Las hermanas Ram¨ªrez vencen a la Iglesia: ¡°Quer¨ªan inmatricular nuestro patio de 10 metros cuadrados¡±
La familia y el Arzobispado de Madrid han mantenido un litigio durante m¨¢s de un a?o
Un enviado de Dios en la Tierra lleg¨® a un acuerdo con la se?ora Mercedes Gonz¨¢lez el d¨ªa de los enamorados de 1995. Sucedi¨® a 49 kil¨®metros de la Puerta del Sol, en Miraflores de la Sierra, un pueblo de 6.000 vecinos fundado por ganaderos segovianos all¨¢ por el siglo XIII. Muy cerquita de su Iglesia empedrada, un templo consagrado a la Asunci¨®n de Nuestra Se?ora, la vecina Mercedes hered¨® una casa blanca de tres plantas con un patio exterior de tres metros cuadrados.
Antonio Ruiz, el cura de los noventa, se llevaba muy bien con Mercedes porque, aparte de que era una ama de casa de misa diaria, viv¨ªan pared con pared. N¨²mero ocho, casa sacerdotal. N¨²mero seis, hogar de Mercedes y sus tres hijas. Un d¨ªa de 1995 el cura pens¨® en reformar la casa sacerdotal. Antes, eso s¨ª, avis¨® a su vecina Mercedes de la idea que ten¨ªa: ¡°Vamos a levantar cuatro plantas en forma de C dejando a tu patio exterior aislado y encajonado. No obstante, podr¨¢s seguir accediendo a ¨¦l a trav¨¦s de una puerta que haremos porque el patio es tuyo¡±. Los dos estamparon en un folio escrito a m¨¢quina las firmas de conformidad. Hasta ahora, que se ha enterado el Arzobispado de Madrid y ha metido mano en el asunto.
¡°Mi madre era una mujer muy cat¨®lica y les consisti¨® todo. ?Ingenua? Quiz¨¢. Por eso este patio est¨¢ como est¨¢¡±, cuenta Marta Ram¨ªrez, de 58 a?os, observando hacia arriba la gigantesca mole de ladrillo de 10 metros de altura de la casa sacerdotal. ¡°A m¨ª y a mis hermanas nos pareci¨® una estupidez que mi madre permitiera la obra, pero, al fin y al cabo, cada uno hace lo que quiere con su casa. La cuesti¨®n es que en el acuerdo que firmaron queda claro que el patio sigue siendo nuestro¡±.
La se?ora Mercedes muri¨® en 1999 a los 74 a?os de una insuficiencia card¨ªaca. Su familia creci¨®. La casa qued¨® deshabitada. Un d¨ªa de 2015 decidieron alquilar el hogar de su infancia a una familia del pueblo. Dos a?os despu¨¦s, son¨® el tel¨¦fono: ¡°Mira, Marta, queremos comprar vuestra casa, que nos gusta¡±. La venta estaba en marcha.
La burocracia espa?ola en estos asuntos es muy dilatada y pedregosa. Una ma?ana de 2017 Marta Ram¨ªrez y su hermana Mercedes fueron al catastro, el DNI de las casas, para comprobar que todo estaba en orden. ¡°?Me dijeron que el patio no estaba!¡±, recuerda. Ella interpret¨® que aquello ten¨ªa que ser un error. ¡°Como est¨¢ pr¨¢cticamente cubierto por la obra de la casa sacerdotal, lo mismo creen que no existe¡±, pens¨®. Y como ten¨ªa guardado en un caj¨®n el documento del sacerdote Antonio junto a la firma de su madre, razon¨® que todo esto quedar¨ªa en un peque?o bache administrativo. Pues no.
En julio de 2018 le pidieron en el Registro de la Propiedad el ¡°documento de conformidad del colindante¡±: un papel donde conste que la Iglesia sab¨ªa que el patio era de Mercedes. Si el patio no estaba registrado, ahora hab¨ªa que demostrar que esto era suyo. Por si acaso y como Antonio ya no ejerc¨ªa como cura en el pueblo, Marta acudi¨® a Andr¨¦s Esteban, el nuevo p¨¢rroco de Miraflores de la Sierra, que ya sab¨ªa la historia del dichoso patio: ¡°S¨ª, s¨ª, no te preocupes. Yo te firmo el documento de nuevo porque conozco la historia¡±, contest¨®. Y de nuevo se fueron al catastro. Pero nada. Que no. ¡°Con esto no vale, necesitamos una firma jur¨ªdica que d¨¦ validez¡±. Es decir, del Arzobispado.
Con la Iglesia toparon. Los contactos con el Arzobispado son, todav¨ªa, m¨¢s lentos que con la Administraci¨®n. La tenacidad de las hermanas Ram¨ªrez ante un caso que consideran ¡°injusto¡± y de un ¡°aprovechamiento il¨ªcito¡± les llev¨® una ma?ana de 2019 a la calle Bail¨¦n de Madrid, la casa del Arzobispo de Madrid, Carlos Osoro. Seg¨²n su versi¨®n, el encargado del departamento de Patrimonio y Obras les diijo: ¡°?Qu¨¦ m¨¢s os da el patio? Os qued¨¢is con la servidumbre de paso y ya est¨¢¡±. O dicho a su manera: ¡°Vamos, que se quedan con lo nuestro¡±.
No es un caso nuevo. La Iglesia espa?ola puso a su nombre durante d¨¦cadas casas rectorales, vi?edos, olivares, solares, pisos que pertenec¨ªan a los pueblos y que nunca se registraron, como este dichoso patio de Miraflores. Una voracidad inmobiliaria amparada por los art¨ªculos 206 y 304 de la Ley y el Reglamento Hipotecario de 1946. El punto final de este privilegi¨® lleg¨®, casualidad o no, en la Semana Santa de 2015.
El Gobierno de Rajoy aprob¨® ese a?o una la ley que, ya s¨ª, impide a la Iglesia inmatricular bienes: inscribirlos a su nombre por primera vez en el Registro de la Propiedad. Un hecho que permit¨ªa a los obispos emitir certificaciones de dominio como si fueran funcionarios p¨²blicos. Seg¨²n los datos del Colegio de Registradores, la Iglesia inscribi¨® como propios 30.000 bienes en casi dos d¨¦cadas. Por registrar, registraron hasta la mezquita de C¨®rdoba en 2006.
La familia llevaba m¨¢s de un a?o esperando una respuesta de Arzobispado y ahora, tras alertar a la prensa del caso, ha dado marcha atr¨¢s y ha acelerado el proceso: ¡°Nunca se ha negado la titularidad del patio¡±, cuenta un portavoz de la Iglesia. ¡°Hay un error catastral y queremos subsanarlo¡±.
La abogada de las Ram¨ªrez y el encargado del Arzobispado en temas jur¨ªdicos y obras se han cruzado varios e-mails y varias llamadas desde hace m¨¢s un a?o. Uno: ¡°Nosotros tenemos pendiente tambi¨¦n la formalizaci¨®n de la obra de la casa sacerdotal que hicimos¡±. Dos: ¡°Ya os contestaremos¡±. Tres: ¡°Tenemos que hablar con el notario¡±. La situaci¨®n ha llegado a un punto en que cuando todo estaba listo para firmar los representantes del Arzobispado, no se presentaron. ¡°La persona que iba a hacerlo estaba de baja¡±, dicen fuentes del Arzobispado. Pero tampoco enviaron a otra. Ni avisaron. Este mi¨¦rcoles, ya s¨ª, la Iglesia reconoci¨® que el patio es de la familia. ¡°Buena fe no ha habido. Esto es evidente¡±, dicen las Ram¨ªrez.
¡ª??Son cat¨®licas?
¡ª?Nos bautizaron.
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