Todo lo s¨®lido se desvanece en el aire
En tan solo 17 meses de Gobierno, es lo esencial del c¨ªrculo de confianza del presidente Boric el que se vio obligado a dimitir, dejando al presidente en una gran orfandad
La salida del exministro de Desarrollo Social y Familia Giorgio Jackson es muy reveladora de las forzadas transformaciones que ha experimentado el Gabinete del presidente Gabriel Boric en tan solo 17 meses de Gobierno. En efecto, con la renuncia de Jackson al ministerio mediante una sentida carta dirigida al jefe de Estado tras haberse reunido con ¨¦l, es lo esencial del c¨ªrculo de confianza original del presidente el que se retira: hay algo de fin de reino (a lo menos en el modo en el que lo hemos conocido) en la partida de Jackson.
Recordemos que, al momento de asumir el mando de la naci¨®n, el presidente Boric incorpor¨® en su Gabinete a los exdiputados Giorgio Jackson (Revoluci¨®n Democr¨¢tica) y Camila Vallejo (Partido Comunista), quienes fueron sus compa?eros de ruta durante las movilizaciones estudiantiles de los a?os 2011-2012 que forjaron su condici¨®n de l¨ªderes y la promesa de ser la nueva generaci¨®n de izquierdas. Es en ellos que se personifica la irrupci¨®n de toda una generaci¨®n pol¨ªtica (eligiendo a un pu?ado de diputados en 2013, aumentando su representaci¨®n en 2017 para definitivamente alcanzar el anhelado sorpasso en 2021, superando en votos y en esca?os a los partidos del Socialismo Democr¨¢tico, especialmente al Partido Socialista).
En marzo de 2022, son nombrados como ministros tanto Giorgio Jackson (en el Ministerio Secretar¨ªa General de la Presidencia) como Camila Vallejo (en el Ministerio Secretar¨ªa General de Gobierno, asumiendo de este modo la vocer¨ªa del Gabinete), as¨ª como la presidenta saliente del Colegio M¨¦dico, Izkhia Siches (de la misma generaci¨®n), quien fue audazmente nombrada como ministra del Interior. Pues bien, ese dise?o inicial fracas¨® estrepitosamente al momento de verificarse la debacle de la Convenci¨®n Constitucional y la derrota plebiscitaria de su propuesta de nueva Constituci¨®n en septiembre de 2022, lo que se tradujo en la salida de Siches del Gabinete y el cambio de cartera de Giorgio Jackson (a quien se le imput¨® la responsabilidad de liderar de mala manera no solo la agenda legislativa y el proceso de cambio constitucional, sino tambi¨¦n las relaciones con los partidos del Socialismo Democr¨¢tico). Pero m¨¢s all¨¢ de Siches y Jackson, lo que irrumpi¨® en el cambio de Gabinete postplebiscito fue la incorporaci¨®n de figuras socialistas en posiciones esenciales, as¨ª como el nombramiento de Carolina Toh¨¢ (Partido por la Democracia) como nueva ministra del Interior.
Al poco andar, el presidente Boric se ve obligado a alejar del Gobierno a su mano derecha, el jefe de Gabinete Mart¨ªn Lopehand¨ªa, tras el desprolijo indulto de varios presos del estallido social de octubre de 2019. Si bien este indulto fue una promesa de campa?a que el presidente Boric efectivamente cumpli¨®, su materializaci¨®n no estuvo exenta de pol¨¦micas y de mucha confusi¨®n pol¨ªtica, lo que se tradujo en la salida de su ministra de Justicia, Marcela R¨ªos (quien adem¨¢s tuvo que enfrentar una fallida acusaci¨®n constitucional).
Con la renuncia de Giorgio Jackson, no solo se materializa a destiempo y demasiado tard¨ªamente la salida de un ministro que se vio indirectamente involucrado en un grave esc¨¢ndalo de tr¨¢fico de influencias y posible corrupci¨®n (el as¨ª llamado caso Convenios, enteramente protagonizado por militantes de Revoluci¨®n Democr¨¢tica, el partido del que fue fundador el propio Jackson), cuya responsabilidad pol¨ªtica sobre otros asuntos ya hab¨ªa sido exigida por la oposici¨®n en el marco de una primera (y fallida) acusaci¨®n constitucional en enero de 2023. Pues bien, tras el esc¨¢ndalo del caso Convenios, ya van dos meses de pol¨¦micas que llevaron incluso a senadores socialistas a exigir la salida de Jackson, lo se tradujo en el anuncio de una segunda acusaci¨®n constitucional por parte del Partido Republicano (una fuerza de extrema derecha), arrastrando a los partidos de la derecha tradicional.
As¨ª las cosas, en tan solo 17 meses de Gobierno, es lo esencial del c¨ªrculo de confianza del presidente Boric el que se vio obligado a dimitir, dejando al presidente en una gran orfandad. ?Ser¨¢ suficiente la salida de Jackson para aplacar la ira pol¨ªtica de una derecha liderada por Republicanos, esto es una fuerza conformada por cuatro partidos que est¨¢n concursando por la corona de la radicalidad? No lo sabemos, pero este concurso por quien es genuinamente m¨¢s de derecha y radical es el espejo de lo que aconteci¨®, algunos a?os antes, en la izquierda chilena. En ambos casos, el concurso por la autenticidad descansa en la creencia que con esa actitud de dureza se generan las condiciones para sintonizar con los intereses de la mayor¨ªa de los chilenos.
En el Manifiesto Comunista, Marx y Engels utilizaron la expresi¨®n ¡°todo lo s¨®lido se desvanece en el aire¡± para caracterizar la disoluci¨®n de v¨ªnculos sociales tradicionales que es generada, sin mediar planes ni conspiraciones de las ¨¦lites, por el propio desarrollo y despliegue del capitalismo. Es as¨ª como, incluso los v¨ªnculos m¨¢s s¨®lidos y arraigados en la cultura, pod¨ªan ser removidos por el capitalismo. Si bien no es el capitalismo lo que explica la ruptura del c¨ªrculo originario de confianza de quienes llegaron a gobernar en marzo de 2022, la disoluci¨®n de esos v¨ªnculos pol¨ªticos y personales ha sido el resultado de un modo de gobernar por encima de los partidos, y contra ellos, cuando hab¨ªa que relacionarse con los partidos del Socialismo Democr¨¢tico hasta el plebiscito del 4 de septiembre de 2022 (es la teor¨ªa del reemplazo pol¨ªtico, fuertemente resentida por los socialistas, que no debe ser confundida con la teor¨ªa del gran reemplazo ¨¦tnico y racial tan en boga en varios pa¨ªses europeos).
A partir de entonces, es la incorporaci¨®n de los viejos partidos a los que se quiso reemplazar lo que constituye la regla, una inclusi¨®n que termin¨® por coincidir (y no es una casualidad) con la paulatina desaparici¨®n del n¨²cleo de dirigentes a partir del cual se pens¨® que era posible gobernar y transformar a Chile. Es evidente que la salida del antiguo n¨²cleo deja completamente abierta la pregunta por el nuevo elenco de conducci¨®n, cuya composici¨®n no est¨¢ clara, pero cuya condici¨®n de posibilidad y ¨¦xito depende del nivel de confianza y complicidad que pueda generar con el presidente Boric. Nada garantiza que pueda surgir un nuevo n¨²cleo de conducci¨®n, lo que podr¨ªa traer insospechadas consecuencias para el devenir de todas las izquierdas.
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