Primeras horas en clase sin Aria
El colegio El Porvenir tuvo que improvisar un protocolo para atender a los compa?eros de la ni?a de tres a?os muerta el viernes atropellada por una moto
La fiesta de cumplea?os termin¨® en tragedia. Una hija menos, la ¨²nica. Una alumna menos. Una amiga menos. Un accidente m¨¢s. Un fallecido m¨¢s. De celebrar la vida soplando las velas de la tarta, a tratar de digerir la muerte llegada de golpe y porrazo. Todo con apenas unos minutos de diferencia. Pero ?qui¨¦n nos ayuda en estos duelos inesperados? ?qui¨¦n nos muestra el camino tras las muertes traum¨¢ticas? ?qui¨¦n nos hace los necesarios torniquetes emocionales?
Un atropello en la tarde noche del pasado jueves seg¨® la vida de la peque?a Aria, una de las invitadas al cumplea?os. Ten¨ªa tres a?os. Su madre result¨® ilesa pero vivi¨® muy de cerca todo. Tambi¨¦n algunos compa?eros de la ni?a fueron testigos. Y los padres. Sali¨® disparada tras ser embestida por una moto. Traumatismo craneoencef¨¢lico. Tumulto de sirenas, ambulancias, m¨¦dicos y agentes de polic¨ªa. Traslado a La Paz y, poco despu¨¦s, certificaci¨®n de su muerte al despuntar el viernes.
El de Aria es solo uno m¨¢s de los 142 accidentes que cada d¨ªa tienen lugar en las calles de Madrid. Pero m¨¢s all¨¢ de estas cifras y de las investigaciones policiales en curso, El PA?S ha querido saber c¨®mo los servicios psicol¨®gicos lidian en su d¨ªa a d¨ªa con hechos traum¨¢ticos como este. Esos que crees que nunca te van a tocar de cerca hasta que te tocan.
Mar¨ªa Mart¨ªnez no es madre pero explica que tiene 1.200 hijos. Son los alumnos del Colegio El Porvenir de Madrid. Aria era uno de esos hijos. A sus 29 a?os Mart¨ªnez tuvo que organizar todo sobre la marcha el viernes por la ma?ana. Como psic¨®loga encargada de Infantil y Primaria improvis¨® un protocolo de actuaci¨®n casi a la vez que se iban enterando de que la ni?a hab¨ªa muerto. Lo hizo junto a la coordinadora del ¨¢rea de Infantil y la direcci¨®n del centro, inaugurado hace 122 a?os.
No hab¨ªa tiempo que perder. El colegio abr¨ªa sus puertas y era necesario arropar a los ni?os, los profesores y sus padres. El duelo comenzaba su tortuosa senda. Margarita Villota, coordinadora de Infantil, explica que la noticia les parec¨ªa dif¨ªcil de creer pero desgraciadamente cierta. Ver¨®nica, la profesora responsable de la clase, es sacudida por la muerte de su alumna. Tarda un rato en lograr entrar a la clase. Mar¨ªa Mart¨ªnez, la psic¨®loga, se hace con los mandos del aula desde primera hora. Cuando Ver¨®nica se incorpor¨® celebraron la habitual asamblea de cada d¨ªa. Y el reparto de desayunos. La vida deb¨ªa seguir aunque fuera a trompicones.
¡°Antes de bajar al patio comentamos abiertamente la muerte de Aria con los ni?os y les dimos a ellos libertad de que contaran todo lo que quisieran¡±, relata Mart¨ªnez. ¡°Su concepto de muerte no es el nuestro, no lo ven como algo definitivo y preguntan porque piensan que puede ser reversible¡±. En este sentido, ayudarles a entender lo sucedido no pasa por decirles que su compa?era se ha ido a otro colegio o a vivir a otra ciudad. Hay que recordar que algunos fueron testigos del accidente. Tampoco, a?ade la orientadora, han recurrido al ¡°se ha ido al cielo¡± o a otras explicaciones de corte religioso. En todo caso ¡°los adultos nos emocionamos m¨¢s que los ni?os. Ellos no reflejan tanta tristeza¡±.
¡°El objetivo es que los ni?os lo vivan con la m¨¢xima normalidad. De hecho algunos comentaban lo ocurrido. Se?o, al salir del cumple pas¨® esto¡¡±. Las ambulancias y la Polic¨ªa aparec¨ªan en el relato de los ni?os, que lo recordaban como si se tratara de una pel¨ªcula que vivieron en directo. Tambi¨¦n lo reflejaron algunos de ellos en los dibujos que hicieron a lo largo de la ma?ana y que depositaron en la gaveta de Aria. Otros optaron por dibujar flores o una corona.
De forma paralela, el mismo viernes se envi¨® una comunicaci¨®n general a los padres del colegio y otra m¨¢s concreta a los padres de la clase de Aria. Mar¨ªa Mart¨ªnez tambi¨¦n se ha puesto a disposici¨®n de todos los que requieran su ayuda. ¡°Tambi¨¦n es un golpe para ellos, pero les decimos que tienen que ser claros, que traten de comprender lo que ha pasado y que respondan a sus hijos sin dobles sentidos porque es muy probable que alguno siga haciendo preguntas¡±.
Un equipo municipal de emergencias de psic¨®logos del Samur acudi¨® al lugar donde Aria fue atropellada. ¡°Trabajamos al cien por cien con el dolor y el sufrimiento¡±. Eva Mar¨ªa Barata lleva once a?os dando primeros auxilios psicol¨®gicos en accidentes, suicidios, maltratos o paradas cardiorrespiratorias. ¡°En situaciones de crisis fallan los mecanismos habituales y se pierde la capacidad de dar soluciones¡±, por eso, explica ¡°es importante la escucha activa¡±. ¡°Somos los bastones¡± de los afectados por las crisis, a?ade Barata.
¡°No es f¨¢cil ese primer acercamiento progresivo y no invasivo a personas desbordadas emocionalmente. No nos conocen. Hay que hacerlo de forma progresiva y decirles que estamos all¨ª para ayudar y acompa?ar sin forzar nada, aunque al final suelen acabar tirando de ti¡±. La que habla es Laura Bezos, psic¨®loga cl¨ªnica del Servicio de Urgencias M¨¦dicas Summa 112 de la Comunidad de Madrid. Es el primer servicio de emergencias del Sistema Nacional de Salud que dispone de un equipo de intervenci¨®n psicol¨®gica inmediata. ¡°Nuestro objetivo no es evitar o eliminar el dolor, sino fomentar que los afectados busquen apoyo natural en su entorno social o profesional¡±, explica la psic¨®loga del Summa.
Estos equipos, cuenta Laura Bezos, atienden tambi¨¦n a personas que han estado en cat¨¢strofes, incendios, atentados terroristas o han sufrido importantes p¨¦rdidas materiales. Y no menos importante, recuerda la psic¨®loga, trabajan tambi¨¦n cuando lo requieren con los propios intervinientes como polic¨ªas, m¨¦dicos, enfermeros o bomberos. ¡°Porque no somos superh¨¦roes¡±.
Mientras, los compa?eros de Aria juegan y corretean en el patio al sol de febrero. ¡°Educamos para la vida¡±, es el lema que aparece en la puerta que da acceso al colegio. En el interior, el babi de la ni?a ya ha sido recogido de su percha pero sus fotos con los dem¨¢s ni?os y ni?as permanecen por el momento en la pared de la clase. Aria no acabar¨¢ de conocer junto a ellos lo grande que fue Joan Mir¨®. El duelo ha de seguir su doloroso curso en El Porvenir.
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