El ministro de Justicia de Boric, hijo de un polic¨ªa, hoy lidera la b¨²squeda de presos desaparecidos de la dictadura
El abogado Luis Cordero revela por primera vez en conversaci¨®n con EL PA?S la historia de su familia: dos t¨ªos de su padre se encuentran entre las v¨ªctimas de desaparici¨®n del r¨¦gimen militar de Pinochet
La noche del mi¨¦rcoles 5 de abril, el ministro de Justicia chileno, Luis Cordero Vega (Santiago, 50 a?os), acababa de llegar a su casa cuando recibi¨® un llamado desde el Palacio de La Moneda. Le informaron de una tragedia: el cabo de Carabineros Daniel Palma, de 33, hab¨ªa recibido un balazo en la cabeza cuando intentaba realizar una fiscalizaci¨®n en el centro de Santiago. El polic¨ªa ni siquiera alcanz¨® a bajar de su moto cuando un grupo de delincuentes, que viajaba en un auto, le dispar¨®.
Cordero lleg¨® r¨¢pidamente a la Posta Central, uno de los principales hospitales de urgencia de Santiago Centro, donde Palma a¨²n agonizaba. Se encontr¨® con escenas de tristeza y desolaci¨®n. Estaban all¨ª la ministra del Interior, Carolina Toh¨¢, el general director de Carabineros, Ricardo Y¨¢?ez, adem¨¢s de varios polic¨ªas. En una peque?a sala, aguardaba la esposa de Palma, una carabinera de 27 a?os embarazada de seis meses. A esa hora, pasadas las diez de la noche, el atentado al funcionario ya provocaba conmoci¨®n nacional, porque en apenas 23 d¨ªas otros dos polic¨ªas hab¨ªan sido asesinados. Ya de madrugada, Palma se convirti¨® en la tercera v¨ªctima de la instituci¨®n en menos de un mes, reflejo de un pa¨ªs que atraviesa su mayor crisis de seguridad con la irrupci¨®n de una nueva delincuencia armada y cuyo crimen empuj¨® la aprobaci¨®n veloz en el Congreso de una ley que da m¨¢s poder al trabajo policial.
En esas dram¨¢ticas escenas en la Posta, Cordero vio pasar varias im¨¢genes de su infancia en los a?os ochenta. No solo creci¨® en el sector de avenida Matta, donde fue asesinado Palma, sino que, adem¨¢s, pocos sab¨ªan esa noche que su padre, Luis Cordero Silva, fue polic¨ªa en una comisar¨ªa de Santiago. ¡°Mi pap¨¢ tambi¨¦n ten¨ªa esos turnos 24 x 24, de un d¨ªa de trabajo, por uno de descanso. Y la incertidumbre de cuando un polic¨ªa est¨¢ en la comisar¨ªa, es que puede pasar cualquier cosa¡±, dice el ministro en una entrevista con EL PA?S.
En esa larga noche de espera, Cordero se acerc¨® al general Y¨¢?ez. ¡°Yo lo entiendo bien, porque conozco esta familia de Carabineros¡±, le dijo. Al d¨ªa siguiente, cuando ambos se encontraron en el responso de Palma, el jefe de la polic¨ªa se aproxim¨® discretamente al ministro y le mostr¨® la antigua ficha institucional con la fotograf¨ªa de su padre.
El plan de b¨²squeda
Luis Cordero, abogado y doctor en Derecho, de la centroizquierda moderada, fue nombrado por el presidente de izquierdas Gabriel Boric como ministro de Justicia el 11 de enero pasado. Asumi¨® en reemplazo de Marcela R¨ªos, en medio de la crisis pol¨ªtica que generaron los 13 indultos que concedi¨® el mandatario, 12 de ellos a condenados por delitos del estallido social chileno de octubre de 2019 (entre ellos saqueos, incendios y el intento de homicidio de una polic¨ªa). En el grupo, se supo despu¨¦s, varios de esos excarcelados ten¨ªan antecedentes policiales por delitos comunes, distintos a los de la revuelta.
Si bien buena parte de sus tres meses en el cargo se han concentrado en resolver el complejo caso de los indultos, y luego en la agenda contra la delincuencia tras los homicidios de los carabineros, al asumir el ministerio Boric le encarg¨® a Cordero una tarea clave: liderar el plan de b¨²squeda nacional de los detenidos desaparecidos y ejecutados, cuyos cuerpos no han sido encontrados. Un programa que ser¨¢ presentado en la v¨ªspera de la conmemoraci¨®n los 50 a?os del Golpe de Estado, el pr¨®ximo 11 de septiembre, y en el que el ministro de Justicia vuelve a encontrarse frente a su propia historia: dos t¨ªos de su padre, Luis Ram¨®n Silva Carre?o y Manuel Silva Carre?o, son detenidos desaparecidos.
Seg¨²n los datos actualizados del Ministerio de Justicia, tras la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), en Chile hay a¨²n 1.469 v¨ªctimas de desaparici¨®n forzada. De ellas, 1.092 son detenidas desaparecidas, mientras que otras 377, que fueron ejecutadas, est¨¢n en la misma condici¨®n. Del total de personas, solo 307 han sido identificadas.
Boric pretende firmar el plan el pr¨®ximo 30 de agosto, el D¨ªa Internacional de la Desaparici¨®n Forzada de Personas, para que sea una pol¨ªtica p¨²blica de Estado permanente. ¡°Las investigaciones penales, que han llevado a condenas a sus perpetradores, abordan un aspecto espec¨ªfico, pero por sus caracter¨ªsticas no abordan c¨®mo las personas fueron hechas desaparecer o ejecutadas en t¨¦rminos sist¨¦micos. ?Cu¨¢l fue el tr¨¢nsito por el que tuvieron que pasar mientras estuvieron en manos del Estado? Esas son informaciones de las que, en general, no disponemos¡±, explica el ministro sobre el plan.
Cordero agrega: ¡°Lo que no ha pasado hasta hoy es que el Estado chileno re¨²na en un solo lugar toda la informaci¨®n sistematizada, de modo de tener conocimiento de esas circunstancias generales en que esas personas fueron detenidas y hechas desaparecer. Detr¨¢s de esto no solo hay un tema de verdad y justicia, sino tambi¨¦n de memoria y reparaci¨®n a las v¨ªctimas y familiares. Y una manera en que la sociedad chilena debe reconocer y establecer una garant¨ªa de no repetici¨®n¡±.
Un dolor en silencio
Cordero creci¨® en el barrio avenida Matta, justamente donde fue asesinado a sangre fr¨ªa el carabinero Palma. En ese sector, su abuela materna, Adriana Alderete y su madre, Isabel Vega, ten¨ªan un popular boliche llamado El Cairo. Sus padres se conocieron a fines de los a?os sesenta, cuando el polic¨ªa Luis Cordero Silva dirig¨ªa el tr¨¢nsito a pocas cuadras del local. Era hijo de campesinos y hab¨ªa llegado hac¨ªa poco a la capital de Chile desde Huelqu¨¦n, un pueblo rural al interior del municipio de Paine, ubicado a unos 44 kil¨®metros de Santiago. ¡°La generaci¨®n de mi pap¨¢ refleja muy bien a la tropa de Carabineros, personas cuya manera de salir adelante era incorpor¨¢ndose a instituciones armadas¡±, cuenta el ministro.
De adolescente, Cordero, el mayor de tres hermanos, ayudaba a su madre a atender la caja de El Cairo. Recuerda que por all¨ª transitaban todo tipo de personas. Entre ellas, los vendedores de libros del barrio San Diego de Santiago, que jugaban domin¨®, y dos emblem¨¢ticos dirigentes sindicales de la oposici¨®n a Pinochet: Manuel Bustos y Rodolfo Seguel.
Su padre, cuenta, era muy reservado. Y, en sus horarios libres, adem¨¢s, manejaba un taxi. Cordero tiene recuerdos de las noches en que en la dictadura eran habituales los cortes de luz. Junto a su familia escuchaban la Radio Cooperativa, una emisora que se destac¨® por su oposici¨®n al r¨¦gimen de Pinochet. Y, con un aparato de onda corta de su abuela, sintonizaban tambi¨¦n Radio Mosc¨². ¡±Era la ¨²nica forma de saber lo que estaba pasando¡±, se?ala.
En su etapa de estudiante de secundaria, Cordero iba a las protestas contra Pinochet, que comenzaron en 1983 y se agudizaron a partir de 1986. Su padre nunca le prohibi¨® ir a las manifestaciones. Era un hecho inusual, pues en ese entonces Carabineros era parte de la Junta Militar que encabez¨® la dictadura. ¡°La ¨²nica observaci¨®n de mi pap¨¢ era que yo ten¨ªa que cuidarme mucho. Pero nunca tuvimos una discusi¨®n sobre pol¨ªtica¡±, recuerda. ¡°Mi v¨ªnculo con ¨¦l era de padre a hijo muy formal. Creo que parte de las razones por las que tambi¨¦n me emocion¨¦ estos d¨ªas fue porque su muerte fue intempestiva, a los 56 a?os, de un c¨¢ncer fulminante. Pero pese esa relaci¨®n, que era muy de autoridad, siempre nos dej¨® con completa libertad¡±.
A?os despu¨¦s, Cordero ha reflexionado en ese comportamiento de su pap¨¢. Por un lado, ese papel de autoridad en la familia y, por otro, la libertad de que su familia fuera opositora a Pinochet, y que en la mesa familiar se hablara de las violaciones a los derechos humanos que se comet¨ªan en la dictadura.
Hoy, que como ministro lidera el plan de b¨²squeda de los detenidos desaparecidos, dimensiona esos dos mundos en los que creci¨® y entiende por qu¨¦ su padre fue como fue. ¡°Paine es un lugar peque?o y mi pap¨¢ ten¨ªa v¨ªnculos con el dolor de las violaciones a los derechos humanos. Por eso creo que fue muy respetuoso siempre. Son historias de la vida. Y este era de esos temas presentes, pero no presentes en la familia. Para mi, Paine fue una conversaci¨®n de la d¨¦cada de los ochenta¡å.
Pregunta. ?Y c¨®mo toma hoy, que lidera el plan de b¨²squeda, la historia de su familia?
Respuesta. Hay algo de sentido de misi¨®n en esto y lo he hablado con el equipo que trabaja conmigo. Si hay algo con lo que me dar¨ªa por satisfecho, es tener el plan de b¨²squeda. Es lo que personalmente me tiene comprometido, para que genuinamente se transforme en una pol¨ªtica permanente por parte del Estado.
Seg¨²n el Informe de la Comisi¨®n Verdad y Reconciliaci¨®n de 1991, que impuls¨® el presidente Patricio Aylwin (1990-1994), el primer mandatario democr¨¢tico despu¨¦s de la dictadura de Pinochet, Manuel Silva Carre?o, casado, obrero agr¨ªcola de 44 a?os, fue detenido el 29 de septiembre de 1973 por funcionarios de la comisar¨ªa Carabineros de Paine y luego trasladado a la Escuela de Infanter¨ªa de San Bernardo, municipio que tambi¨¦n es parte de la Regi¨®n Metropolitana, Santiago.
Su hermano, Luis Ram¨®n Silva Carre?o, 43 a?os, casado, siete hijos, obrero agr¨ªcola sin militancia pol¨ªtica, fue detenido el 16 de octubre de 1973 en Paine, por funcionarios del Regimiento Infanter¨ªa de San Bernardo, ¡°acompa?ados de Carabineros y civiles¡±, dice el informe.
Paine es la zona que, en proporci¨®n a los habitantes de Chile, es donde hay mayor cantidad de v¨ªctimas de la dictadura: 70 personas. La mayor¨ªa eran campesinos y obreros agr¨ªcolas.
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