¡°Me sent¨ª amenazado y lo empuj¨¦ a las v¨ªas del Metro¡±
Comienza el juicio contra el hombre que mat¨® a otro arroj¨¢ndole contra el suburbano
El cumplea?os de un amigo se convirti¨® en un funeral. La fiesta estaba programada en la discoteca Rumba Salvaje a medianoche, pero ?ngel Alfonso Benalc¨¢zar, de 27 a?os, decidi¨® comenzarla por su cuenta. Ingiri¨® alcohol y consumi¨® drogas desde las dos de la tarde. Cuando quiso dirigirse a su cita desde M¨®stoles, observ¨® que hab¨ªa finalizado el servicio de cercan¨ªas. Como alternativa, tom¨® el metro. La fatalidad lo puso en el camino de Jos¨¦ Pedro Escorial, de 55 a?os, con quien dice que mantuvo una discusi¨®n y acab¨® arrojando a las v¨ªas del suburbano. El convoy lo arroll¨® y muri¨® al instante. ?ngel se ocult¨® la cara y sali¨® huyendo. La polic¨ªa lo detuvo horas m¨¢s tarde en la fiesta de su colega.
Este martes ha comenzado el juicio en la Audiencia Provincial de Madrid. Los hechos ocurrieron el 14 de julio del a?o pasado a la una y media de la madrugada. Benalc¨¢zar, un agente de seguros de origen ecuatoriano, baj¨® al metro de M¨®stoles Central pasadas las 23.30. El convoy tard¨® en llegar y aquello le desesper¨® porque llevaba prisa, como repiti¨® en varias ocasiones. Baj¨® en la Casa de Campo para hacer trasbordo. Seg¨²n ha relatado en la primera sesi¨®n del juicio, se acerc¨® a otros pasajeros para preguntarles la hora, pero uno de ellos, a la postre su v¨ªctima, le dijo algo que no logr¨® comprender porque ¡°no estaba bien, ten¨ªa la voz pastosa¡±. Las miradas se sucedieron durante el trayecto hasta la estaci¨®n de Aluche, donde Escorial, un hombre corpulento que trabajaba como vigilante, cambi¨® de vag¨®n.
¡°Cre¨ª que era un episodio pasado, pero sigui¨® haci¨¦ndome gestos raros¡±, afirm¨® Benalc¨¢zar. Ambos descendieron en Eugenia de Montijo, estaci¨®n de la l¨ªnea 5 en la que tuvo lugar el crimen. ¡°Mi percepci¨®n es que ven¨ªa hacia m¨ª, me sent¨ª amenazado. Le dije: '?Qu¨¦ te pasa?'. Y le empuj¨¦¡±, ha reconocido el agresor, que lleva 15 meses en prisi¨®n preventiva. ?l sostiene que en ese momento ten¨ªa ¡°un subid¨®n¡± y que no se fij¨® en el espacio en el que estaba. Francisco Torres, cu?ado de la v¨ªctima, lo ha negado. ¡°No se encuentran cara a cara. En las im¨¢genes se ve como mi cu?ado se dirige a la salida, dando la espalda al agresor, que va detr¨¢s. Algo le dice, se vuelve y en ese momento le empuja sin existir forcejeo¡±, revel¨® Torres.
Al inicio de la sesi¨®n se han mostrado cuatro breves v¨ªdeos grabados en el interior del suburbano. Lo sucedido es inaudito, ya que la prueba documental suele visionarse al final. La jueza ha explicado que se ha alterado el orden para darle al acusado la oportunidad de defenderse y, al jurado, de 11 miembros, la capacidad de valorar los hechos. Mientras se mostraban las im¨¢genes se ha echado las manos a la cara, ha fruncido el ce?o y realizado gestos de desaprobaci¨®n. En el momento exacto del empuj¨®n algunos miembros del jurado han emitido un sonido irreproducible.
¡°Lo siento mucho, de todo coraz¨®n. Perd¨ª a mi padre y s¨¦ lo doloroso que es. Me siento mal porque por mi culpa hay una familia destrozada¡±, ha tratado de excusarse Benalc¨¢zar. Los familiares de la v¨ªctima consideran que la postura del agresor es impostada. ¡°No le perdonamos, queremos que haya justicia y que cumpla la pena porque mi cu?ado no va a volver a salir a la calle¡±.
La fiscal¨ªa pide 14 a?os de prisi¨®n y el pago de 250.000 euros a la familia en concepto de responsabilidad civil subsidiaria. La acusaci¨®n particular solicita 12 a?os y una indemnizaci¨®n de 120.000 euros. La v¨ªctima, soltero y sin hijos, viv¨ªa con su madre, Maximina Mar¨ªa, de 88 a?os, que no se ha querido perder el juicio, en el que se ha mostrado entera. Solo se ha derrumbado a la salida. ¡°Todav¨ªa me parece mentira que no vaya a volver. Estaba lleno de vida¡±, afirm¨® entre l¨¢grimas.
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