La desesperaci¨®n de los inspectores de educaci¨®n: pocos y politizados
Los interventores desdicen a la administraci¨®n, que asegura que controlan las cuotas ilegales de los centros concertados, y se quejan de realizar demasiadas tareas burocr¨¢ticas
Son pocos, est¨¢n saturados y politizados. Los inspectores de educaci¨®n de la Comunidad de Madrid no dan abasto y se dedican a realizar funciones burocr¨¢ticas que les impiden desempe?ar las tareas que se centran en mejorar la educaci¨®n de los centros de la regi¨®n. La Consejer¨ªa, sin embargo, se escuda en ellos cuando salta alguna pol¨¦mica. La ¨²ltima, la de los centros concertados que obligan a los padres a pagar cuotas irregulares, seg¨²n prueba un informe que present¨® el lunes en la Asamblea de Madrid la FAPA Giner de los R¨ªos y la Asociaci¨®n de Colegios Privados e Independientes (CICAE). Los inspectores, dicen fuentes de la administraci¨®n, velan para que eso no pase. Pero los mismos interventores lo desmienten: las actuaciones en centros concertados no forman parte de sus tareas preferentes desde este curso. ¡°Y el tema de las cuotas nunca nos han pedido que lo miremos¡±, dice Maria Eugenia Alc¨¢ntara, inspectora educativa desde 2011 en la capital espa?ola.
El malestar sobre las tareas que acaban realizando los inspectores lo canaliza Alc¨¢ntara y, seg¨²n los sindicatos, est¨¢ generalizado en un gremio que se encuentra solo ante el peligro: son 175 en toda la regi¨®n y tienen que supervisar a 3.500 profesores en pr¨¢cticas y 1.227.255 alumnos. El c¨¢lculo es llamativo: le pueden dedicar a cada docente 20 minutos de su tiempo durante un trimestre. Una minucia de la que tambi¨¦n se quejan los que sufren esa soledad al otro lado del aula. ¡°Desde que empec¨¦ mis pr¨¢cticas en septiembre no he visto al inspector que me corresponde¡±, dice G. P., profesora de ingl¨¦s de 37 a?os. Sus quejas, adem¨¢s, est¨¢n ¨ªntimamente relacionadas con otro dato arrollador: Espa?a es, junto a Italia, uno de los pa¨ªses de la OCDE donde menos se eval¨²a al profesorado. ?Cuesti¨®n de prioridades?
La funci¨®n del inspector la deja clara el art¨ªculo 151 de la LOMCE. Para empezar, ejercen de bisagra entre los centros educativos y la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, de la que dependen. Son la m¨¢xima competencia dentro de un centro a nivel educativo. Los que valoran, los que deciden si algo se hace bien o mal. Pero la pr¨¢ctica est¨¢ muy lejos de la realidad.
Para poner esa funci¨®n en pr¨¢ctica, cada Comunidad Aut¨®noma abre las plazas para inspectores que considera necesarias. Madrid no es de las regiones que cuenta con menos inspectores. Pero tampoco la que m¨¢s. Por delante est¨¢n Andaluc¨ªa, con 285, y Catalu?a, con 244 y con una previsi¨®n de ampliar el cupo en 100 m¨¢s en los pr¨®ximos meses. En el ¨²ltimo puesto, La Rioja, con 30. N¨²meros al aire que no dicen nada si no se tiene en cuenta el del alumnado en cada regi¨®n: mientras que la regi¨®n andaluza cuenta con 1.608.381 y la catalana con 1.353.618, la riojana tiene 54.595 estudiantes, seg¨²n datos de 2018. Madrid, por tanto, con un n¨²mero similar de alumnos tiene 110 inspectores menos que en Andaluc¨ªa y 69 que en Catalu?a.
Con esos n¨²meros, la administraci¨®n debe tomar partido y decidir qu¨¦ tareas son prioritarias. La queja, al final, est¨¢ generalizada: poco tiempo para vigilar la calidad y mucho en controlar los datos de los centros p¨²blicos. ¡°Nos piden que hagamos tareas burocr¨¢ticas, papeleos y luego lo dem¨¢s, lo importante, lo hacemos de oficio en el poco tiempo que nos queda. Al final tenemos que revisar si se cumplen las ratios, que es lo que parece que m¨¢s importa¡±, cuenta la inspectora.
Un trabajo que tambi¨¦n se mide en datos. De cinco d¨ªas a la semana, cuentan con dos para visitar los centros, ya que el resto lo tienen copados con reuniones y con los informes que deben entregar a lo largo de la semana: 10 de media, unos 40 al mes. Por tanto, en dos d¨ªas deben correr y pasar de refil¨®n por los centros.
¡°Las cuestiones que tienen un valor a?adido no te da tiempo a realizarlas y se hace de una manera muy superficial. Hacemos tareas que la inspecci¨®n no deber¨ªa hacer, como ver si realmente un jefe de estudios hace labores de jefe de estudios¡±, se queja y a?ade, adem¨¢s, ¡°est¨¢ el tema de los recortes¡±. ¡°No se incide en los aspectos de las necesidades, sino que nos piden que miremos las ratios para quitar recursos. Cuando las irregularidades est¨¢n en los centros privados, que es donde deber¨ªamos poner el foco. ?Es ilegal? No, pero depende de lo que se prioriza, porque eso tiene una orientaci¨®n pol¨ªtica¡±.
Seg¨²n un portavoz de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, el n¨²mero de inspectores ¡°est¨¢ equilibrado¡± y recuerda que este a?o ha aumentado el n¨²mero en ocho personas. Algo que para CC OO no es suficiente. ¡°Seg¨²n las tareas que han de hacer de conformidad con sus funciones, los centros y los alumnos, es necesaria una plantilla de 350 personas¡±, asegura Isabel Galv¨ªn, secretaria general de la Federaci¨®n de Ense?anza del sindicato, que cree que sobre todo existe ¡°una instrumentalizaci¨®n pol¨ªtica de la inspecci¨®n¡±.
La Consejer¨ªa, por contra, asegura que ha aligerado las tareas burocr¨¢ticas con ¡°tablets con Internet¡±. ¡°El trabajo es perfectamente asumible y adem¨¢s han recibido la pertinente formaci¨®n para su utilizaci¨®n¡±.
Pero no todo se soluciona con tablets. La mitad de los 175 inspectores de la regi¨®n se encuentra en comisi¨®n de servicios, es decir, en una situaci¨®n laboral similar a la de un interino. ¡°Eso quita independencia porque no tienen la misma libertad para hacer determinados informes. A ning¨²n pol¨ªtico le gusta tener escritos en contra porque luego le puede explotar en procesos judiciales. Falta independencia y objetividad¡±, se queja Alc¨¢ntara. Harta de la situaci¨®n, la inspectora lo resume: ¡°La Consejer¨ªa tiene la obligaci¨®n de tomar decisiones pol¨ªticas, pero nosotros no. Hasta la gente m¨¢s af¨ªn al PP est¨¢ inc¨®moda¡±.
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