Hartazgo ante las barricadas

Catalu?a vive desde el 14 de octubre peri¨®dicas interrupciones de tr¨¢fico en carreteras y calles, en l¨ªneas ferroviarias y en las fronteras con Francia. Se ha producido la ocupaci¨®n del aeropuerto de El Prat y de estaciones de tren, adem¨¢s de enfrentamientos con la polic¨ªa y acciones vand¨¢licas en las cuatro capitales de provincia.

Elisa Armas, una de las miles de personas que sufren en Barcelona este descontrol diario, increpaba este s¨¢bado al centenar de personas que interrumpieron el tr¨¢fico en la estaci¨®n de Sants, cerca de donde trabaja. Armas no se amilanaba pese a que una manifestante la fotografiaba con el m¨®vil: ¡°Estoy harta. En el bar donde trabajo la cosa va mal y constantemente tengo que cambiar la ruta para volver a casa. Lo peor fue una noche en la que nos bloquearon el coche con mi hijo dentro, en la calle Arag¨®n. Nos rodearon unos encapuchados, adolescentes¡±.

Los responsables de la situaci¨®n son los Comit¨¦s de Defensa de la Rep¨²blica (CDR) y Tsunami Democr¨¤tic, dos organizaciones an¨®nimas, investigadas por la justicia, que reciben el apoyo del Gobierno catal¨¢n, de los partidos independentistas y de muchos de sus votantes. ¡°Habr¨¢ caos mientras haya rehenes, mientras no haya libertad de expresi¨®n y de reuni¨®n y mientras no podamos ejercer la autodeterminaci¨®n¡±, anunciaron esta semana los CDR.

Luc¨ªa Flores sufri¨® el caos de los CDR el d¨ªa que se anunci¨® la sentencia del Tribunal Supremo contra los l¨ªderes independentistas. Pas¨® tres horas atrapada en la autopista C-58, en la salida de Terrassa (Barcelona), con sus hijos de 1 y 4 a?os. ¡°Los ni?os ten¨ªan fr¨ªo y lloraban. Yo tambi¨¦n me puse a llorar de impotencia y empezaron a re¨ªrse de m¨ª¡±. Flores recuerda que el momento de mayor tensi¨®n se produjo cuando una ambulancia tuvo que abrirse paso por el carril de emergencia, tambi¨¦n cerrado, para evacuar a un ni?o enfermo en uno de los veh¨ªculos bloqueados. Flores trabaja en Sabadell y en estas semanas, para evitar los cortes, sale una hora antes del trabajo para poder recoger a su hija mayor en el colegio.

15 horas sin dormir

La ocupaci¨®n de la autopista AP-7 del pasado mi¨¦rcoles en Girona dej¨® 500 veh¨ªculos bloqueados. Sus pasajeros tuvieron que pasar la noche en la carretera. Javier, Ronney y Ventura, compa?eros en la empresa Integra2, fueron tres de los damnificados. ¡°No estoy de acuerdo ni en desacuerdo con ellos. Pero me indigna estar 15 horas sin dormir¡±, lamentaba Javier. El problema para Ventura radicaba en que no se actuara contra los seguidores de Tsunami Democr¨¤tic que se hicieron durante tres d¨ªas con el control de la principal v¨ªa de conexi¨®n con Francia. ¡°Los mandatarios no hacen nada, no se interviene¡±, lamentaba Ventura tras revelar que pas¨® la noche de su aniversario en el coche.

¡°Tienen que luchar, lo entiendo¡±, reflexionaba Albert Surinyac, otro transportista que no pudo esquivar el corte: le pill¨® a un kil¨®metro de dejar el cami¨®n e irse a su casa, en Gav¨¤. ¡°Es una putada, pero no nos ha faltado de nada. Han pasado por los coches ofreci¨¦ndonos comida y de todo¡±, dec¨ªa Surinyac en un elogio sincero.

Elisa Armas vive cerca de la plaza Universitat, ocupada desde hace dos semanas por una acampada de j¨®venes antisistema e independentistas. Armas asegura que el ambiente es malo y que, incluso, una madrugada, a las cinco, su hora de ir al trabajo, un grupo de acampados visiblemente bebidos, seg¨²n asegura, la molestaron y avis¨® a la polic¨ªa.

Rizwan Faruq, taxista y vecino de plaza Universitat, admite estar ¡°muy perjudicado¡± por los acontecimientos: ¡°Desde octubre facturo un 40% menos porque la gente coge menos el taxi y hay menos turistas. Tengo tres hijos y no puedo permitirme perder dinero. Por eso en vez de 9 horas ahora trabajo hasta 14, hasta que gano lo necesario¡±. En el comercio de electr¨®nica Home Gallery, en Universitat, calculan que sus ventas se han reducido a la mitad los viernes y s¨¢bados. En la tienda de juguetes Palau, Xavier Brustenga constata que el negocio ha ca¨ªdo, aunque cree que el principal problema es el mensaje que transmiten los medios de comunicaci¨®n: ¡°Lo m¨¢s grave son las im¨¢genes que se ven en televisi¨®n, porque parece que haya foll¨®n todo el d¨ªa¡±.

Vecinos ¡°hasta las narices¡±

¡°Es una revoluci¨®n, pero de chichinabo, porque en Catalu?a se vive como en pocos lugares del mundo¡±, explica Juan Ram¨®n Rodr¨ªguez, gerente de una tienda de colchones en Sant Adri¨¤ de Bes¨°s. La carretera N-II entre este municipio y Barcelona ha sido cortada en varias ocasiones durante las ¨²ltimas semanas, exactamente delante del establecimiento de Rodr¨ªguez: ¡°Los vecinos est¨¢n hasta las narices. Los cortes, por suerte, duran poco porque son revolucionarios de cenar caliente y dormir bien¡±. El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragon¨¨s, pidi¨® el mi¨¦rcoles que las movilizaciones no aflojaran. ¡°Yo no hab¨ªa visto una revoluci¨®n en la que los opresores son los currantes de Sant Adri¨¤ y los oprimidos, las ¨¦lites¡±, opina Rodr¨ªguez.

Cortes como el de Sant Adri¨¤ se est¨¢n produciendo cada d¨ªa en el ¨¢rea de Barcelona. La interrupci¨®n del tr¨¢fico en la avenida Meridiana se produce cada noche desde hace un mes. Un centenar de personas cerraban el pasado jueves esta arteria de acceso a Barcelona. Muchos de los pasajeros en la estaci¨®n de autobuses de Fabra y Puig confirman que han tenido que modificar su recorrido habitual. Es el caso de Carmen Mart¨ªnez, empleada del hospital Vall d'Hebron, que reside en el Vall¨¨s Occidental: ¡°Habitualmente llego a casa a eso de las nueve; estos d¨ªas llego a las diez¡±, dice Mart¨ªnez, ¡°y me parece bien que protesten mientras no perjudiquen ni hagan da?o a otros, cosa que s¨ª hacen. Hoy he trabajado 12 horas y todav¨ªa me tienes aqu¨ª".

Juan Cruz esperaba dentro de su coche en el corte de este s¨¢bado en la estaci¨®n de Sants. Los antidisturbios de los Mossos de Esquadra tomaban posici¨®n frente a su veh¨ªculo. Cruz observaba la escena con resignaci¨®n: ¡°Tengo una tienda de dom¨®tica en la Diagonal y ya llevo varias veces en las que me he quedado as¨ª. Est¨¢ gente est¨¢ coartando mi libertad y perjudicando mi negocio¡±.

Vicent Tamarit es un agricultor jubilado de Valencia que ayer lleg¨® en tren a Sants. Los CDR bloqueaban la estaci¨®n y tuvo que andar un trecho largo cargando la maleta. Su familia tiene un hostal en la ciudad: ¡°El negocio iba bien pero ahora est¨¢ cayendo¡±. Tamarit recuerda cuando viajaba siendo joven por Catalu?a: ¡°Entonces era un modelo. Lo de ahora es muy triste¡±.