Honestidad radical
B¨¢rbara Mestanza y Ana Rujas son las autoras de ¡®La mujer m¨¢s fea del mundo¡¯, que se representa en El Pav¨®n Teatro Kamikaze
Se hicieron amigas despu¨¦s de ser compa?eras de piso. B¨¢rbara Mestanza y Ana Rujas convivieron en Embajadores por una tercera amiga com¨²n, otra actriz con la que compart¨ªan alquiler. ¡°No ten¨ªamos ni idea la una de la otra¡±. Estaban bajo el mismo techo, pero su amistad tard¨® en llegar un a?o. ¡°Entonces nos dimos cuenta de que nos quer¨ªamos¡±. Juntas escribieron ¡®La mujer m¨¢s fea del mundo¡¯, una pieza radicalmente honesta que ahora se representa en El Pav¨®n Teatro Kamikaze.
Vomitar verdades. Comenzaron con el proyecto una noche. ¡°Fue una noche de vomitar todo: vomitar vino y vomitar verdades. Est¨¢bamos hechas una mierda. Ella empez¨® a contarme experiencias propias, cosas que yo no sab¨ªa despu¨¦s de haber vivido con ella¡±, recuerda B¨¢rbara. ¡°Pensamos en escribir un texto y llevarlo a escena¡±, apunta Ana. ¡°Esta es una historia real. Es la suma de la vida de Ana Rujas, B¨¢rbara Mestanza y muchas otras¡± se lee sobre la pared del Ambig¨² a mitad de la funci¨®n. La proyecci¨®n despeja las dudas: lo que se cuenta es verdad.
Insatisfacci¨®n continua. Dirigida por B¨¢rbara, Ana defiende sola el texto en el escenario. Una actriz que fue modelo sin buscarlo habla sin parar, a la velocidad de sus pensamientos, sobre depresi¨®n, drogas, sexo, su oficio o su generaci¨®n. La noche del estreno, la protagonista pas¨® varias noches sin dormir bien. ¡°Me daba mucho miedo hacer esto. Sigo teniendo miedo cada d¨ªa¡±. Una hora sola sin apenas distancia con el p¨²blico. Confesiones duras que se cuentan en varios cap¨ªtulos. ¡°Lo estructuramos as¨ª para dejar descansar unos segundos al espectador de la tralla¡±.
Ansiol¨ªticos, coca¨ªna y chupitos de J?gger. La insatisfacci¨®n pivota sobre todo el texto. ¡°Nunca tenemos suficiente. Nunca estamos contentos con nada. Nuestros deseos est¨¢n creados por otros. No son reales¡±.
Vac¨ªo y belleza. Con escenograf¨ªa de Anna Cornudella y vestuario de Fede Pouso, ¡®La mujer m¨¢s fea del mundo¡¯ comienza con Ana Rujas cubierta por una mantilla blanca, tules y encajes. Suena la inconfundible ¡®Masked Ball¡¯ de ¡®Eyes Wide Set¡¯ mezclada con voces grabadas. ¡°Son todas las personas del equipo hablando sobre el vac¨ªo y la belleza¡±. La funci¨®n acaba con un mea culpa de la protagonista. ¡°Lo siento por ser un producto falso¡±, dice. ¡°Lo siento por contribuir a que te sientas imperfecta¡±.
Demasiados photocalls. Ana Rujas es consciente de todos los prejuicios que existen sobre ella. ¡°Estoy muy contenta de por fin poder ense?ar esta cara de la moneda¡±. Hubo un momento en que no hab¨ªa photocall al que no acudiese. Se pasaba la vida posando delante de logos. ¡°Mis padres no tienen nada que ver con este mundo. Mucha gente me dec¨ªa lo que ten¨ªa que hacer. Nadie me avis¨® de que ir a tantos photocalls hace da?o¡±. Ella era una chica punki con el pelo rosa de Carabanchel, que a los 17 a?os entr¨® en una agencia de modelos. ¡°Cuanto m¨¢s hac¨ªa de modelo, menos de actriz. Seguramente era una actriz mal¨ªsima¡±, dice en la obra. Madrile?a del 89, se dio a conocer con las series ¡®HKM¡¯ y ¡¯90-60-90, diario secreto de una adolescente¡¯.
Realmente kamikazes. Ana y B¨¢rbara agradecen mucho formar parte de la programaci¨®n de El Pav¨®n Teatro Kamikaze, sello de calidad. ¡°Tuvieron confianza ciega en nosotras. Fueron realmente kamikazes¡±. El espacio junto a la plaza del Cascorro que gestionan Miguel del Arco, Aitor Tejada, Jordi Bux¨® e Israel Elejalde mereci¨® el a?o pasado el Premio Nacional de Teatro. Las primeras funciones de ¡®La mujer m¨¢s fea del mundo¡¯ han agotado localidades, a¨²n comenzando a las 18:45, una hora extra?a en Madrid para ir al teatro. ¡°Tenemos que convivir con los de abajo¡±, dicen aludiendo a la programaci¨®n de la sala principal. Su p¨²blico es muy? joven. ¡°Es una alegr¨ªa. El texto les interpela directamente¡±. Carlos Cuevas, Nao Albet, Aura Garrido, Ricardo G¨®mez, Jose Martret o Jan? Cornet ya han ido a verla. ¡°Nos hace mucha ilusi¨®n que venga gente de la profesi¨®n¡±. Al acabar, siempre pasan por el animad¨ªsimo Caf¨¦ Pav¨®n.
Trascender. B¨¢rbara Mestanza lleg¨® a Madrid para participar en una serie diaria como actriz, Amar es para siempre. Entonces fue cuando Ana Rujas y el piso aparecieron. Se fue hace tres a?os a Barcelona y ahora ha vuelto. ¡°Al poco de irme, hubo una ¨¦poca en que nos ve¨ªamos una vez al mes porque ella ven¨ªa a mi casa o yo iba a la suya¡±. Despu¨¦s las dos se fueron unos meses a Nueva York. Una para hacer un proyecto con una compa?¨ªa de teatro, la otra para estudiar. ¡°Mira que idealiz¨¢bamos ir a vivir all¨ª, pero fue todo una mierda¡±. Al volver, las dos se hicieron el mismo tatuaje: la palabra trascender. ¡°Cual adolescentes fuimos a tatuarnos a la vez¡±. Admiran a gente como Ang¨¦lica Liddell. ¡°Siempre hemos entendido el teatro como algo sagrado¡±.
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