El tr¨¢fico respetar¨¢ a Godoy
El Ayuntamiento quiere conservar ¡®in situ¡¯ los restos del palacio y propondr¨¢ a la Comunidad un proyecto que supone un mill¨®n y un mes m¨¢s en las obras
El tr¨¢fico no arrasar¨¢ los restos del palacio Godoy o Grimaldi hallados en la calle de Bail¨¦n. Al menos esa es la intenci¨®n del Ayuntamiento de Madrid. Tal y como informa a EL PA?S la Direcci¨®n General del Espacio P¨²blico, Obras e Infraestructuras del Consistorio, la pr¨®xima semana se enviar¨¢ a la Direcci¨®n de Patrimonio de la Comunidad de Madrid una propuesta de intervenci¨®n en este tramo, para salvar in situ?el tercio del palacio que fue eliminado en 1931. [Fotogaler¨ªa: las im¨¢genes del estado de los restos].
La competencia y decisi¨®n final es del equipo dirigido por Marta Rivera de la Cruz, que valorar¨¢ el proyecto que supondr¨¢ un incremento de un mill¨®n de euros en una obra presupuestada en 62 millones de euros. El alcalde, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, se reuni¨® la semana pasada con los responsables de esta ¨¢rea y concluy¨® que los restos deber¨ªan salvarse. Seg¨²n los responsables de esta obra, la nueva plaza de Espa?a y entorno no se retrasar¨ªa m¨¢s de un mes. Es decir, la reforma estar¨ªa lista para inaugurar antes del verano de 2021.
La idea del ¨¢rea de Obras P¨²blicas es mantener el t¨²nel de 300 metros de longitud que conecta la calle de Bail¨¦n con la calle de Ferraz, y desemboca a la altura del Museo Cerralbo, en la calle de Ventura Rodr¨ªguez. La ¨²nica modificaci¨®n del proyecto original ser¨¢ la t¨¦cnica de construcci¨®n del t¨²nel a su paso bajo los restos. La extensi¨®n del yacimiento es de unos 45 metros de largo y 20 metros de ancho. En ese tramo se emplear¨¢ el ¡°m¨¦todo belga¡±, una alternativa a la t¨¦cnica tradicional. M¨¢s lenta y costosa. Es la excavaci¨®n que se emplea para crear los t¨²neles de las minas y se construye a medida que se avanza, sin poner en riesgo el hundimiento.
La b¨®veda se asegura con un sistema de paraguas de pilotes horizontales. Es m¨¢s complejo, pero imprescindible para una operaci¨®n tan delicada como esta. No en vano, es el conjunto arqueol¨®gico m¨¢s importante de los hallados en la ciudad desde la intervenci¨®n en la plaza de Oriente, en los noventa. Al frente de la obra de ingenier¨ªa est¨¢ el arquitecto uruguayo Jos¨¦ Luis Infanzon, director general del ¨¢rea de Obras P¨²blicas y responsable en el pasado del soterramiento de la M-30.
Paseo cultural
El Ayuntamiento asegura que quiere mantenerse fiel a la intenci¨®n de ¡°ciudad paseable¡±, y lo que en un principio ¡ªall¨¢ por septiembre¡ª parec¨ªa un problema, ¡°se ha convertido en una oportunidad¡±, a?aden las fuentes de Obras P¨²blicas. Se refieren a la posibilidad de a?adir a ese paseo un nuevo referente cultural. El palacio del marqu¨¦s de Grimaldi ¡ªdeclarado Bien de Inter¨¦s Cultural, en el a?o 2000¡ª, conocido por ser ocupado por Godoy, fue realizado entre 1776 y 1782 por el arquitecto Francesco Sabatini (1721-1797) y recortado en la primavera de 1931. Entonces se procedi¨® al derribo de un tercio del edificio para ampliar la calle de Bail¨¦n. La parte que desaparece inclu¨ªa las estancias privadas de Manuel Godoy, el llamado Pr¨ªncipe de la Paz y favorito de Carlos IV. Finalmente, en 1943, se erigi¨® la actual fachada y desde 1975 el palacio reformado alberga el Centro de Estudios Pol¨ªticos y Constitucionales, contiguo al edificio del Senado.
Ser¨¢ la Comunidad de Madrid quien decida si los restos pueden ser visitables y, en ese caso, si lo convierte en un centro de interpretaci¨®n. Entonces, el ?rea de Cultura del Ayuntamiento tendr¨ªa la competencia de la gesti¨®n. Hasta el momento, el departamento dirigido por Andrea Levy no ha participado de la marcha de los acontecimientos. ¡°El verdadero valor a proteger es la ciudad, pero no se pueden museizar ni congelar las ciudades. Hay que integrar todos los elementos en el entorno¡±, cuentan los responsables de Obras P¨²blicas, que indican que lo hallado es la primera planta del edificio y unos s¨®tanos. ¡°Estos yacimientos no representan algo ¨²nico¡±, explican. Sin embargo, s¨ª son un testimonio perfecto de la historia de esta ciudad y de c¨®mo se ha entendido la conservaci¨®n del patrimonio a lo largo del siglo XX y del XXI.
El palacio fue cortado a ras de suelo y las dependencias rellenadas con escombros. Rompieron b¨®vedas para rellenar los s¨®tanos y que la calle de Bail¨¦n no se viniera abajo. En el Ayuntamiento llama la atenci¨®n que los restos aparecieron nada m¨¢s levantar el asfalto. Por eso el estado de conservaci¨®n que ha llegado a nuestros d¨ªas es ¡°excepcional¡±, tal y como han concluido las arque¨®logas Esther Andreu Mediero y Carmen S¨¢nchez en su ¨²ltimo informe sobre los yacimientos, antes de entregar el final en los pr¨®ximos d¨ªas. Los pavimentos de granito de las salas est¨¢n perfectos, el ladrillo de los techos abovedados tambi¨¦n, as¨ª como los enlucidos de las paredes o las escaleras de acceso, tal y como confirmaron las primeras fotograf¨ªas publicadas por este peri¨®dico. Los escombros han hecho de masa inquebrantable, que ha protegido los restos durante esos casi 100 a?os enterrados bajo el tr¨¢fico rodado.
Al otro lado de la pasarela de Bail¨¦n, en la calle de Ferraz, las arque¨®logas han encontrado los cimientos que Sabatini realizaba para nivelar el terreno en el que se construy¨® a finales del siglo XVIII el cuartel de San Gil, demolido en 1932. Sin embargo, estos restos no correr¨¢n la misma suerte que los del palacio de Grimaldi: una vez sean datados e investigados, el t¨²nel pasar¨¢ sobre ellos y volver¨¢n a ser invisibles, aunque no destruidos.
La propuesta conservacionista del Ayuntamiento de Madrid satisface a los especialistas en protecci¨®n del patrimonio art¨ªstico, convencidos de que la ciudad no puede permitirse perder una p¨¢gina de su historia como esta. Para este sector, representado por la Asociaci¨®n Madrile?a de Trabajadores y Trabajadoras en Arqueolog¨ªa (AMTTA) y Madrid Ciudadan¨ªa y Patrimonio, los restos deben ser tratados como rastros de una historia propia. No como restos sin m¨¢s. Desde que tuvieron conocimiento de la aparici¨®n de los cimientos del edificio, estas asociaciones han exigido el mantenimiento en su sitio de las estructuras halladas, sobre todo, por tratarse de obra c¨ªvica de Sabatini, un arquitecto muy ligado a esta ciudad.
Conservar sin desplazar
No es lo mismo conservar las piedras fuera de su contexto, porque el lugar en el que fueron erigidas tambi¨¦n forma parte del monumento y as¨ª parece haberlo asumido el alcalde, que ma?ana presentar¨¢ a los medios el proyecto que adelanta EL PA?S. De hecho, los protocolos internacionales de conservaci¨®n proh¨ªben desplazarlos. Ya lo dicta la Carta de Atenas, firmada en 1931. Pero la Ley de Patrimonio Espa?ol, de 1985, tambi¨¦n proh¨ªbe los traslados. Aunque siempre hay excepciones, pero solo ocurren cuando es imposible salvar el monumento, como ocurri¨® con el traslado del Templo de Debod, en 1968, ante la construcci¨®n de la presa de Asu¨¢n (Egipto).
Hasta el momento la Comunidad de Madrid no ha definido su posici¨®n frente al extraordinario hallazgo. El pasado 3 de diciembre, a pregunta de M¨¢s Madrid en la Asamblea, la directora de Patrimonio, Elena Hernando, apunt¨® que antes de decidir si los restos son arrancados de su ubicaci¨®n natural y son trasladados a alg¨²n otro lugar, deben recibir el informe completo de las arque¨®logas y la propuesta del Ayuntamiento. Entonces tomar¨¢n una decisi¨®n, es decir, a finales de este mes. ¡°Debemos conocer la afecci¨®n de la obra y entonces podremos decidir. Debemos tener todos los datos para valorar el impacto¡±, manifest¨®. Y asegur¨® que trabajar¨ªan con el Ayuntamiento en las soluciones t¨¦cnicas ¡°para compatibilizar la ejecuci¨®n del proyecto y la conservaci¨®n de los restos¡±. Mart¨ªnez-Almeida lo ve posible. Solo falta el ¡°s¨ª¡± de Isabel Ayuso
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