Piquetes clandestinos desde Waterloo

Si alguien cree que Waterloo ¡ªo sea, la conjura unilateralista, ilegal y desordenada de Carles Puigdemont y Quim Torra¡ª se rendir¨¢ sin preparar nuevos atentados contra la democracia espa?ola y la autonom¨ªa catalana, se equivoca de medio a medio.

Su ¨²ltima iniciativa se llama Tsunami Democr¨¤tic. Es una suerte de gran piquete totalitario y clandestino montado desde la Red, para organizar toda suerte de fechor¨ªas desestabilizadoras en ocasi¨®n de la inminente sentencia del Tribunal Supremo sobre el juicio del proc¨¦s.

?Es una exageraci¨®n definirlo como piquete, totalitario, clandestino? Vayamos por partes.

Es un gran piquete (magm¨¢tico) porque sus acciones son las de un piquete: se propone realizar, y ya ha empezado a realizar, ¡°escraches¡± a personajes concretos; ataques a ¡°eventos¡± de gente normal; ¡°boicots¡± a empresas comerciales (preferentemente creadas en Catalu?a) y bancos desafectos a la ci¨¦naga; ¡°retirada de dep¨®sitos¡±; ¡°intervenciones¡±; ¡°ocupaciones¡± de espacios p¨²blicos; ¡°interrupciones¡± de servicios p¨²blicos y dem¨¢s desmanes.

Es totalitario porque aspira a que la totalidad se identifique con sus posturas rupturistas de la legalidad. Aunque asegura que sus intervenciones ser¨¢n ¡°no violentas¡±, no se f¨ªen. La l¨ªnea fronteriza entre pacifismo y violencia de los escraches, las ocupaciones o los boicots de esta gente es muy delgada.

Y es clandestino porque deliberadamente carece de identificaci¨®n, de portavoz y de registro legal. ?Por qu¨¦, pues, su paternidad corresponde al expresident fugitivo y al president inane? Porque en esas circunstancias su filiaci¨®n corresponde a la sociedad digital que lo ha creado en un para¨ªso fiscal, la misma que opera para la c¨¦lula de Waterloo. Y porque sus primeros propagandistas han sido Puigdemont y Torra. Este ¨²ltimo, con un tuit en el que se declara ¡°comprometido¡± con su causa y que lo jalea con un ¡°suerte y adelante¡±.

Es clamoroso el silencio del Parlament ante tal muestra de confianza. Nadie inquiere a Torra hasta d¨®nde alcanza la complicidad de la instituci¨®n que encarna con esa iniciativa clandestina. La prensa no se sorprende. Esperemos que la ministra de Defensa en funciones sea m¨¢s espabilada y haya ordenado al servicio de espionaje que por una vez en la vida se entere de qu¨¦ pasa con las conjuras ilegales del secesionismo catal¨¢n. E identifique al menos a los sospechosos habituales.