Toledo, el hogar asequible de los ancianos madrile?os

Cuando Mar¨ªa Antonia Dom¨ªnguez y sus dos hermanos se pusieron a buscar residencia en Madrid para su madre anciana de 92 a?os se echaron las manos a la cabeza. Estaba claro que con los poco m¨¢s de 600 euros de pensi¨®n no les daba ni para las m¨¢s baratas que encontraron en toda la regi¨®n, donde la media de precios roza los 1.900 euros al mes. Preguntaron a la Comunidad de Madrid por las ayudas de la Ley de Dependencia pero las trabajadoras sociales les dijeron que ¡°tardar¨ªan meses, si no a?os¡±, narra Dom¨ªnguez, una funcionaria jubilada de 65 a?os y residente en Vallecas.

Por suerte surgi¨® la alternativa de Toledo, la provincia del sur donde encontraron ¡°precios para gente normal¡±. Su madre, Martina Hern¨¢ndez, hoy con 95 a?os, se mud¨® hace tres desde su piso en el humilde barrio madrile?o de El Pozo del T¨ªo Raimundo a la residencia Servitr¨¦s, en el pueblo toledano de Santa Cruz de Retamar. Paga algo menos de 1.100 euros al mes, un precio que costea con su pensi¨®n m¨¢s una ayuda de 300 euros de la Comunidad de Castilla La Mancha.

Toledo se ha convertido en el ¨²ltimo hogar de los ancianos madrile?os con menos recursos. El sector de las residencias prolifera en la provincia, la quinta de Espa?a por n¨²mero de plazas,con 9.599. Son m¨¢s que las 8.245 de Sevilla, que tiene el triple de poblaci¨®n que Toledo. En total hay 152 centros en Toledo, muchos en el cintur¨®n que bordea Madrid. Su precio medio al mes es de 1.199 euros, seg¨²n el portal m¨¢s consultado del sector, Inforesidencias.

En Santa Cruz de Retamar, un peque?o municipio de 2.946 habitantes a 65 kil¨®metros de Madrid operan tres residencias. Alrededor de la mitad de los 47 internados en el centro de Servitr¨¦s provienen de Madrid, seg¨²n la direcci¨®n del centro.

El paisaje que rodea a la residencia es buc¨®lico y se respira tranquilidad. "Es muy sano", dice una auxiliar delante de un pareja de Madrid que visita a su familiar,?Francisco G¨¢mez, de 87 a?os. Su yerno?Antonio Valera asiente, pero se ve en la necesidad de precisar el motivo por el que est¨¢n ah¨ª.?¡°Venimos todos porque es m¨¢s barato¡±. Su suegro viv¨ªa en Orcasitas, un barrio de clase obrera en el sur de la capital y hab¨ªa?trabajado en una f¨¢brica de autom¨®viles. Su pensi¨®n asciende a algo m¨¢s de 800 euros.

Las asociaciones de familiares de Madrid ven esta migraci¨®n a Toledo como consecuencia de la apuesta por el sector privado que ha hecho desde hace a?os el gobierno regional del PP, con competencias en la materia. Dicen que hacen falta muchas m¨¢s plazas p¨²blicas y concertadas para dar respuesta al envejecimiento de la poblaci¨®n madrile?a, una demanda respaldada por el Defensor del Pueblo en una comparecencia ante la Asamblea de Madrid el a?o pasado. El estancamiento de las pensiones no ha ayudado.

¡°Las familias est¨¢n vendiendo su patrimonio para pagar la residencia del abuelo¡±, dice Miguel V¨¢zquez, presidente de la asociaci¨®n madrile?a de familias Pladigmare.

La mayor¨ªa de las plazas en geri¨¢tricos de Madrid son privadas. De las 51.488 plazas existentes a final de 2015, 29.799 eran de centros privados, seg¨²n datos del Imserso. Las plazas de financiaci¨®n p¨²blica eran 21.689 (bien sea en centros p¨²blicos o bien en centros privados con plazas subvencionadas por la Comunidad de Madrid).?

Los altos precios de Madrid son tambi¨¦n en parte consecuencia del mercado inmobiliario. Como pasa con la vivienda, los precios de un geri¨¢trico crecen cuanto m¨¢s cerca se ubique del centro de Madrid o en zonas exclusivas como La Moraleja. Las m¨¢s caras cuestan m¨¢s de 4.500 euros al mes e incluyen suites con terraza y terapias con gafas de realidad virtual.

Algunos empresarios no tienen inter¨¦s en suscribir convenios de plazas concertadas con la Comunidad porque les sale m¨¢s rentable tener precios en el mercado libre, seg¨²n fuentes del sector. En 2017 varios centros de Madrid se salieron del acuerdo y cientos de ancianos de esas residencias tuvieron que ser reubicados.?Las residencias privadas no tienen problemas para encontrar clientes gracias a que la creciente demanda en el pa¨ªs con la mayor esperanza de vida de Europa.

Atra¨ªdos por las buenas perspectivas del sector, los grandes fondos de inversi¨®n est¨¢n comprando inmuebles de residencias en Madrid que luego alquilan a las compa?¨ªas gestoras. Esta ¡°burbuja¡± puede encarecer a¨²n m¨¢s los precios que pagan las familias, advierte el director de la consultora vasca Gerokon, Aitor P¨¦rez Artetxe.

Pero Toledo es barato por otro motivo: las normas que regulan las residencias en Castilla La Mancha son menos exigentes que las de la Comunidad de Madrid. Las residencias de Madrid deben tener un auxiliar por cada cuatro ancianos no dependientes y en Castilla La Mancha el m¨ªnimo legal es de uno por cada 15. Esto hace que sea mucho menor en Toledo el pago de personal, con diferencia el mayor coste para el empresario de este sector. Con todo, eso es un m¨ªnimo exigido por ley y en la pr¨¢ctica centros como el de Servitr¨¦s en Santa Cruz de Retamar tienen m¨¢s personal.

El puzzle normativo en Espa?a ha hecho que surjan otros refugios asequibles por el mapa como es el caso de Burgos, en Castilla y Le¨®n, que atiende a pacientes del Pa¨ªs Vasco. Si en Guip¨²zcoa el precio medio de una residencia son 2.566 euros al mes, en Burgos baja a 1.728 euros, seg¨²n datos del portal de Internet con m¨¢s tr¨¢fico, Inforesidencias. La consultora Gerokon ha denunciado la disparidad en la atenci¨®n a los ancianos en un informe reciente elaborado para la patronal CEAPs.y?titulado ¡°El caos en la atenci¨®n a la dependencia¡±.

En ¨¦l se?alan que el desarrollo que se ha hecho de la Ley de Dependencia de 2006 ha provocado que en la pr¨¢ctica surjan 19 sistemas de dependencia (las 16 comunidades aut¨®nomas y los tres territorios hist¨®ricos vascos), con diferencias en las atenciones, los tiempos de espera o las condiciones econ¨®micas.

Morir esperando la ayuda

En general el sistema de dependencia en Espa?a vive una situaci¨®n de ¡°alta incertidumbre y peligro¡± a causa de los recortes desde 2012, seg¨²n la direcci¨®n estatal de directoras y gerentes de servicios sociales. Durante 2018 m¨¢s de 30.000 personas fallecieron en Espa?a sin haber podido ejercer sus derechos derivados de la condici¨®n de persona en situaci¨®n de dependencia (media de 80 personas al d¨ªa), seg¨²n esta asociaci¨®n. Madrid tiene una "elevada" lista de espera para la asignaci¨®n de plaza residencial, seg¨²n ha denunciado el Defensor del Pueblo. En julio de 2017 la lista ascend¨ªa a 6.839 ancianos en situaci¨®n de dependencia.

Los madrile?os son numerosos en residencias de toda la provincia de Toledo. En Las Amapolas en el municipio de Mag¨¢n, cerca de Toledo capital, son un 36% de sus 94 residentes. ¡°Cada vez vienen m¨¢s, buscando un precio m¨¢s econ¨®mico¡±, dice la directora, Elena Cervilla. Los clientes madrile?os deben empadronarse en el nuevo municipio toledano y solicitar una tarjeta sanitaria de Castilla y la Mancha, de modo que dejan de ser atendidos por sus m¨¦dicos y hospitales habituales.

Hay ancianos que llegan a Toledo aconsejados por los propios trabajadores sociales madrile?os, seg¨²n fuentes del sector. Los tiempos de espera para ayudas de la Ley de Dependencia son menores, dicen estas fuentes, y muchas veces las familias no pueden darse el lujo de esperar. Deben internar con urgencia a sus mayores.

Fue el caso de Francisco G¨¢mez, el anciano de Orcasitas. Cuando le dieron el alta hospitalaria tras una rotura de cadera sus familiares buscaron en Internet una residencia asequible. Fue una experiencia frustrante. A G¨¢mez le reconocieron un grado III de dependencia, el mayor, que supone una p¨¦rdida total de autonom¨ªa f¨ªsica, mental, intelectual o sensorial. ¡°Nos dijeron que tendr¨ªa entre seis meses y una a?o de espera, pero ¨¦l necesitaba la ayuda ya s¨ª o s¨ª¡±, dice su yerno.

Ahora sus familiares respiran aliviados. Durante una visita reciente a la residencia de Santa Cruz de Retamar la auxiliar Felisa Guerra paseaba a Francisco en silla de ruedas por un peque?o patio con banquitos, una fuente y una higuera. Alrededor en el silencio de los campos de Castilla-La Mancha solo se escuchaba el zumbido de los coches de la autopista A-5, que conecta con Madrid.

¡°Le cambi¨® la cara tras llegar aqu¨ª desde el hospital¡±, dice su hija Angelines. ¡°Est¨¢ como en casa¡±.