Nicol¨¢s Eyzaguirre: ¡°Chile ofrece al BID equidistancia y capacidad de consenso¡±

Nicol¨¢s Eyzaguirre (Santiago, 69 a?os) fue ministro de Hacienda de Ricardo Lagos en 2000 y de Michelle Bachelet en 2017. Altern¨® esos dos altos cargos con la direcci¨®n, durante cuatro a?os, del Departamento para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional. Es ahora el hombre elegido por el presidente de Chile, Gabriel Boric, para pelear por la direcci¨®n del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Su suerte se resolver¨¢ el 20 de noviembre en una disputa contra los aspirantes de otros cuatro pa¨ªses: Brasil, M¨¦xico, Argentina y Trinidad y Tobago. Eyzaguirre lleva una semana buscando apoyos en Estados Unidos, que con su voto tiene la llave del ¨¦xito. En esta entrevista realizada por videoconferencia con EL PA?S, dice que Chile representa el ¡°promedio de lo que es el conjunto¡± de la regi¨®n, una s¨ªntesis que, a su entender, lo coloca en una mejor posici¨®n que sus rivales de econom¨ªas m¨¢s grandes.

Pregunta. ?Por qu¨¦ Chile aspira a dirigir el BID?

Respuesta. La respuesta, algo c¨ªnica, ser¨ªa ?por qu¨¦ no? Es usual que estos organismos multilaterales sean presididos por pa¨ªses que representen el promedio de lo que es el conjunto: ni demasiado grandes, ni demasiado chicos, ni muy cargados a los acreedores o a los deudores. Parte del trabajo es lograr un consenso entre intereses diversos y coyunturas muy dif¨ªciles. Chile puede ofrecer esa equidistancia y esa capacidad de consensuar posiciones.

P. ?C¨®mo es el BID que propone?

R. Hay una canci¨®n de Silvio Rodr¨ªguez que se llama La f¨¢bula de los tres hermanos, que tienen el problema de mirar demasiado lejos y tropezarse en lo corto o estar corto y ser miope respecto del futuro. Me la recuerdo porque las tensiones que va a vivir la regi¨®n, y el BID como aliado imprescindible, son muy de ese tipo. Las presiones de corto plazo crecen cada d¨ªa y la escasez de cr¨¦dito ya est¨¢ con nosotros. Por otro lado, estamos montados en algo que ya viene desde la crisis de 2008: crecimiento estancado, retroceso social y emergencias relacionadas con el problema de inflaci¨®n. Los cinco a?os que vienen van a probar la capacidad del BID para armonizar cuestiones que tienen un alto grado de tensi¨®n.

P. ?C¨®mo eval¨²a la situaci¨®n actual del BID, tras la salida anticipada de Mauricio Claver-Carone?

R. Lo que uno conversa con la gente del staff es que ha habido cierta desmoralizaci¨®n y una sensaci¨®n de que la relaci¨®n con el personal no era la mejor. Lo primero es restablecer el canal de confianza y el trato con el personal, para que la meritocracia, la transparencia y los concursos sean la regla. En segundo lugar, hay que renovar la confianza con el directorio, porque quien dirige la instituci¨®n es el directorio. El presidente es solo el que ejecuta la l¨ªnea del directorio y el directorio se hab¨ªa sentido en una segunda l¨ªnea.

P. ?Considera que hacia afuera la imagen del BID est¨¢ da?ada?

R. Estamos a tiempo de reponerla completamente. Adem¨¢s, como se dice en castellano antiguo, la necesidad tiene cara de hereje. La importancia del BID va a crecer, por lo tanto demos vuelta la p¨¢gina, renovemos la confianza. Eso se puede lograr relativamente r¨¢pido, porque la esencia del BID, que es su capital humano y su enorme conocimiento de la realidad regional, junto a su solvencia financiera, lo convierte en un aliado. Est¨¢ algo dormido y necesitamos despertarlo de inmediato para ponerlo a trabajar.

P. ?Esta elecci¨®n es adem¨¢s una prueba de la aceptaci¨®n internacional de Gabriel Boric?

R. Los temas de pol¨ªtica exterior son de Estado y merecen el apoyo de todos. Pero, adem¨¢s, m¨¢s all¨¢ de nuestro debate interno, hemos tenido el desarrollo econ¨®mico m¨¢s fuerte de la regi¨®n durante los ¨²ltimos 40 a?os, tratado de combinar el crecimiento con la inclusi¨®n y la lucha contra la desigualdad. No solo hemos logrado mejores indicadores econ¨®micos, sino tambi¨¦n sociales.

P. ?No le juega en contra que Chile haya tenido en los sesenta a un presidente del BID, Felipe Herrera, a diferencia de Argentina y Brasil, por ejemplo?

R. Si fuera ese el criterio, M¨¦xico tambi¨¦n tuvo un presidente del BID. Los desaf¨ªos globales de la regi¨®n en los a?os sesenta son completamente diferentes a los que hay ahora. Chile no comenzaba entonces su estrategia de desarrollo moderna, era un pa¨ªs pobre. En los ¨²ltimos 40 a?os, Chile y el mundo viraron completamente y tuvimos la fortuna de que los dos lo hicieron hacia el mismo lado. Eso es lo que nos transform¨® en un modelo a los que gran parte de los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina pueden adscribir. Digo en gran parte porque el mercado interno de algunos es mucho m¨¢s grande, como M¨¦xico, Argentina y Brasil, pero no tienen diferencias con respecto en la aspiraci¨®n de combinar crecimiento con equidad. Este es otro Chile y otra regi¨®n.

P. Lleva casi una semana de reuniones en Washington ?C¨®mo han recibido su candidatura?

R. No puedo hablar por ellos, pero las conversaciones han sido fluidas. Ellos me conocen, yo fui director para el Hemisferio Occidental en el FMI, que entre otros pa¨ªses tiene a Estados Unidos. Y lo fui durante la crisis subprime, y por lo tanto tuve mucha relaci¨®n con la FED. Pienso que no tienen objeciones ni con el pa¨ªs ni con el candidato.

P. ?Esperaba la candidatura de ¨²ltima hora de Argentina?

R. A todos nos hubiese gustado, sobre todo despu¨¦s de la ¨²ltima experiencia, que esta vez los latinoamericanos hubi¨¦semos tenido consenso alrededor de un nombre. Pero ante la ausencia de un consenso r¨¢pido los pa¨ªses desplegaron sus cartas. No es tarde, a¨²n quedan siete d¨ªas y, quiz¨¢s, podamos esforzarnos todos y todas por generar ese consenso.

P. ?Tiene di¨¢logo con Brasil? Si Lula da Silva apoya a Ilan Goldfajn, el candidato presentado por Jair Bolsonaro, podr¨ªa ser el favorito¡­

R. Lo que ocurriera con M¨¦xico, que ten¨ªa una candidatura que se ve¨ªa fuerte [Alicia B¨¢rcena] y present¨® una nueva; y ahora los problemas de Brasil con su candidato -una persona brillante, por cierto- parecen indicar que hay tensiones dentro del propio pa¨ªs. El escenario se ha movido.

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