Fiona, la primera ictiosauria ¡®embarazada¡¯ y recuperada de la Patagonia chilena
Los f¨®siles, de entre 129 y 139 millones de a?os, se conservan completos. Ahora quieren recuperar una segunda de su tipo: ¡°Sus embriones tienen dientes y todo¡±, dice la paleont¨®loga Judith Pardo
A principios de este milenio, Judith Pardo (40 a?os, Tierra del Fuego) se volc¨® en una tarea que nadie hab¨ªa realizado en Chile: buscar ictiosaurios en la Patagonia. Un compa?ero de la carrera de biolog¨ªa le ense?¨® una foto de un esqueleto de estos enormes reptiles marinos incrustado en el campo de hielo del Glaciar Tyndall, en el Parque Nacional Torres del Paine, y Pardo quiso ver el hallazgo por s¨ª misma. Acudi¨® a la rec¨®ndita localidad austral y desde entonces ha dedicado su vida a estudiar los f¨®siles que encuentra. La paleont¨®loga del sur del mundo descubri¨® en 2009 la primera hembra ictiosaurio pre?ada, de cuatro metros de largo, nacida durante el cret¨¢cico temprano (entre 129 y 139 millones de a?os). Casi 13 a?os despu¨¦s del hallazgo, este mes de mayo, Pardo y su equipo extrajeron a Fiona, cuyo cuerpo y embriones se han conservado completos.
La actual investigadora del Centro de Investigaci¨®n GAIA Ant¨¢rtica de la Universidad de Magallanes se convirti¨® en paleont¨®loga cuando hab¨ªa apenas un par en todo el pa¨ªs. Sin laboratorios de preparaci¨®n ni dep¨®sitos, Pardo se vio obligada a irse a estudiar a Alemania. En el museo de Stuttgart trabajaba con la colecci¨®n de m¨¢s de medio millar de ictiosaurios, varias de ellas pre?adas, pero de un periodo anterior a los espec¨ªmenes descubiertos en territorio chileno.
Pardo dej¨® a Fiona en el Glaciar Tyndall y, en su ausencia, nadie continu¨® su labor de investigaci¨®n. ¡°Me fui con la angustia de que ese material tan valioso y tan importante para la ciencia mundial se quedaba ah¨ª, sin poder trabajarlo. Por eso tambi¨¦n decid¨ª regresar a Chile. Sent¨ªa la responsabilidad de continuar con este tema, de investigarlo y sacarlo a la luz¡±, explica por tel¨¦fono desde Punta Arenas.
La imagen de Fiona ha dado la vuelta al mundo. No as¨ª Pardo. ¡°Mi participaci¨®n en congresos internacionales ya no fue. Ahora voy a participar de manera remota para poder destinar los fondos a pagar el helic¨®ptero que trajo a la icitosauria a Magallanes¡±, explica por tel¨¦fono. ¡°Todas las campa?as son un tremendo gasto. Para la expedici¨®n de este a?o ¡ª en la que recuperaron a la ictosauria ¡ª gast¨¦ pr¨¢cticamente todos los recursos del a?o destinados al proyecto¡±, lamenta. Esta es la primera excavaci¨®n financiada por fondos chilenos de la Agencia Nacional de Investigaci¨®n y Desarrollo del Ministerio de Ciencia. El equipo de Pardo invirti¨® en maquinaria de excavaci¨®n, demoledoras, sierras, un hangar, caballos de transporte, entre muchos otros apartados.
En 2017, un estudiante le mostr¨® a Pardo un f¨®sil redescubierto: era otra hembra pre?ada. Apenas la vio, comenz¨® una tormenta de viento y granizo que le hizo imposible recabar informaci¨®n. En medio del clima hostil, con rocas de hasta 10 cent¨ªmetros de di¨¢metro volando por los aires, la paleont¨®loga solo pudo tomar las coordenadas y un par de im¨¢genes. ¡°No era capaz de tomar fotos enfocadas porque el viento me empujaba y me botaba la c¨¢mara de las manos¡±, recuerda. ¡°Cuando la vi la me di cuenta que ten¨ªa embriones. Son mucho m¨¢s grandes que los de Fiona. Tienen dientes y todo. Est¨¢ muy lindo ese material¡±, sostiene la doctora. Para 2023 su equipo quiere excavar esa ictiosauria, cuyo esqueleto est¨¢ completo, y permitir¨ªa comparar los estados de gestaci¨®n de las dos hembras. Sin embargo, est¨¢ en un sitio muy complicado: ¡°No es seguro que lo logremos a menos que llevemos un ej¨¦rcito completo de personas¡± a trabajar.
Fiona se encuentra en el Museo de Historia Natural de R¨ªo Seco, en Punta Arenas, 2.000 kil¨®metros al sur de Santiago. La paleont¨®loga espera que en el mes de julio comience la fase de preparaci¨®n, que consiste en remover las rocas pegadas a los huesos con m¨¢quinas el¨¦ctricas. Estima que tomar¨¢ cerca de tres a?os. ¡°Las caracter¨ªsticas m¨¢s importantes del ictiosaurio est¨¢n en el cr¨¢neo y en las aletas anteriores y posteriores. Parte de ese esqueleto est¨¢ todav¨ªa contenido en la roca. Vamos a comenzar la preparaci¨®n por esas partes para sacar resultados luego. Despu¨¦s ser¨¢ la columna vertebral y los embriones¡±, adelanta Pardo, que quiere que la gente de la zona pueda ver c¨®mo trabajan quitando la roca. ¡°Tienen que poder ir a conocerla y apropiarse de ella, porque es material de la comunidad, y eso incentiva a las nuevas generaciones a continuar con esas investigaciones¡±.
Cuando Pardo se march¨® a estudiar su doctorado en Ciencias en la Universidad de Heidelberg hab¨ªa detectado con sus compa?eros 24 ictiosaurios en el glaciar. Solo en la expedici¨®n que realizaron a principios de este a?o sumaron otros 23, alcanzando los 76 espec¨ªmenes. La mayor¨ªa siguen enterrados, expuestos a la erosi¨®n, que los est¨¢ destruyendo lentamente. Los vientos de 90 kil¨®metros por hora barren todo el sedimento suave y queda la roca consolidada, donde est¨¢n los ictiosaurios. Eso permite que sea m¨¢s f¨¢cil encontrarlos, pero tambi¨¦n quedan expuestos al deterioro. ¡°Literalmente el ictiosaurio va siendo barrido por el viento con el paso de los a?os. Por eso tambi¨¦n hay que rescatarlos y construir dep¨®sitos para llevarlos ah¨ª y albergarlos¡±, apunta la investigadora magall¨¢nica.
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