?Es este grafiti una ofensa a las mujeres o un alegato feminista?
Una grafitera hablar¨¢ ante la Junta de Distrito de Salamanca tras pedir una vocal vecinal socialista que se elimine por la "enorme alarma" que genera entre los vecinos
"?Por qu¨¦ Botero puede plantar la estatua de una mujer desnuda en Col¨®n y yo no, por qu¨¦ lo suyo es arte y lo m¨ªo, pornograf¨ªa?", se pregunta la artista pl¨¢stica, grafitera y tatuadora Didi Leona, que recuerda que las salas del Prado est¨¢n llenas de desnudos "pintados por hombres", las marquesinas de los autobuses, de anuncios de mujeres en sujetador, y los limpiaparabrisas de los coches, de reclamos de prostituci¨®n. "Y a nadie le importa y nadie dice nada".
La respuesta a esta cuesti¨®n tan compleja ¡ªqu¨¦ se considera arte, si tiene l¨ªmites la provocaci¨®n, d¨®nde empieza la pornograf¨ªa y acaba el erotismo, qu¨¦ es espacio p¨²blico, qu¨¦ puede ser un alegato feminista y qu¨¦ una ofensa contra las mujeres y qui¨¦n reparte los carn¨¦s de feminismo¡ª resume lo que est¨¢ ocurriendo con una de sus obras, tres grafitis legales que pint¨® hace un mes por encargo en los cierres de un local "por la zona de O'Donnell", en el distrito de Salamanca. Son las caricaturas de cuatro perritas humanizadas e hipersexualizadas en tanga y sujetador, entre asesinas y prostitutas, armadas con metralletas y bolsos bajo los lemas dirty girl (chica sucia) y bitch power (el poder de las zorras), que han escandalizado a una parte del vecindario, preocupado sobre todo por los ni?os de un colegio religioso cercano.
En defensa de su trabajo y para evitar que el Ayuntamiento de Madrid ordene borrarlo, Didi Leona ha pedido algo ins¨®lito en un mundo tan herm¨¦tico y contracultural como el grafiti: intervenir en el pleno de la Junta de Distrito, aconsejada por M¨¢s Madrid. Por un error de c¨¢lculo ¡ªpara solicitar el llamado turno vecinal se exige cursar la petici¨®n con 10 d¨ªas¡ª no ser¨¢ en el que se celebre este 21 de enero sino a finales de febrero.
En el pleno de diciembre, la vocal vecinal a propuesta del PSOE Teresa L¨®pez Chamosa plante¨® la siguiente pregunta, recogiendo "la enorme alarma" y "el rechazo" que el grafiti hab¨ªa causado en la asociaci¨®n de vecinos de la colonia de chal¨¦s de Fuente del Berro: "?Va a tomar la Junta alguna medida para quitar unos grafitis eminentemente pornogr¨¢ficos y vejatorios para la mujer?". L¨®pez, periodista jubilada y "feminista de toda la vida", no cuestiona que sea arte y que "se pueda ver en galer¨ªas", pero s¨ª que est¨¦ "en un cierre met¨¢lico a pie de calle" porque los ni?os y los ancianos no entienden "d¨®nde est¨¢ la l¨ªnea entre lo natural y lo desde?able". Recuerda que acudi¨® a verlo y que pregunt¨® d¨®nde estaba a una mujer joven. "Me dijo que estaba harta de que sus hijos vieran esa imagen peyorativa de la mujer". Para la vocal, no hay ninguna duda: el grafiti "reproduce estereotipos machistas y fomenta la prostituci¨®n, que es violencia de g¨¦nero".
La intenci¨®n de Didi Leona, que como tiene que vivir de algo lleva cinco a?os tratando de rentabilizar sus pinturas tras cansarse de perder el tiempo en trabajos como camarera y limpiadora que la hac¨ªan infeliz, es justamente la contraria. "Llevo toda mi vida oyendo c¨®mo me llaman puta si me arreglo o camionera si no lo hago y yo lo que defiendo es que el t¨¦rmino no es ofensivo, lo que hago es apropiarme de ¨¦l y revertirlo, normalizarlo para que deje de ser un insulto". De cara al d¨ªa en el que sea "citada a declarar ante el pleno", lanz¨® una petici¨®n de apoyo en Instagram, donde tiene 12.000 seguidores. Recibi¨® m¨¢s de 500 mensajes en 10 horas "de cantantes de trap, colectivos feministas, de gente de street art", hasta que borr¨® el mensaje "por miedo a posibles represalias".
La artista, que cita entre sus referentes al punk, ¡ª"?pero si? Las Vulpess ya cantaban?Me gusta ser una zorra en 1983!"¡ª, al anime, a la escritora y cineasta Virginie Despentes, denuncia censura y pide respeto a su arte, a su libertad de expresi¨®n y a la lucha feminista. "C¨®mo les pueden ofender mis caricaturas y no la prostituci¨®n en s¨ª, que se ejerce en todos los barrios de Madrid", se lamenta, para argumentar que "mostrar el cuerpo, apenas una carcasa, es un acto pol¨ªtico". A su juicio, un "error fort¨ªsimo" del feminismo es ser cerrado y estricto. "Nunca seremos suficientemente feministas a ojos de algunas, pero el feminismo es mucho m¨¢s amplio", recuerda.
En el pleno, Jos¨¦ Fern¨¢ndez, concejal presidente del distrito, del PP, acept¨® la petici¨®n de L¨®pez y mand¨® a un equipo de limpieza del Selur, que volvi¨® sin cumplir su misi¨®n al ser un local privado. Seg¨²n explica una portavoz, despu¨¦s mand¨® a un inspector a recabar datos, pero el due?o del local se neg¨®. Ahora, ha dado una instrucci¨®n a la polic¨ªa para que estudien si contraviene la ordenanza de publicidad exterior. A Fern¨¢ndez "personalmente no le gusta el grafiti", pero act¨²a no seg¨²n su criterio sino "ante la denuncia vecinal".
Sin embargo, M¨¢s Madrid apoya a Didi y le ha aconsejado que tome la palabra "para explicar su obra". Su concejal Luis Cueto confiesa que en un principio les parec¨ªa "un horror" y estaban de acuerdo con el PSOE pero que, tras indagar, su vocal vecinal Ana ?lvarez descubri¨® "que las cosas no son lo que parecen" y cambiaron de perspectiva. A su juicio, este tipo de arte "les incomoda y su intenci¨®n es eliminarlo", pero se han topado con un potente muro de defensa: est¨¢ en un local privado, a la saz¨®n un taller art¨ªstico. "El Ayuntamiento no tiene potestad para alterar la decoraci¨®n de un local, ser¨ªa un atropello, como mucho podr¨ªan considerar que contraviene alguna ordenanza y tendr¨ªan que pedir por escrito al due?o que proceda", aclara. "Te puede gustar m¨¢s o menos Luis Pastor, pero no censurarlo. Si act¨²an como Torquemadas, lo vamos a denunciar", advierte.
Para Cueto, el discurso de Didi es "m¨¢s contempor¨¢neo y aguerrido", "m¨¢s transgresor y menos blandurrio" que el de sus predecesoras y es normal que "a las feministas tradicionales les cueste? pillarlo e incluso les repugne". "Estamos ante un choque generacional, ante un debate entre sensibilidades art¨ªsticas y connotaciones", concluye el concejal, que recuerda que las nuevas generaciones llevan 300 a?os provocando y que "desde Picasso, lo bonito no importa en el arte".
Valorar la calidad de su obra corresponde a los expertos en grafiti, un mundo donde sus trabajos y su bombardeo son muy apreciados y se consideran "muy currados". "Es una m¨¢quina, tiene todo el centro pintado, es gran escritora, buen¨ªsima, de lo mejor de los ¨²ltimos a?os, grafiti puro", opina entusiasmado un veterano y respetado escritor. Aunque subraya que hay que diferenciar entre "una pieza en una pared y un trabajo legal y remunerado", lo que no entiende es "qu¨¦ hace dando explicaciones". "El grafiti es as¨ª, t¨² escribes lo que quieres sin esperar nada. Habr¨¢ a qui¨¦n le guste y habr¨¢ a qui¨¦n no, pero no viene a cuento ir a un pleno, si ella cree en lo que hace, si quiere reivindicar el feminismo pintando tetas, pues que siga haci¨¦ndolo, el grafiti es libre y salvaje y no busca la aceptaci¨®n", argumenta, para a?adir que el Ayuntamiento "no es nadie" para decir al due?o de un local qu¨¦ puede poner y qu¨¦ no.
Tambi¨¦n la aplaude Francisco Reyes, grafitero, profesor en Ciencias de la Informaci¨®n?y director del programa Ritmo Urbano de La2, aunque la considera "normalita" como artista. "Hace letras sencillas y legibles, calidad no tiene demasiada pero el grafiti tambi¨¦n trata de llamar la atenci¨®n y ella lo ha conseguido". Lo que s¨ª valora como rompedor y novedoso es su uso de las redes sociales y el erotismo y la sexualidad que invade y contamina toda su obra, con la incorporaci¨®n de su cuerpo como un elemento m¨¢s de expresi¨®n art¨ªstica, dos "vueltas de tuerca que la hacen diferente". Para Reyes, el trasfondo es que "siempre que se trata el tema de la mujer y la sexualidad, hay conflicto", pero la pol¨¦mica de si es o no arte le resulta est¨¦ril e irrelevante. "El grafiti es un movimiento que te puede gustar m¨¢s o menos, pero el ¨²nico debate y la ¨²nica raz¨®n es la legalidad, si ah¨ª se puede o no pintar". Y Didi est¨¢ en terreno legal.
Desde la otra pata de esta historia, el feminismo, a Didi Leona se la entiende poco y mal. Ocurre lo mismo, salvando las distancias, que con las cantantes de trap latino?Bad Gyal o La Zowi, de est¨¦tica y discurso similares, o con la presentadora Cristina Pedroche y sus campanadas. Una parte del movimiento por la igualdad considera que no hay nada de empoderante en la palabra puta ni en la sexualizaci¨®n de la mujer, mientras que aplauden que estas artistas defiendan su sexualidad y se apropien del lenguaje de la explotaci¨®n y de la calle para neutralizarlo.
La feminista Mar¨ªa Bastar¨®s, comisaria e historiadora de arte y autora de la novela?Historia de Espa?a contada a las ni?as y del ensayo?Herstory, es de las segundas. Explica que Didi hace "lo que se lleva haciendo desde distintos activismos desde los a?os setenta: apropiarse del insulto lo desactiva y subvierte su significado". La palabra maric¨®n es un claro ejemplo, como recuerda la propia grafitera, que ha pasado de ser lo peor que se le pod¨ªa decir a un hombre a una forma amistosa de llamarse entre gais. Otro asunto es "la lectura que el p¨²blico profano pueda hacer de esas im¨¢genes". "La percepci¨®n general tambi¨¦n es un asunto que la artista debe considerar para explicitar su mensaje y que este quede al alcance de todos", anota.
A su juicio, el problema es "hablar a estas alturas de feminismo en singular, hay feminismos muy diversos" y lo interesante es que los feminismos dialoguen, que no se recurra a movimientos de origen hegem¨®nico como la censura". A eso ir¨¢ Didi al pleno, en el que se dirimir¨¢ si es posible el entendimiento entre el feminismo y el arte de Usera o Campamento con el de Salamanca. Si no, Didi promete que llevar¨¢ su causa a la justicia: "Voy a por todas".
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