¡°La gente cada vez compra menos casta?as¡±
Angelines Cardenal lleva 62 a?os vendiendo casta?as asadas en las calles de Madrid. "Nunca he querido ser otra cosa", asegura
Angelines Cardenal (Madrid, 74 a?os) lleva toda la vida detr¨¢s del nafre. Insiste en decir ese nombre concreto porque es la herramienta con la que se lleva a cabo el oficio al que se ha dedicado desde ni?a: asar y vender casta?as en las calles de la capital. Hija y nieta de casta?eras, aunque actualmente est¨¢ jubilada, sigue atendiendo alg¨²n rato en su puesto de la glorieta de Bilbao, que ahora hereda su sobrina Yetti. ¡°Mi inter¨¦s es que mi sobrina siga la tradici¨®n¡±, explica.
?Por qu¨¦ empez¨® tan pronto?
En 1915 mi abuela empez¨® a vender casta?as en Goya, fue de las primeras. Al poco, la relev¨® mi madre. Yo, con seis a?os en casa empec¨¦ a hacer cucuruchos y a rajar las casta?as y me encant¨®, nunca he querido dedicarme a otra cosa, as¨ª que a los 12 a?os pusieron a mi nombre un puesto en Plaza de Castilla, que por entonces era como el final del mundo.
Entonces dej¨® de ir al colegio
Yo al colegio no he ido nunca. Lo poquito que fui, entre los seis y los ocho a?os, entraba por una puerta y sal¨ªa por la otra.
Si fueron de los primeros puestos ir¨ªa muy bien el negocio
S¨ª. Yo no daba a basto en Plaza de Castilla y mi madre vino conmigo mientras buscaba c¨®mo abrir otro puesto. Los viernes, s¨¢bados y domingos llegaban militares y no veas c¨®mo se vend¨ªa, se hac¨ªan filas largu¨ªsimas. Tambi¨¦n abrimos en Cuatro Caminos, en la calle de Orense y en la de Bravo Murillo.
?Cu¨¢ndo vino al puesto de la glorieta de Bilbao?
En 1975, antes ven¨ªa de paso porque si se pon¨ªa alguien malo. Como en todas las casas, las familias organiza su negocio. Pero ya cinco a?os despu¨¦s de casarme me vine aqu¨ª y no me he movido m¨¢s.
?C¨®mo va el negocio ahora?
La gente cada vez compra menos, aunque las vendo m¨¢s caras y con eso compensa. Hace veinte a?os hubo un boom y se vend¨ªan muchas. Y eso es una pena, porque las casta?eras son algo muy nuestro: las primeras casta?eras salieron de Madrid.
?Y por qu¨¦ la gente compra menos?
Porque la competencia es alta, ahora hay boller¨ªa industrial, s¨¢ndwiches, donuts. Pero la casta?a no lleva ni conservantes ni colorantes. Tienen mucho hierro, mucho potasio y bastantes calor¨ªas.
?Qui¨¦n sigue comprando casta?as?
La gente mayor, pero hay de todo. Tambi¨¦n he ido a colegios a vender y a ense?ar el oficio a los ni?os, y luego me vienen a comprar. Me cantaban [con la melod¨ªa de La canci¨®n del Cola Cao]: ¡°Yo soy la casta?era, casta?itas tengo yo. Son gordas y redonditas, todas de color marr¨®n¡±.
?Tienen clientela fija?
Mucha. Aunque desde hace dos a?os voy echando mucho de menos de gente que se ha ido del barrio porque cada vez est¨¢ m¨¢s caro. Unos vienen y otros van. Ahora hay muchos estudiantes que son de Le¨®n o de ?vila. Y yo les digo: ¡°?Uy! Las casta?as de ?vila, las mejores¡±.
?Alguna vez le ha pasado algo?
En el de Bravo Murillo 130, un d¨ªa a las 21 de la noche. [Ense?a una cicatriz en el codo]. Vino un chico y me agarr¨® del brazo, y me cort¨® con un bistur¨ª. Le empec¨¦ a gritar: ¡°?Como t¨² te lleves el pan de mi casa te abro la cabeza de un paletazo!¡±, y no me rob¨®. Si eso quitarme una casta?a y salir corriendo. Como el otro d¨ªa, que un chico se llev¨® una, fui detr¨¢s y le di una patada. Pero nunca me han robado dinero.
?C¨®mo hacen para aguantar el fr¨ªo?
Con la nafre, que la tienes siempre cerquita, te calientas. Antes era de carb¨®n de encina, ahora de butano. Y a la gente le grito: ¡°?Que son casta?itas asadas con carb¨®n!¡± Y luego les digo: ¡°?Con carb¨®n de Repsol!¡±
?Alg¨²n truco para no ponerse malo?
Hay que abrigarse y leche con miel por la noche. Yo nunca me he puesto mala y he trabajado con nevadas, solo alg¨²n resfriado.
?De d¨®nde trae las casta?as?
De El Bierzo, de ?vila, de Extremadura¡ casta?as buenas hay en toda Espa?a, pero hay que saber d¨®nde comprarlas.
?Cu¨¢l es su favorita?
La mejor es la casta?a mediana. El casta?o da un erizo, que normalmente da tres frutos: una lateral, otra al otro lateral, y una en medio, que es la mediana y es la que es divina. Y mis favoritas son las de la sierra de Gredos de ?vila.
El legado familiar
Angelines sigue acudiendo al puesto de casta?as todas las semanas para ense?ar la t¨¦cnica de elaboraci¨®n que ha heredado a su sobrina: ¡°Parece f¨¢cil, pero cada casta?a tiene su aquel¡±, explica la mujer. ¡°Hay que rajarlas y asarlas de diferente manera, y durante tiempos distintos, seg¨²n el tipo".
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