Fondos buitre rojigualdas
Dirigentes de la derecha patriotera, est¨¢is manoseando tanto la bandera para tapar vuestra indiferencia hacia el m¨¢s necesitado
Las banderas no se aman por mucho que te las metan por los ojos. Ni mucho menos cuando se las apropian, precisamente, los representantes de partidos corruptos, intolerantes, machistas, hom¨®fobos, defensores de la sanidad privada antes que de la p¨²blica, que venden viviendas sociales a fondos buitre y que prefieren financiar una educaci¨®n sectaria antes que la que ense?a valores ciudadanos, solidarios y humanistas.
La presidenta IDA ha perdido (?chorprecha!) la documentaci¨®n que les pide el juez que investiga la financiaci¨®n irregular del PP en Madrid, pero ella se envuelve en una bandera, suelta la palabra Espa?a cada dos por tres, y listo. Y la plebe, tan contenta de que gobernantes tan patriotas obstaculicen una investigaci¨®n judicial que intenta pescar a unos delincuentes.
Dirigentes de la derecha patriotera, est¨¢is manoseando tanto la bandera para tapar vuestra indiferencia hacia el m¨¢s necesitado, que la est¨¢is ultrajando y nos est¨¢is ofendiendo. ?Quer¨¦is banderas de Espa?a por todo Madrid? F¨¢cil.
Hagamos un llamamiento a todos los vecinos estafados por Ana Botella con la venta de sus viviendas p¨²blicas a fondos buitre: pongan ustedes grandes banderas de Espa?a en sus balcones con el lema ¡°El PP y Botella nos han vendido¡±, y as¨ª quedar¨¢ ¨ªntimamente unido el patriotismo de inquilinos y el patrioterismo de gobernantes.
En Madrid, muchos estamos de banderitas hasta la peineta. Porque salvo el alcalde Mart¨ªnez, la presidenta IDA y sus socios, de quienes no dudo que llevar¨¢n calzoncillos y bragas rojigualdas para sentirse espa?oles hasta las g¨®nadas, los dem¨¢s ya hemos notado que detr¨¢s de cada bandera que ondean no hay patriotismo. Hay patrioterismo barato.
Ya no hay forma de hacerle una foto a la Cibeles sin que salgan las doce, trece o catorce banderas espa?olas que la rodean. Ni es posible tomar una imagen limpia de esa maravilla arquitect¨®nica que es el Palacio de Telecomunicaciones (ejemplo de derroche desquiciado con nuestro dinero para que el megal¨®mano Ruiz Gallard¨®n se instalara en su Domus Aurea) sin que salga afeado por esos gigantescos banderones que cuelgan sin ton ni son de la fachada. A Mart¨ªnez se le hac¨ªa poco la otra bandera que tambi¨¦n ondea en lo alto del edificio. Y es que cuando Mart¨ªnez coge una linde, la linde se acaba y Mart¨ªnez sigue. Lo hace para que no se nos olvide en qu¨¦ pa¨ªs estamos. Tambi¨¦n fue un postureo innecesario en la era Carmena que colgara durante tres a?os la pancarta dando una in¨²til bienvenida a refugiados que ya no llegaban.
La exalcaldesa Ana Botella, la que vendi¨® los pisos construidos con dinero p¨²blico, dinero nuestro, a un gigante inmobiliario internacional, tiene en el jard¨ªn de su casa un m¨¢stil con una enorme bandera. L¨®gico. Botella y su partido tienen mucho que agradecer a Espa?a y a los espa?oles. Son prestidigitadores. Con una mano nos agitan la banderita para atraer la atenci¨®n y hacerse pasar por honestos patriotas, y con la otra nos birlan la cartera. Viva Espa?a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.