Paula Barros, soci¨®loga: ¡°Si la democracia no controla la corrupci¨®n, un Gobierno autoritario se ve como una alternativa v¨¢lida¡±
La acad¨¦mica aborda la encuesta Chile Dice 2023, de la Universidad Alberto Hurtado y Criteria, y asegura: ¡°En las pr¨¢cticas sociales chilenas hay espacios de igualdad y participaci¨®n que ya no estamos dispuestos a transar¡±
La doctora en sociolog¨ªa Paula Barros (50 a?os, Santiago de Chile), vicerrectora de Investigaci¨®n y Postgrado de la Universidad Alberto Hurtado (UAH), analiza en esta entrevista con EL PA?S los principales hallazgos de la encuesta Chile Dice 2023, de la universidad y la encuestadora Criteria, dedicada en esta versi¨®n a indagar sobre los imaginarios ciudadanos de la democracia. La acad¨¦mica asegura que el sondeo, realizado cuando Chile conmemora los 50 a?os del golpe de Estado de 1973, ¡°nos entrega un panorama amplio y bastante sofisticado de los imaginarios sobre la democracia que tienen las y los ciudadanos de nuestro pa¨ªs¡± y apunta a cuatro hallazgos centrales. ¡°En primer lugar, que hay un amplio consenso en torno a lo que entendemos por democracia, que incluye fundamentalmente participaci¨®n en la toma de decisiones, respeto por las normas b¨¢sicas e igualdad de derechos. Por otra parte, que la valoraci¨®n de la democracia como sistema pol¨ªtico es extendida y transversal. Existe una clara preferencia de la democracia por sobre otras formas de Gobierno, evidenci¨¢ndose incluso la importancia personal que se le asigna a vivir en una sociedad democr¨¢tica¡±, asegura en esta entrevista realizada en la sede central de la universidad, en el centro de Santiago de Chile.
Pregunta. ?Qu¨¦ otros aspectos observa?
Respuesta. La encuesta nos sugiere que la experiencia democr¨¢tica no se agota en el sistema pol¨ªtico, sino que permea la vida social y la cotidianeidad en distintos espacios como la familia, el barrio o la empresa. Y como cuarto hallazgo, la encuesta tambi¨¦n nos dice que la valoraci¨®n de la democracia se diluye frente a situaciones espec¨ªficas de crisis o conflicto, situaciones en las que el autoritarismo se valida desde su aparente potencial de entregar soluciones r¨¢pidas y efectivas.
P. Esta encuesta se da a conocer a 50 a?os del golpe de Estado. ?Los chilenos valoran la democracia tras 17 a?os de dictadura?
R. Los chilenos y chilenas respondieron la encuesta a 50 a?os del golpe de Estado, tras 17 a?os de dictadura y tambi¨¦n con la experiencia de 33 a?os desde el retorno a la democracia. Eso aporta una complejidad llena de matices a la valoraci¨®n que hacen de nuestro sistema pol¨ªtico hoy. En este marco, cuando hacemos preguntas sobre la democracia, la valoraci¨®n positiva de ella resulta evidente. El 81% considera bueno o muy bueno tener un sistema democr¨¢tico. El 64% cree que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno, el 62% manifiesta que le es absolutamente importante vivir en una sociedad democr¨¢tica y el 64% coincide en que es valioso que existan muchas ideas distintas sobre lo que tenemos que decidir como sociedad, incluso si son diferentes a las propias.
P. ?Es una apuesta por la democracia a toda prueba?
R. Esa mirada general positiva y convocante de la democracia, no es una mirada ingenua ni a todo evento. Por el contrario, es cr¨ªtica y exigente. La mayor parte de los entrevistados est¨¢ nada o poco orgulloso de nuestro sistema pol¨ªtico actual y un 61% considera que hoy en d¨ªa en Chile se respetan poco los derechos humanos.
P. ?Qu¨¦ ocurre con el autoritarismo?
R. A 50 a?os del golpe de Estado observamos tambi¨¦n que el autoritarismo aparece como un sistema pol¨ªtico legitimado por la ciudadan¨ªa ante situaciones espec¨ªficas en las que la democracia pudiera no alcanzar a dar soluciones: cuando hay mucha corrupci¨®n, cuando los pol¨ªticos no cumplen las leyes y cuando hay mucha delincuencia. Tanto as¨ª que el 60% de los entrevistados justificaron el autoritarismo en al menos una de estas situaciones. La democracia es valorada positivamente en una mirada abstracta, que probablemente se tensiona ante la realidad y sus dificultades. Se la valora como sistema pol¨ªtico, pero frente a conflictos y tensiones, si la democracia no aporta soluciones, los modelos autoritarios se visualizan como salidas posibles. La democracia tiene, entonces, el enorme desaf¨ªo de avanzar en la soluci¨®n de problemas y, as¨ª, no verse como impotente frente a ellos.
P. La corrupci¨®n aparece como la principal justificaci¨®n del autoritarismo, como ya ha sucedido en otros pa¨ªses de la regi¨®n. ?Le sorprende?
R. La encuesta fue aplicada entre el 28 de julio y el 4 de agosto y en ese per¨ªodo el caso Convenios ten¨ªa pr¨¢cticamente tomada la agenda. Ello explica parte de la sensibilidad frente al tema y, por lo tanto, no me sorprende que aparezca como la principal justificaci¨®n del autoritarismo. Pero, m¨¢s all¨¢ de la contingencia, los resultados evidencian que la valorizaci¨®n condicionada de la democracia ciertamente abarca tambi¨¦n el ¨¢mbito de la corrupci¨®n. Si la democracia no la controla o previene, un gobierno autoritario se ve como una alternativa v¨¢lida para ponerle fin. Lo que ocurre es que la experiencia nos dice que los autoritarismos son un espacio privilegiado justamente para el despliegue de la corrupci¨®n y el abuso. Entonces, hay una llamado de atenci¨®n que debiera alertarnos y animarnos en un esfuerzo colectivo por fortalecer y cuidar nuestra democracia.
P. ?C¨®mo se vive la democracia en lo p¨²blico o lo privado? Llama la atenci¨®n que dentro de las casas, no hay una mirada democr¨¢tica respecto de los ni?os y ni?as...
R. Quiero darle un giro a lo que me preguntas...
P. ?C¨®mo as¨ª?
R. Porque a m¨ª me parece que uno de los resultados m¨¢s interesantes del estudio, es la forma en que las pr¨¢cticas democr¨¢ticas permean y se experimentan tambi¨¦n en espacios que van m¨¢s all¨¢ de lo pol¨ªtico. El di¨¢logo, el ponerse de acuerdo, el escuchar y construir entre todos, la participaci¨®n colaborativa, son aspectos que se valoran y viven en nuestra vida comunitaria, familiar, de barrio, en el trabajo¡ De hecho, esta fue una de nuestras hip¨®tesis al realizar la encuesta: que hay una separaci¨®n entre lo que entendemos por democracia pol¨ªtica y aquello que vivimos como democracia social, de tal forma que podemos ser muy cr¨ªticos de nuestro sistema pol¨ªtico e incluso visualizar como leg¨ªtimo el autoritarismo en momentos determinados, pero en las pr¨¢cticas sociales hay espacios de igualdad y participaci¨®n que se han ido ganando, que valoramos mucho y que probablemente ya no estamos dispuestos a transar.
P. Interesante. ?Y qu¨¦ pasa dentro de las casas?
R. Los resultados nos muestran una fuerte orientaci¨®n democr¨¢tica, por ejemplo, en espacios comunitarios, lo mismo para los espacios educativos y as¨ª tambi¨¦n, una orientaci¨®n democr¨¢tica en el ¨¢mbito familiar que resulta sumamente interesante. El robusto acuerdo frente a que las decisiones familiares son mejores cuando se toman considerando la opini¨®n de todos los integrantes de la familia (87%) o el fuerte desacuerdo frente a la idea que quienes aportan mayores ingresos tienen derecho a tomar m¨¢s decisiones dentro de una familia (66%) son claras se?ales de ello. Y es verdad lo que t¨² se?alas, en el sentido que frente a ni?os y ni?as la aproximaci¨®n es menos democr¨¢tica, menos de valorar que sean ellos y ellas quienes tomen sus propias decisiones. Lo mismo en relaci¨®n a su participaci¨®n a nivel de los barrios. Entonces, se evidencia ah¨ª un desaf¨ªo a¨²n pendiente. Un camino de valorarlos, escucharlos y hacerlos part¨ªcipes, que aun nos queda por recorrer.
P. ?Por qu¨¦ tanto la democracia como los derechos humanos aparecen en el sondeo como de la ¨¦lite, es decir, como un asunto m¨¢s valorado por las clases acomodadas que por los sectores populares?
R. Efectivamente, cuando se pide expresar el nivel de orgullo frente al sistema pol¨ªtico actual o se pregunta por el respeto por los derechos humanos en nuestro pa¨ªs, los estratos m¨¢s vulnerables evidencian una mirada mucho m¨¢s cr¨ªtica: 41% no siente nada de orgullo por nuestro sistema pol¨ªtico y un 69% cree que los derechos humanos hoy se respetan nada o no mucho. Entonces, en estos grupos la aproximaci¨®n transaccional hacia la democracia es mucho m¨¢s fuerte y las salidas autoritarias surgen con mucha mayor legitimidad.
P. ?Y c¨®mo se lo explica?
R. Me parece que ello ocurre justamente porque los aspectos cr¨ªticos que tensionan hoy a nuestra democracia (la delincuencia, la migraci¨®n, la corrupci¨®n, entre otros) son percibidos como mucho m¨¢s amenazantes y se experimentan en forma m¨¢s concreta y aguda por las personas de estratos socioecon¨®micos m¨¢s bajos.
P. ?Hay espacio para el fortalecimiento de la democracia hoy en Chile a trav¨¦s, por ejemplo, de m¨¢s participaci¨®n?
R. Si consideramos que una de cada tres personas no se siente nada orgullosa de nuestro sistema pol¨ªtico y s¨®lo un 4% se siente muy orgulloso frente a ¨¦l, me parece que el fortalecimiento de la democracia -en realidad- es una tarea urgente. Estamos viviendo ¨Cnuevamente¨C un momento privilegiado para la definici¨®n y ajuste de nuestro sistema pol¨ªtico e institucional. Una nueva Constituci¨®n que aborde estos desaf¨ªos, nos ayudar¨ªa sin duda a fortalecer nuestra democracia y probablemente nos permitir¨ªa estar m¨¢s orgullosos de ella.
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