La ciudad m¨¢s din¨¢mica

Nac¨ª un verano en Palencia y viv¨ª mi primer a?o de vida en Las Palmas pero desde entonces he vivido en Madrid. Como economista observador me encanta viajar por el mundo pero pasado unos d¨ªas ya a?oro volver a Madrid. El siglo XXI vive un renacimiento de las ciudades y Madrid es la ciudad m¨¢s din¨¢mica de Europa, con crecimientos del empleo que triplican a otras capitales europeas.

?Cu¨¢l es el secreto de su ¨¦xito? Un alto ejecutivo de una multinacional del Silicon Valley me lo explic¨® con sencillez. Madrid tiene un excelente aeropuerto, bien conectado con Europa y el mundo. Hay un metro que te lleva desde el aeropuerto al centro de la ciudad en veinte minutos a cinco euros. El precio del metro cuadrado de alquiler de oficinas cuesta una tercera parte que en Londres. Y los ingenieros espa?oles tienen muy buena formaci¨®n y cuestan la mitad que en Londres.

No obstante, hay m¨¢s ciudades en Europa que ofrecen eso. La clave, me explic¨®, es la calidad de vida. La multinacional hace encuestas a sus trabajadores en todo el mundo y los que est¨¢n en Espa?a son los m¨¢s felices. Tienen un programa de rotaci¨®n de ejecutivos por el mundo y s¨®lo lo incumplen en Espa?a. Cuando mandan a uno a Madrid no se quiere volver a ir. Esa empresa tiene previsto triplicar su empleo en Espa?a en los pr¨®ximos a?os y lo est¨¢n cumpliendo.

?Qu¨¦ le falta a Madrid? Le faltan, principalmente, m¨¢s empresarios innovadores, como los del Silicon Valley, que puedan desarrollar proyectos empresariales rentables en entornos globales y pagar salarios m¨¢s altos de los que pagan los actuales. Le falta calidad del aire. Cuando llega el anticicl¨®n de las Azores y sale el sol y no hay viento se pone una boina negra encima de la ciudad y todos los madrile?os y los que nos visitan son fumadores pasivos. Le falta vivienda en alquiler. Le falta inversi¨®n para renovar su red de transporte p¨²blico y una regla de gasto mal dise?ada se lo impide. Y le falta corregir la elevada y creciente desigualdad para seguir saliendo a pasear de noche por el centro de la ciudad sin temor a que te atraquen.

Madrid debe liderar la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La operaci¨®n Chamart¨ªn debe ser un centro de innovaci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas de movilidad que vamos a usar en el futuro pr¨®ximo. Los madrile?os debemos romper la maldici¨®n espa?ola del que inventen otros. El Estado y el sector privado deben cooperar para que esas nuevas innovaciones se desarrollen en Madrid y en Espa?a. Igual que tratamos a los turistas como un madrile?o m¨¢s, los n¨®madas digitales del mundo y especialmente europeos deben querer venir a Madrid. Da igual donde haya nacido el innovador, lo importante es que viva y cree empleo en Madrid y en sus ciudades sat¨¦lites que est¨¢n conectadas por trenes de alta velocidad.

La clave para revertir la desigualdad es la educaci¨®n p¨²blica de calidad que permita la igualdad de oportunidades. Como nos ense?¨® Olof Palme, el problema no es que haya ricos en Madrid, nuestra preocupaci¨®n debe ser que no haya pobres. Nuestros ni?os deben aprender los nuevos lenguajes de las m¨¢quinas y la inteligencia artificial, adem¨¢s de todo lo que ya aprenden. Y la calidad en las escuelas p¨²blicas, donde van los ni?os de menor renta que no pueden pagar el complemento escolar de 150 euros al mes, deben tener la misma calidad que en los colegios concertados.

El pasado de Madrid es incierto pero su futuro es ilusionante.