Pilar, te voy a contar una historia¡
Si escucharas lo que hay en la Asamblea y el Ayuntamiento, Pilar, no te lo podr¨ªas creer
Ver¨¢s, Pilar, mi amigo Jos¨¦ Mar¨ªa ??igo, cuando alguno de sus admiradores se acercaba a saludarle y le hac¨ªa la supuesta gracia de recordarle que ¡°por la tele parec¨ªa m¨¢s alto¡±, siempre respond¨ªa con molesta retranca: ¡°No hay que confundir altura con grandeza¡±. Y efectivamente, Pilar, ??igo era un hombre bajito, pero muy grande como profesional.
Me he acordado de esto, Pilar, porque por el Ayuntamiento de Madrid deambula un hom¨ªnido muy, muy alto, pero con la grandeza de un australopiteco. Dicen los expertos en antropolog¨ªa gen¨¦tica, que esta especie de primate se extingui¨® y que el homo sapiens evolucion¨® por otro lado, pero se equivocan. Conservamos un ejemplar.
Si lo escucharas, Pilar, no te lo podr¨ªas creer. Es muy macarra, y con emociones muy primarias, muy b¨¢sicas; las t¨ªpicas del macho alfa. Y menos a¨²n te creer¨ªas, Pilar, que a este esp¨¦cimen lo sigue una manada de hembras deseosas de coserles los botones y plancharles las camisas a los de su especie. Hay una, Pilar, de mirada desquiciada e intelecto retorcido, que fue repudiada por sus malas pr¨¢cticas pedag¨®gicas del instituto p¨²blico en el que trabajaba, y que ahora, encima, cobra un sueldo en la Asamblea de Madrid por desacreditar la pol¨ªtica. S¨ª, Pilar, en la Asamblea. Pagada con nuestros impuestos. Es una hom¨ªnida primate que dice que el feminismo es un c¨¢ncer y que los trapos sucios se lavan en casa, a hostias si hace falta. Que eso de llamar al 016 es una gilipollez.
En la misma Asamblea, Pilar, hay otra hom¨ªnida de melena negra y mirada g¨¦lida (en realidad es otro macho alfa que rivaliza en capacidad depredadora con el australopiteco del Ayuntamiento) que debe tener a su confesor estresado perdido de tanta absoluci¨®n como le reclama. Ya sabes, Pilar, que los de su club se permiten pecar sin medida porque lavan sus culpas con un par de padrenuestros y tres avemar¨ªas. Y esta miente mucho, es muy tramposa; anda escasa de ¨¦tica profesional y de escr¨²pulos morales, y est¨¢ dejando el prestigio de los arquitectos por los suelos.
Te cuento todo esto, Pilar, con la pena de que no me escuches. Tu pareja, que se llama Tom¨¢s y que ah¨ª sigue el muy cabr¨®n, te at¨® a la cama, te amordaz¨®, te moli¨® a guantazos y te mat¨® a base de pu?aladas traperas en tu pisito reci¨¦n comprado en el barrio de Tetu¨¢n. Ten¨ªas 49 a?os y un hijo de 9. Eras cirujana en el hospital de la Princesa; curabas a personas, salvabas vidas. Desde el 15 de agosto de 2019 ya no has podido salvar ninguna m¨¢s.
Y sabes, Pilar, el australopiteco te niega; y su manada de hom¨ªnidas te niegan. Dicen que t¨² y las otras 51 que este a?o se han ido contigo desde otros lugares de Espa?a, nueve de ellas vecinas tuyas aqu¨ª, en Madrid, solo sois un n¨²mero. Hoy he alzado tu nombre frente al Ayuntamiento de Madrid. Pilar Carde?osa Payo.
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