La Gran Via, cortada 15 d¨ªas sin que la polic¨ªa intervenga

La acampada que comenz¨® el pasado 30 de octubre en la plaza Universidat de Barcelona como protesta contra la sentencia condenatoria a los l¨ªderes independentistas se ha cronificado. En estos 15 d¨ªas, los turismos no han podido circular ni por la Gran Via ni por la Ronda Sant Antoni. Decenas de campistas ¡ªde las juventudes de ERC y la CUP¡ª abandonaron el 8 de noviembre la protesta. Pese a ello, m¨¢s de un centenar de j¨®venes siguen all¨ª y ni Ayuntamiento ni Generalitat asumen la responsabilidad de desalojar a los activistas.

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Un joven improvisaba en la tarde de ayer algo que pretend¨ªa parecerse a un rap. Entonaba con un micr¨®fono en el centro de la plaza Universidat mientras peatones y campistas mostraban indiferencia a unas rimas improvisadas. Despu¨¦s de 15 d¨ªas, la acampada ya forma parte del paisaje urbano. El perfil de campista ha cambiado, y m¨¢s despu¨¦s de que el pasado viernes abandonaran la protesta los j¨®venes de la JERC y Arran. Las calles siguen cortadas por unas 300 tiendas que nadie sabe si est¨¢n llenas o vac¨ªas. Sobre el asfalto, j¨®venes fumando, comiendo, conversando¡­ una chica baila descalza, quiz¨¢s el rap martilleante que sigue sonando por los altavoces colocados en medio de la plaza.

A pocos metros de all¨ª se encuentra una carpa donde cinco j¨®venes, comunican lo que supone la nueva protesta. ¡°No tenemos las mismas prioridades que la gente de JERC o Arran. Ahora la acampada no es s¨®lo independentista, aunque algunos de los que est¨¢n aqu¨ª s¨ª que lo son, y todos estamos por el derecho a decidir. Ahora exigimos la dimisi¨®n de Buch, luchamos contra los desahucios, somos feministas y antifascistas¡­¡±, declara Jaume Sabri¨¤ consciente de que el relato de la nueva acampada todav¨ªa no lo han acabado de escribir de forma consensuada. Entre las facetas que han cambiado se encuentra la de romper cualquier puente con las personas que mediaban entre los activistas y los agentes de los Mossos d¡¯Esquadra. ¡°No hablamos con la polic¨ªa", zanja rotundamente Sabri¨¤. A su lado, un joven que se pasea por la plaza con un bat¨ªn granate de los de estar por casa asiente junto a una chica con la capucha puesta. Saben que pueden ser desalojados en cualquier momento y advierten que tienen una comisi¨®n de orden y control que estar¨¢ atenta y que activar¨¢ en su momento a otros colectivos que, cuando se produzca, intentar¨¢n evitar el desalojo. ¡°Tenemos ideas de futuro. En enero pretendemos que la acampada sea el centro neur¨¢lgico de varias movilizaciones¡±, admite otro de los j¨®venes.?

Una portavoz de los Mossos d¡¯Esquadra aseguraba ayer que la acampada se ha convertido ahora en un ¡°problema de espacio p¨²blico" y que debe ser el Consistorio de Ada Colau el que decida qu¨¦ debe hacer con la ocupaci¨®n. ¡°Cuando el Ayuntamiento requiera a los Mossos d'Esquadra para efectuar el desalojo de la acampada se valorar¨¢ el momento y la oportunidad¡±, admite la misma fuente.

El Consistorio oficialmente no realiza declaraciones sobre la acampada y remite a la petici¨®n que realiz¨® el Ayuntamiento a los Mossos para que activaran el servicio de mediaci¨®n. De hecho, la teniente de alcalde de Movilidad, Janet Sanz, alert¨® horas despu¨¦s de que se instalar¨¢n las primeras tiendas de campa?a que deb¨ªa ser compatible ¡°el derecho a la protesta con el de movilidad¡±. El problema con el que se encuentra el Consistorio es que los actuales activistas no reconocen al servicio de mediaci¨®n de la polic¨ªa auton¨®mica como interlocutores, por lo que esa v¨ªa queda cerrada.

El Consistorio de Ada Colau defiende que se ha garantizado la circulaci¨®n de los servicios de emergencia en la zona. El gran dilema con el que se encuentra el equipo de gobierno municipal es con la definici¨®n de la acampada. Un acto que comenz¨® ampar¨¢ndose en el derecho a la manifestaci¨®n y que ahora no saben c¨®mo describirlo.

Lo que si tienen claro los agentes de la Guardia Urbana es que, si la decisi¨®n del Consistorio es la del desalojo, tendr¨¢n que ser los Mossos los encargados de realizarlo, ya que el plan director del cuerpo policial municipal descarta la realizaci¨®n de funciones de orden p¨²blico.