Litio chileno: una oportunidad para el desarrollo desde el fin del mundo
Para recuperar el sitial de mayor productor de litio del mundo es necesario romper el tab¨² que se ha construido durante a?os en torno a la asociaci¨®n p¨²blico-privada
Una vez superadas las caricaturas existentes en la discusi¨®n en torno a la Estrategia Nacional del Litio del Gobierno de Chile, comienzan a evidenciarse los potenciales beneficios de dar cauce a una nueva pol¨ªtica de desarrollo para nuestro pa¨ªs. Una que hoy busca dar un salto hacia la diversificaci¨®n de la econom¨ªa chilena y, a la vez, otorgar respuestas a la crisis clim¨¢tica que enfrentamos, de la mano de una oportunidad hist¨®rica.
Es preciso recordar que hablar del litio no es solo hablar de futuro. El presente del metal, que solo en 2022 logr¨® aumentar su precio m¨¢s de cuatro veces y se posiciona como un recurso clave en la generaci¨®n de bater¨ªas de alta eficiencia, nos desaf¨ªa como pa¨ªs a hacernos cargo de una hist¨®rica postergaci¨®n: Chile posee el 36% de las reservas mundiales del mineral y el a?o pasado -seg¨²n datos del Consejo Fiscal Aut¨®nomo (CFA)- el Estado recibi¨® m¨¢s de cinco mil millones de d¨®lares por la explotaci¨®n del mineral, equivalentes al 1,6% del Producto Interno Bruto (PIB). Este escenario nos llama a no seguir ignorando m¨¢s la opci¨®n de desarrollar una industria local que genere r¨¦ditos que impacten directamente la calidad de vida de las personas y, a la vez, a aumentar los ingresos del litio para el Estado mediante un mayor protagonismo en su exploraci¨®n y explotaci¨®n, adem¨¢s de la generaci¨®n de valor agregado y la inserci¨®n de nuestro pa¨ªs en las cadenas de valor internacionales.
El negocio es rentable, nadie podr¨ªa negarlo a estas alturas, pero nos llama a actuar con sentido de urgencia, porque el bum del litio ya comenz¨® y no ser¨¢ para siempre. Tenemos que evitar repetir los errores del salitre y considerar que, aunque este escenario se preve¨ªa hace muchos a?os, ning¨²n otro Jefe de Estado propuso antes una pol¨ªtica de desarrollo para fortalecer la industria y ofrecer alternativas para una extracci¨®n que nos beneficia a todos y que se dar¨¢, indiscutiblemente en este caso, en el marco de una colaboraci¨®n armoniosa entre los sectores p¨²blicos y privados.
Para recuperar el sitial de mayor productor de litio del mundo es necesario romper el tab¨² que se ha construido durante a?os en torno a la asociaci¨®n p¨²blico-privada. La conducci¨®n de este gran desaf¨ªo nos plantea la necesidad de la combinaci¨®n entre una participaci¨®n activa del Estado que resguarde el inter¨¦s p¨²blico y la experiencia t¨¦cnica del sector privado, lo que nos permitir¨¢ rentabilizar en el corto plazo y proyectar, a la vez, desarrollo y tecnolog¨ªa para el futuro. A los buenos pron¨®sticos econ¨®micos se suma la s¨®lida historia de nuestro pa¨ªs como receptor de inversiones extranjeras, las que han sido impulsadas por m¨¢s de 30 acuerdos comerciales al d¨ªa de hoy.
Est¨¢ claro que no podemos repetir errores del pasado. La estrategia en torno al litio contempla entre sus tareas esenciales el desarrollo de tecnolog¨ªas que disminuyan el impacto ecol¨®gico en los salares, adem¨¢s de garantizar la protecci¨®n del 30% de los ecosistemas al a?o 2030. Al mismo tiempo, se contempla un marco de di¨¢logo junto las comunidades atacame?as [originarias de la zona del Salar de Atacama, donde se encuentras las principales reservas chilenas] que le entregue sostenibilidad socio ambiental y nuevos saberes al proyecto, record¨¢ndonos que no hay desarrollo sin participaci¨®n.
Ante un gran desaf¨ªo, es imperativo enfrentar el proceso con altura de miras y voluntad en torno a una convicci¨®n concreta: si somos capaces de trabajar unidos en construir un desarrollo sostenible y fomentar la innovaci¨®n en torno al litio, podremos heredar a Chile frutos que nos permitan avanzar hacia una distribuci¨®n m¨¢s justa de la riqueza para todas y todos.
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