Noche de carreras ilegales en Villa de Vallecas
El pol¨ªgono de La Atalayuela acoge competiciones nocturnas de turismos ante las quejas de los vecinos y operaciones de la Polic¨ªa Municipal para erradicarlas
Es jueves y ya es de noche. Mientras miles de madrile?os regresan o se encuentran en sus domicilios, las calles desiertas del pol¨ªgono de La Atalayuela se convierten en un hervidero. Coches tuneados, otros alquilados para la ocasi¨®n, y m¨¢s de un motero se concentran en este paraje apartado del distrito de Villa de Vallecas. Las carreras y los piques entre los conductores se prolongan hasta la madrugada. Los motores rugen ante los aplausos y v¨ªtores de un p¨²blico reducido. El olor a rueda quemada se hace palpable en el ambiente. La Polic¨ªa Municipal lleva m¨¢s de dos a?os vigilando las denuncias reiteradas para acabar con estas concentraciones, sobre todo, tras las quejas de los vecinos de la zona por ruidos y altercados.
Las carreras siempre se celebran la noche de los jueves, pero de forma aleatoria, sin que haya fechas fijas. Los participantes se convocan por grupos cerrados de redes sociales (en especial WhatsApp), a los que resulta imposible acceder. En su mayor¨ªa son vecinos de la cercana Ca?ada Real. A partir de las ocho y media o las nueve empiezan a dejarse ver algunos j¨®venes. Estos comprueban que no haya polic¨ªa por la zona.
Desde ese momento, los aparcamientos comienzan a llenarse, en especial los de la calle Provisional Atalayuela Cinco; es la m¨¢s larga del pol¨ªgono, con cerca de 500 metros, y carece de rotondas, por lo que los coches alcanzan mayor velocidad. Esta zona, en la que no hay ninguna industria, se abri¨® hace unos a?os para conectar la carretera de Vallecas a Vic¨¢lvaro y el Ensanche de Vallecas.
Los coches y las motos van llegando poco a poco, en su mayor¨ªa, turismos deportivos tipo Seat Le¨®n, aunque tambi¨¦n se puede ver alg¨²n Lamborghini, Audi A-8 y lujosos BMW. ¡°En ocasiones hemos detectado coches robados, que nada m¨¢s terminar las carreras los dejan abandonados. Otras veces han intentado huir campo a trav¨¦s, pero no lo han logrado porque han destrozado el coche al romper el c¨¢rter. Una vez quemaron uno para borrar las huellas¡±, explica el subinspector de la Polic¨ªa Municipal, Juan Antonio Barrientos. ¡°Muchas veces van familias enteras con los ni?os. Lo que no hemos podido comprobar hasta ahora es que haya apuestas¡±, a?ade.
Los conductores, en su mayor¨ªa j¨®venes y treinta?eros, suelen estacionar hacia la mitad de la calle para exhibir sus coches e iniciar los piques con los rivales. Las carreras suelen ser de dos en dos veh¨ªculos que se paran en paralelo en los dos carriles de la calle y aceleran a toda velocidad hasta la glorieta de la avenida del Mayorazgo. Pese a que se mezclan con el tr¨¢fico habitual, all¨ª dan la vuelta a velocidades de v¨¦rtigo. Las ruedas chirr¨ªan casi al un¨ªsono. Despu¨¦s regresan a la calle del pol¨ªgono, conducen a la rotonda de abajo y regresan a la meta. Algunos conductores rozan los maceteros instalados por el Ayuntamiento hace unos meses para evitar que los conductores escapasen campo a trav¨¦s.
Problemas de ruido
Los vecinos de la zona, que tienen miedo de dar sus nombres, aseguran que est¨¢n ¡°hartos¡± de las carreras, sobre todo en verano, dado que se duerme con las ventanas abiertas. ¡°No dejan de o¨ªrse los motores a todo trapo y la gente chillando y aplaudiendo hasta altas horas de la madrugada¡±, resume una residente. ¡°Siempre son los jueves, como si estuvieran preparando el fin de semana. Cada dos por tres acelerones y frenazos¡±, a?ade otro vecino.
El punto ¨¢lgido llega hacia las once de la noche, cuando pueden implicarse hasta cuatro y cinco veh¨ªculos en una misma disputa. Tambi¨¦n se puede ver a motoristas haciendo caballitos pese a llevar acompa?antes y pasar a toda velocidad entre los turismos. En el asfalto son visibles las huellas de frenadas y derrapes, sobre todo, en las cercan¨ªas de las glorietas. ¡°Hemos visto a gente que llevaba ruedas de repuestos para cambiarlas cuando se le gastasen las que ten¨ªan puestas¡±, explica la intendente de Polic¨ªa Municipal de Villa de Vallecas, que prefiere no dar su nombre.
La Polic¨ªa Municipal lleva tiempo intentando acabar con estas carreras ilegales, pero se enfrenta a varios problemas. Entre ellos, est¨¢ el que se trata de un grupo muy cerrado que no organiza las carreras de forma regular. Pueden pasar semanas entre unas competiciones y otras. ¡°Si les presionamos mucho, a veces las organizan en la zona del Ca?averal, en Vic¨¢lvaro, o en el pol¨ªgono Los Molinos, en Getafe. Una vez lo hicieron al lado del Wanda Metropolitano. Pero se han tomado medidas pues all¨ª est¨¢n muy cerca de la M-40 y de una gran avenida, como Arcentales, con las graves consecuencias para los conductores de esa zona¡±, reconocen desde la Polic¨ªa Municipal.
Despliegue policial
Durante una de las citas, justo a medianoche, se despliegan en la zona unos 50 agentes. Colocan coches patrullas y motos en todas las salidas de La Atalayuela de forma que todos los veh¨ªculos tengan que pasar por los dos filtros de salida. Antes, polic¨ªas de paisano camuflados entre la multitud se dedican a apuntar matr¨ªculas. Cuando intenten salir, se les notificar¨¢ una denuncia por conducci¨®n temeraria (seis puntos y 500 euros de multa).
El cierre de La Atalayuela ha mejorado con el paso del tiempo, ya que antes aprovechaban los fondos de saco para huir por el parque de la Gavia y los caminos rurales. As¨ª llegaban a sus viviendas en la Ca?ada Real, donde ya es casi imposible seguirlos y mucho menos detenerlos. ¡°A veces se han subido por las aceras y se han dejado el motor¡±, reconoce Barrientos. ¡°Bastar¨ªa con instalar resaltos en las calzadas para acabar las carreras¡±, resume.
Los turismos van saliendo uno a uno, tras pasar los controles policiales. Se pide la documentaci¨®n a todos los ocupantes y se les obliga a que dejen sus pertenencias en el cap¨®. A veces se les cachea. Tambi¨¦n se busca en el interior de los coches. A algunos conductores se les practican pruebas de alcoholemia y de drogas.
¡°El primer d¨ªa que aplicamos este dispositivo, identificamos a 283 personas y comprobamos 195 veh¨ªculos. Algunos tardaron hasta m¨¢s de dos horas en salir¡±, describe la intendente. ¡°Es un problema de educaci¨®n y de concienciaci¨®n de lo peligroso que es todo esto. Una vez, paramos a una joven de 18 a?os que con el carn¨¦ reci¨¦n estrenado llevaba un Porsche Cayenne que costaba m¨¢s de 100.000 euros. Se lo hab¨ªa regalado su padre¡±, a?ade. Poco a poco, La Atalayuela recobra la tranquilidad, lejos ya de derrapajes y acelerones.
Una actividad ilegal que roza el delito
Las carreras en v¨ªas p¨²blicas sin autorizaci¨®n est¨¢n prohibidas en Espa?a y su actividad roza el delito. El art¨ªculo 381 del C¨®digo Penal recoge condenas de prisi¨®n de dos a cinco a?os, multa de 12 a 24 meses y retirada del carn¨¦ de conducir hasta diez a?os por conducir ¡°con manifiesto desprecio por la vida de los dem¨¢s¡±. Si no se ha puesto en peligro la vida o la integridad de personas, las penas se reducen hasta dos a?os de prisi¨®n y multa de seis a 12 meses. El problema en estos casos es la dificultad para imputar el delito y demostrar ante el juez que se ha conducido de forma temeraria. No siempre basta el testimonio de los agentes.
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