¡°Espa?a debe re¨ªrse m¨¢s de s¨ª misma¡±
El abogado, que defendi¨® a Joaquim Forn por el 'proc¨¦s', afirma que el juicio fue justo pero la sentencia, injusta
Javier Melero (Barcelona, 1958) recibe en su despacho de la avenida Diagonal, aunque pronto dejar¨¢ de serlo. La fiebre especulativa ¡ªse va despu¨¦s de que le hayan propuesto duplicar el precio del alquiler¡ª no perdona al abogado que, a su pesar (o eso dice) se convirti¨® en estrella del juicio del proc¨¦s. Melero presenta hoy en Barcelona su libro El encargo (Ariel), que efectivamente fue un encargo editorial de la misma manera que la defensa del exconsejero de Interior, Joaquim Forn, fue un encargo de la antigua Converg¨¨ncia, de la que ha sido penalista de cabecera en los ¨²ltimos a?os. El libro es una cr¨®nica del juicio, pero tambi¨¦n son las memorias de un abogado en busca de una salida para su cliente e incluso una reflexi¨®n cr¨ªtica sobre la Espa?a de hoy y de ayer.
Pregunta. Defiende que el juicio fue justo pero la sentencia, injusta. ?No es contradictorio?
Respuesta. No, porque el juicio es un artefacto procesal. La prueba se practic¨® correctamente, todo el mundo intervino... Hubo peque?os incidentes, como ocurre en todos los juicios. La sentencia, en cambio, es una creaci¨®n narrativa y jur¨ªdica: los jueces, en su laberinto, narran e intentan aplicar el derecho. Los par¨¢metros de valoraci¨®n var¨ªan.
P. En el juicio destac¨® por su defensa t¨¦cnica y no pol¨ªtica, pero tampoco parece que haya servido.
R. Cuando crees que pod¨ªas ganar y tienes una sentencia como la del Supremo, debes hacer examen de conciencia y preguntarte qu¨¦ has hecho mal. Sin vanidad, creo que plante¨¦ el juicio que ten¨ªa que plantear. Y que las pruebas vistas en el juicio deb¨ªan llevar a una conclusi¨®n diferente.
P. ?Cree que sirvieron de algo esas pruebas analizadas en la sala?
R. La sentencia ha puesto en evidencia la inutilidad de la prueba. De hecho, los magistrados no han osado recurrir, como medio de prueba, a las declaraciones de los polic¨ªas.
P. En el libro, asegura que no tiene por qu¨¦ haber afinidad ideol¨®gica con el cliente para defenderle.
R. La posici¨®n moral que debe tener un abogado ante este o cualquier otro juicio es defender de la mejor manera posible los intereses de su cliente. Afecte eso como afecte a la historia, que es responsabilidad de otros.
P. ?Hemos asistido, como se dice, a un juicio hist¨®rico?
R. Probablemente s¨ª. Pero la historia solo demuestra que pas¨® lo que pas¨®. Adem¨¢s, ser testigo de la historia y en cierta medida protagonista puede llegar a ser muy aburrido.
P. ?Cu¨¢l fue el peor momento de los cuatro meses de vista?
R. La declaraci¨®n de P¨¦rez de los Cobos [el coronel de la Guardia Civil que coordin¨® el dispositivo del refer¨¦ndum del 1-O]. Cre¨ªa que hab¨ªa que hacerle una o dos preguntas y al final me dej¨¦ llevar por lo que quer¨ªan los dem¨¢s.
P. El encargo reivindica una cierta Espa?a que, en el pasado, supo convivir. ?Existi¨® o es fruto de la nostalgia?
R. Algo debe de tener de constructo te¨®rico, porque me refiero a la Espa?a de mi juventud y uno acostumbra a recordar con afecto lo que vive de joven. Es verdad que ocurr¨ªan tambi¨¦n hechos pol¨ªticos graves y una gran polarizaci¨®n en algunas cuestiones. Pero no recuerdo que el eje nacional fuera un punto de divisi¨®n entre nosotros. Espa?a se toma ahora demasiado en serio, debe re¨ªrse m¨¢s de s¨ª misma. Hace falta m¨¢s sentido del humor.
P. La Espa?a plural del expresidente Zapatero, ?ya no es sexy?
R. Es curioso c¨®mo, con el paso del tiempo, Zapatero se aparece ahora como un gran estadista.
P. Sobre lo de tomarse en serio, el president Quim Torra ha dicho que para lograr la independencia hacen falta sacrificios.
R. Conozco su obra escrita y me parece un personaje m¨¢s complejo del que aparece en los titulares. En todo caso, le dir¨ªa que, si hay que sacrificarse, adelante, ¨¦l primero.
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