Las protestas del ¡®proc¨¦s¡¯ ponen en jaque el tr¨¢fico de Barcelona

La Meridiana, la Gran Via, la Diagonal, el paseo de Gr¨¤cia o el de Sant Joan. Desde el 14 de octubre, cuando se hizo p¨²blica la sentencia del proc¨¦s, las protestas en contra copan a diario una o varias calles y plazas de Barcelona. La ley exige que las manifestaciones sean comunicadas por escrito al Departamento de Interior con 10 d¨ªas de antelaci¨®n, aunque en caso de urgencia con 24 horas de previsi¨®n ser¨ªa suficiente. En la pr¨¢ctica, la gran mayor¨ªa de acciones que se han realizado desde el 14 de octubre no han sido comunicadas. Y pese a ello, raramente los agentes han disuelto las convocatorias, a no ser que se desmadrara la protesta con disturbios.

La cuenta de Twitter de los Comit¨¦s de Defensa de la Rep¨²blica (CDR) publicaba, el pasado 29 de octubre, las convocatorias para una noche en la que se atomizaban las protestas del independentismo en la capital catalana. El d¨ªa de antes, unos centenares de manifestantes se concentraron en la estaci¨®n de tren de Sants con la misi¨®n de colapsar la instalaci¨®n ferroviaria y, aunque no lo consiguieron, s¨ª causaron cierto revuelo y que decenas de pasajeros perdieran el tren.

La del 29 de octubre, martes, fue una de las concentraciones con menos asistentes desde el fallo del proc¨¦s. Los CDR convocaron a las 19.30 para cortar la Gran Via a la altura de Enten?a. Acudieron menos de un centenar de manifestantes. La Guardia Urbana cort¨® el tr¨¢fico desde la plaza Espanya hasta la calle Rocafort. Los manifestantes se colocaron casi en fila india para ocupar m¨¢s espacio. ¡°Estos polic¨ªas no intervienen. ?Para qu¨¦ nos sirven¡±, discut¨ªa un joven con su pareja desde la terraza del bar la Clau.

Tras varias semanas de protestas, las quejas por los cortes viarios se multiplican. ¡°Est¨¢n destruyendo todo Barcelona y esto lo pagaremos todos¡±, lamenta Sandra Dejong, propietaria del restaurante Roots and Rolls de la calle Consell de Cent. Desde que empezaron las protestas, Dejong ha visto reducida la facturaci¨®n de su negocio. ¡°Hab¨ªa barricadas en todo el Eixample. Tengo compa?eros a los que les han quemado la terraza. La gente, o se manifiesta o se queda en casa. Pero no vienen a cenar porque tienen miedo¡±, lamenta Dejong.

El Root and Rolls lleva un a?o abierto y tiene una docena de trabajadores. La propietaria se plantea, ¡°si todo sigue igual¡±, no renovar a alguno de sus empleados. ¡°No salen las cuentas. El d¨ªa de la huelga general cerr¨¦. No quer¨ªa que mis empleados se pusieran en peligro¡±, lamenta. ¡°Y lo peor es que en mitad del caos no hay nadie que nos defienda. La polic¨ªa deja hacer¡±, critica.

La opini¨®n de Dejong es com¨²n entre los empresarios. El director del Gremio de Restauradores, Roger Pallarols, es claro: ¡°Los entes p¨²blicos deben canalizar todo este conflicto y sacarlo de las calles. Ahora vivimos una tolerancia que es preocupante. El derecho a la manifestaci¨®n se pierde si no se anuncia y va en detrimento del resto de personas que tiene derecho a circular y a ir por las calles¡±. Pallarols cree que la inacci¨®n de las administraciones que dirigen a la Guardia Urbana y a los Mossos est¨¢n provocando el enquistamiento de esta situaci¨®n. ¡°El funcionamiento anormal de la ciudad perjudica no solo a los restauradores, sino a todos los negocios¡±.

Seguridad de los peatones

Una portavoz del Consistorio admite que, ante cualquier tipo de manifestaci¨®n, la directriz de la Guardia Urbana es velar por la seguridad de los peatones, entre los que se encuentran los propios manifestantes, cortando el tr¨¢fico. El cuerpo no los ha contado pero un agente reconoce que siempre han ido a rebufo de los manifestantes, salvo en las manifestaciones que s¨ª fueron comunicadas: la marcha de columnas del 18 de octubre, la manifestaci¨®n de las entidades independentistas del d¨ªa 26, la del 27 de Sociedad Civil Catalana y algunas protestas estudiantiles.

Otro de los grandes damnificados son los usuarios de autobuses y metro. Los Mossos suspendieron las conexiones con la Terminal 1 del Aeropuerto de El Prat el mismo d¨ªa que se hizo p¨²blica la sentencia. En otras ocasiones, estaciones como la de Catalunya, Arc de Triomf y Universitat fueron cerradas por altercados en el exterior. La gesti¨®n de los autobuses es mucho m¨¢s complicada. Jefes de TMB se desplazan junto a la Urbana cada vez que hay una protesta e intentan dirigir a los conductores en recorridos alternativos. Las correcciones sobre la marcha del trayecto son constantes e incluso el d¨ªa de la huelga general se suspendieron cuatro l¨ªneas de bus al no poder dar servicio ante la cantidad de gente que ocupaban las calles.

El pasado lunes un grupo de CDR intentaron colapsar la estaci¨®n de Sants. Una mujer se abri¨® paso entre los manifestantes independentistas con ayuda de los Mossos. La mujer se justificaba: ¡°Tengo que coger el tren y llegar a mi casa¡±. Uno de los manifestantes le grit¨®: ¡°Hay gente que no va a poder ir a su casa durante 13 a?os¡±.