfico solo en su regreso al festival
La noche del jueves el grupo Acosta Danza volv¨ªa al Festival de Peralada, era una cita emotiva, ya que su ¨²ltima actuaci¨®n, el 17 de agosto de 2017, coincidi¨® con los atentados de la Rambla de Barcelona. En aquella ocasi¨®n fue una velada triste, que ahora el p¨²blico con sus calurosos aplausos y bravos tras la actuaci¨®n de este excelente grupo ha querido resarcir.
Lo mejor de la noche fueron las intervenciones del gran bailar¨ªn cubano Carlos Acosta. La primera de ellas ven¨ªa de la mano del afamado core¨®grafo belga de origen marroqu¨ª, Sidi Larbi Cherkaoui, surgido de la prestigiosa compa?¨ªa Les Ballets de C de la B. Su coreograf¨ªa Mermaid recrea el intento de una sirena (la magistral Marta Orega) de caminar fuera del agua. Su vis a vis con Acosta enmudeci¨® al p¨²blico, en una pieza voluptuosa, po¨¦tica y tierna, que la m¨²sica coreana de Woojae Park, de Sidi Larbi y un fragmento de las conocidas Gymnop¨¦dis de Eric Satie, convierten en una joya. La bomba lleg¨® con el magn¨ªfico solo de Carlos Acosta, Two de Russel Maliphant, otro de los creadores de moda que en 2004 cre¨® para Syvie Guillem. Se trata de un trabajo en la que el bailar¨ªn sigue el ritmo de la partitura musical de Andy Cowton que va in crescendo y en la que el movimiento de manos y pies, as¨ª como los giros ideados por Maliphant alcanza una velocidad endiablada hasta llegar a la apoteosis final. Los varoniles y expresivos brazos de Acosta se convierten en unas aspas de un trepidante molino, mientras su cuerpo de ¨¦bano enlaza la danza cl¨¢sica y la contempor¨¢nea en una trepidante sinfon¨ªa. Hipn¨®tico.
Otro apartado merecen las coreograf¨ªas que bailaron en grupo la Acosta Danza la primera de ellas Imponderable del creador espa?ol Goyo Montero, con m¨²sica de Owen Belton, basada en canciones del cubano de Silvio Rodr¨ªguez, resulta antigua en su baile y puesta en escena. El humo en escena es un efecto muy socorrido, al igual que los focos alrededor del espacio esc¨¦nico o la utilizaci¨®n de linternas. Un montaje que recordaba a los del israel¨ª, Hofesh Schechter, a principios de los a?os dos mil. Una l¨¢stima porque los bailarines que forman la compa?¨ªa tiene una excelente t¨¦cnica y una marcada personalidad esc¨¦nica. Igual ocurri¨® con su segunda coreograf¨ªa, tambi¨¦n de Montero, titulada, Llamada, con m¨²sica de Owen Belton, Miguel Poveda y Rosal¨ªa. Reclamaba una dramaturgia que aglutinara el caudal de movimiento de estos excelentes int¨¦rpretes.
La funci¨®n acab¨® con una divertida pieza del espa?ol Jorge Crecis con m¨²sica de Vicenzo Lamagna, en ella todos los miembros de la compa?¨ªa juegan a tirarse constantemente botellas de agua. Realmente demuestran una gran pericia y agilidad porque no cay¨® ninguna al suelo. Pero esta virtuosa compa?¨ªa necesita otro tipo de creaciones como grupo para aprovechar su virtuosismo. Al final el p¨²blico y toda la compa?¨ªa se unieron en unos emotivos aplausos.
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