El Madrid oficial ignora a Greta

Greta Thunberg lleg¨® a las 8.40 del viernes a la estaci¨®n de Chamart¨ªn. Baj¨® del tren que la tra¨ªa de Lisboa con el tabl¨®n de madera donde aparece escrito en sueco Huelga escolar por el clima, un lema que acu?¨® cuando solo era una adolescente desconocida a la que le preocupaba el medioambiente. Ahora es un icono mundial en la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Sin embargo, las autoridades locales fueron ajenas a su desembarco en la ciudad. Ning¨²n pol¨ªtico la recibi¨® al pie de la estaci¨®n, a diferencia de otros lugares por donde ha pasado el fen¨®meno Greta. La ¨²nica bienvenida calurosa estaban dispuestos a d¨¢rsela tres mariachis que parec¨ªan haber madrugado por primera vez en su vida. Pero Greta sali¨® a toda prisa y a los cantantes no les dio tiempo ni a entonar la primera estrofa. Ya se hab¨ªa ido.

La repercusi¨®n del personaje, quiz¨¢ la estrella medi¨¢tica m¨¢s grande que ha visitado Madrid este a?o, no le vali¨® la consideraci¨®n de las autoridades locales, que han llegado a desmerecer su movimiento. El vicepresidente de la Comunidad, Ignacio Aguado, trat¨® de ridiculizarla hace dos d¨ªas: "Contra el cambio clim¨¢tico no se lucha viniendo en catamar¨¢n, sino impulsando medidas y pol¨ªticas p¨²blicas". Hace unos d¨ªas, el alcalde, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, en una entrevista con 20 minutos, intent¨® desligitimar su lucha haciendo referencia a su clase social: "Claro que es sostenible la forma en la que ella viaja, lo que no s¨¦ es si el resto del mundo podr¨ªa tener las posibilidades que tiene ella para viajar de esa manera".

En el mismo barco est¨¢ Roc¨ªo Monasterio, la l¨ªder de Vox, que mencion¨® un dato falso para restarle relevancia a Greta: "El PSOE, en vez de invertir los 150 millones que se va a gastar en traer a la ni?a Greta a Madrid, los deber¨ªa invertir en ayudar a los que tienen di¨¦sel". "La dictadura de la tal Greta, que viene ahora en diciembre y le pagamos el viaje los espa?oles", volvi¨® a decir en otra referencia p¨²blica.

Ning¨²n alto cargo de las administraciones madrile?as hizo el m¨¢s m¨ªnimo movimiento por acercarse al entorno de Thunberg. Ni siquiera lo han hecho con las organizaciones ecologistas en Madrid para asuntos relacionados con la cumbre. La visita de la activista sueca ha sido un suceso inc¨®modo.

El talante de los pol¨ªticos madrile?os contrasta con el recibimiento que le brind¨® el alcalde de Lisboa, Fernando Medina: "Espero que siempre pienses en Lisboa como tu casa". "Cuando escucho a quienes dicen que hay demasiada gente luchando en contra del cambio clim¨¢tico, pienso lo contrario: que necesitamos m¨¢s gente hablando de esto".

Es la primera vez que Thunberg visita Espa?a desde que hace 15 meses comenz¨® un inesperado movimiento de protesta internacional con un gesto en solitario. En agosto de 2018, con 15 a?os, decidi¨® no ir a clase y se plant¨® delante del Parlamento sueco para pedirle a los pol¨ªticos que actuaran contra el cambio clim¨¢tico. Activistas y cient¨ªficos hab¨ªan tratado durante a?os de dar visibilidad al problema medioambiental, con poco ¨¦xito. Thunberg, una ni?a autista, hija de una antigua cantante de ¨®pera de ¨¦xito y un actor que dej¨® su profesi¨®n para dedicarse a las labores del hogar y apoyar la carrera de su pareja, logr¨® lo que ellos no pudieron.

En este tiempo su movimiento Fridays For Future, o viernes por el futuro, ha ido ganando fuerza inusitada. Se ha encontrado con jefes de Estado, ha dado discursos en el Congreso de EEUU o el Parlamento brit¨¢nico.

En Lisboa, una capital tan tranquila e introvertida como ella misma, Thunberg encontr¨® la paz que es probable que no tenga en Madrid. La prensa de la capital portuguesa se olvid¨® de ella despu¨¦s del desembarco, el martes. Se perdi¨® por las laber¨ªnticas calles del barrio de Alfama con su padre y los otros cuatro acompa?antes que viajaron con ella en barco y uno de sus ayudantes. En Madrid la cobertura es m¨¢s intensa. Tuvo que abandonar la marcha por recomendaci¨®n de la polic¨ªa. Los agentes no pod¨ªan garantizar su seguridad.

Greta ha cultivado una imagen de liderazgo. Camina sola. En esta semana, en la que ha pasado muchas horas expuesta, mostr¨® tener el control. Un mensaje para sus cr¨ªticos, que la consideran un t¨ªtere de sus padres.

Un grupo de reporteros de televisi¨®n espa?oles se cruzaron con ella. Ning¨²n adulto se puso en medio. Ella respondi¨® sus preguntas.

Al montar en el tren de Madrid la polic¨ªa lisboeta puso una cinta junto a su vag¨®n, el s¨¦ptimo, para que la prensa la grabase desde ese punto del and¨¦n. Al acercarse subi¨® en el vag¨®n quinto y dej¨® a los periodistas colgados. Aparentemente, ella es la jefa.

"Ella es la que mueve a sus padres, y no del otro modo", dice Jenny Wenhammar, que ha participado en protestas de Greta desde la segunda semana en Estocolmo. Thunberg ha dicho muchas veces que ha conseguido entre otras cosas que sus padres se vuelvan veganos y que dejen de viajar en avi¨®n comercial.

La salida de la estaci¨®n de Chamart¨ªn de Greta Thunberg fue ca¨®tica. La atenci¨®n medi¨¢tica atasc¨® la terminal de trenes. La joven activista tuvo que ser escoltada por la polic¨ªa hasta la puerta, donde le esperaban dos coches el¨¦ctricos rojos. De all¨ª se dirigi¨® a Tetu¨¢n. El coche en el que viajaba se intern¨® en las estrellas calles de este barrio de Madrid. Thunberg reserv¨® una habitaci¨®n en un complejo de apartamentos tur¨ªsticos. Los due?os no fueron alertados de la presencia de la activista hasta que lleg¨® a hacer el check in por la ma?ana. El hijo de 13 a?os de la due?a del local aprovech¨® para tomarse una foto con la adolescente m¨¢s famosa del planeta.

Fuera, casi una decena de polic¨ªas de paisano vigilaban la calle. En la manzana pocos se enteraron que ah¨ª se acababa de instalar la adolescente. Unos pocos edificios m¨¢s all¨¢, el matrimonio de Ana y Juan Parra, dos estadounidenses que tienen una organizaci¨®n medioambiental sin ¨¢nimo de lucro, alquil¨® tambi¨¦n otro apartamento. Su opini¨®n sobre Thunberg es inmejorable: ¡°Es una inspiraci¨®n para la juventud. El futuro de ellos lo estamos destruyendo pero si nos ponemos manos a la obra podemos arreglarlo¡±.

Todav¨ªa no ha decidido cu¨¢nto tiempo se quedar¨¢ en Madrid, pero ya ha dicho que se marchar¨¢ antes de que acabe la cumbre. Igual que ella altera la programaci¨®n de una visita, como sucedi¨® el s¨¢bado, Fridays for Future act¨²a de forma muy aut¨®noma. Responsables de organizaciones ecologistas en Madrid, Ecologistas en Acci¨®n y Greenpeace, reconoc¨ªan que no tuvieron ning¨²n contacto con el movimiento de Thunberg para asistirles en su visita.

No hay certeza sobre cu¨¢nto durar¨¢ su estancia en Madrid. En Suecia la esperan su madre y su hermana menor, a las que no ve desde hace meses. Quiz¨¢s Madrid sea demasiado ruidosa y agitada para su gusto.