La tr¨¢gica elecci¨®n de Manel
El vecino de Vilaverd que vio como el r¨ªo arrastraba a su madre y a su hermano estaba evacuando a sus hijas
En Vilaverd, municipio de 500 habitantes y que se halla a medio camino entre Reus y Montblanc (Tarragona) el r¨ªo Francol¨ª se desbord¨® y arrastr¨® la noche del martes el bungal¨® donde viv¨ªan Cristina, de 69 a?os, y su hijo Javi, de 42. La fuerza del agua se los llev¨® ante la mirada impotente de Manel, hijo y hermano de los desaparecidos. Horas despu¨¦s sigue sin noticias mientras los bomberos y los equipos de emergencia rastrean el cauce del Francol¨ª a la altura de la Riba para tratar de localizar a los desaparecidos.
Manel vive desde hace a?os junto a su mujer Ana y dos ni?as peque?as en una mas¨ªa en las afueras del pueblo. Cristina, su madre, es natural de Barcelona, pero les visitaba tan a menudo que decidieron instalar un bungal¨® en el terreno de la finca. La parcela es grande y el espacio no era ning¨²n problema.
Cerca viven tambi¨¦n Montse y Miguel, los vecinos que el martes por la noche se marcharon a toda prisa previendo la subida del r¨ªo. En la huida hacia el pueblo, cargaron en su BMW a Manel, a Ana y a las dos ni?as. ¡°?l estaba desesperado¡±, recuerda Montse, refiri¨¦ndose a la desolaci¨®n que sufr¨ªa Manel apenas unos minutos despu¨¦s de ver como el agua se hab¨ªa tragado el bungal¨® donde estaban su madre y su hermano. ¡°No paraba de repetir que hab¨ªa tenido que elegir entre sus hijas y su madre¡±, rememora Montse.
Horas despu¨¦s, al amanecer, ya sin lluvia sobre Vilaverd, Manel segu¨ªa repitiendo su desaz¨®n ante los vecinos que se acercaban a interesarse por ¨¦l y por su familia. Devastada su mas¨ªa, se han realojado en la casa de unos conocidos, en el centro del pueblo, lejos del amenaza del r¨ªo. El Ayuntamiento les ha ofrecido una vivienda provisional.
Fue poco despu¨¦s de las diez de la noche del martes cuando el temporal despleg¨® sus efectos con m¨¢s violencia. El agua empez¨® a golpear con fuerza las puertas de su bungal¨® y Cristina llam¨® por tel¨¦fono a Manel y a Ana y les encomend¨® que despertaran a las ni?as, ambas menores de 10 a?os, y que se fueran de la finca sin perder tiempo. Ella y su hijo Javi estaban atrapados en la caravana, el empuje del agua no les permit¨ªa abrir las puertas. Manel sali¨® al patio de la finca, sin ropa y con el agua por encima de la cintura, para intentar auxiliar a su madre y al hermano pero, viendo la imposibilidad de llegar hasta el bungal¨®, activ¨® a toda prisa la evacuaci¨®n de su mujer y sus hijas.
¡°El ruido del agua era terrible¡± se?ala Montse, la vecina. No era sonido de lluvia, matiza, ¡°era ruido de r¨ªo desbordado¡±. El camino para llegar desde la finca hacia el pueblo estaba embarrado y destrozado, algunos camiones de bomberos quedaron despu¨¦s atrancados en ese punto. Pero Miguel, Montse y sus vecinos con las ni?as lograron alcanzar la carretera, pese a que se desplazaban con un turismo convencional y no con un todoterreno. Una vez puestas las ni?as a salvo en la casa de unos conocidos, trataron de regresar a la mas¨ªa. Para entonces, el agua hab¨ªa arrasado con todo. Tambi¨¦n con el bungal¨® de Cristina y Javi.
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