Belisario Velasco, un dem¨®crata con coraje
Era un mito entre nosotros, los opositores a la dictadura. Era parte de un peque?o grupo de democratacristianos que a solo 48 horas del golpe de Estado hab¨ªan suscrito y publicado una carta conden¨¢ndolo
Acaba de morir un amigo que fue, al mismo, tiempo gu¨ªa y ejemplo. A Belisario Velasco lo conoc¨ª a principio de los a?os 80, cuando en las calles comenzaba la lucha p¨²blica contra la dictadura de Augusto Pinochet y cada uno de nosotros buscaba un lugar en esa lucha. ?l era parte del directorio de la revista An¨¢lisis donde comenc¨¦ a colaborar como abogado.
A pesar de que ¨¦l a¨²n no cumpl¨ªa 50 a?os era ya un mito entre nosotros, los opositores a la dictadura. Era parte de un peque?o grupo de democratacristianos que a solo 48 horas del golpe de Estado hab¨ªan suscrito y publicado una carta conden¨¢ndolo. Ese acto de coraje, de defender sus convicciones sin temer las consecuencias, fue una constante en su vida.
La venganza de la dictadura fue brutal; la persecuci¨®n y la p¨¦rdida de sus trabajos fueron acompa?adas por las relegaciones y el silenciamiento. Nada de eso lo detuvo. Vivi¨® sus exilios internos con dignidad, se transform¨® en un ejemplo y, cuando pudo, volvi¨® a trabajar para salvar vidas. Fue parte activa de las redes clandestinas formadas para esconder a los perseguidos pol¨ªticos y asilarlos en las embajadas que abrieron sus puertas para rescates humanitarios.
Colabor¨® y particip¨® en todas las actividades que pudo para derrotar a la dictadura y recuperar la democracia, apoyar el desarrollo de la prensa libre, colaborar con el movimiento de defensa de los derechos humanos, ayudar a la reconstrucci¨®n de los partidos pol¨ªticos y participar en la formaci¨®n de nuevos l¨ªderes y organizaciones sociales. En cada frente destac¨® y se hizo respetado.
Cuando decidimos enfrentar a la dictadura en su propio terreno, entreg¨® toda su energ¨ªa y tiempo, junto a miles, para triunfar en el plebiscito que le dijo No a la dictadura, poni¨¦ndole fin sin violencia y sin odio. En el plebiscito de 1988 y en la campa?a de Patricio Aylwin fue un actor fundamental dirigiendo de forma inagotable nuestros equipos de movilizaci¨®n y los eventos p¨²blicos, que permitieron que el mensaje del candidato llegara a cada lugar y habitante de Chile.
Recuperada la democracia desempe?¨® m¨²ltiples cargos de responsabilidad con decoro y probidad. Sirvi¨® a todos los presidentes de la Concertaci¨®n con eficacia. Fue subsecretario del Interior a cargo del orden p¨²blico por muchos a?os, embajador, ministro del Interior y vicepresidente de la Rep¨²blica, siempre con el sello de la modestia y la sobriedad republicana.
A la hora del retiro se mantuvo atento a lo que pasaba en este pa¨ªs que tanto amo. Y ahora, se ha dormido frente al mar so?ando -sin duda- con nuevas iniciativas para ayudar a construir la patria justa y buena que le prometimos a todos los chilenos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.