Sebasti¨¢n Valenzuela, investigador: ¡°En Chile hay un mercado de la desinformaci¨®n que se activa en periodo electoral¡±
El acad¨¦mico califica el fen¨®meno de las noticias falsas como un ¡°blanco en movimiento¡±, lo que dificulta su estudio y las armas para combatirlo
Para Sebasti¨¢n Valenzuela, acad¨¦mico de la Universidad Cat¨®lica de Chile especializado en desinformaci¨®n, el fen¨®meno funciona con las reglas del mercado: oferta y demanda. Un mercado que, adem¨¢s, est¨¢ en expansi¨®n. En periodos de incertidumbre o crisis, explica, la gente est¨¢ m¨¢s dispuesta a escuchar o leer narrativas alternativas a la que les ofrecen los medios tradicionales o las instituciones gubernamentales. ¡°Y hay gente que se aprovecha de eso¡±, advierte, como actores pol¨ªticos que utilizan la desinformaci¨®n para persuadir o sitios web que bajo el criterio de ¡°periodismo ciudadano¡± son propagadores de desinformaci¨®n. ¡°Tambi¨¦n hay medios tradicionales que han desinformado¡±, aclara.
La desinformaci¨®n electoral es una de las aristas m¨¢s complejas. ¡°En Chile existe un mercado lucrativo de la desinformaci¨®n que se activa en periodos electorales¡±, plantea Valenzuela, quien particip¨® en el estudio reci¨¦n publicado Desinformaci¨®n y noticias falsas: un riesgo para la cohesi¨®n social, de la Alianza Comunicaci¨®n y Pobreza. Chile celebrar¨¢ en diciembre un plebiscito para votar a favor o en contra de la segunda propuesta constitucional. Durante la campa?a de 2022 en el fracasado primer intento (62% rechaz¨®), las noticias falsas tuvieron un gran alcance en redes sociales. Valenzuela recuerda que se descubrieron p¨¢ginas web vinculadas a jefes de campa?as, candidatos y partidos pol¨ªticos. ¡°Es s¨²per dif¨ªcil rastrear cu¨¢nto ganan (a nivel monetario). Es una tarea pendiente en la que las plataformas de redes sociales podr¨ªan hacer mucho m¨¢s¡±, asegura el acad¨¦mico.
La falta de inter¨¦s de la ciudadan¨ªa en el actual proceso va a reducir la demanda y la oferta de desinformaci¨®n en comparaci¨®n a lo visto en la campa?a del a?o pasado, advierte Valenzuela. ¡°Como si se rechaza o aprueba no ser¨¢ demasiado distinto a la Constituci¨®n actual, hay menos inter¨¦s en desinformar como herramienta persuasiva¡±, aunque, anticipa, que la desinformaci¨®n y los ataques al sistema electoral van a ir aumentando una vez que arranque oficialmente la campa?a.
En un pa¨ªs que en la ¨²ltima d¨¦cada ha vivido ¡°una crisis tras otra¡± ¡ªpol¨ªtica, econ¨®mica, social, desastres naturales¡ª, se ha generado ¡°un contexto muy f¨¦rtil para la circulaci¨®n de la desinformaci¨®n¡±, se?ala el acad¨¦mico. ¡°Est¨¢ todo relacionado con todo: las crisis, el descontento contra las ¨¦lites, el estallido social de 2019. No es casual que sea una poblaci¨®n super desconfiada y mucho m¨¢s abierta a creer informaci¨®n de peor calidad¡±.
El que la gente cada vez quiera leer y escuchar opiniones que le den la raz¨®n no le preocupa tanto a Valenzuela como el que un porcentaje de la poblaci¨®n no quiera saber nada de pol¨ªtica y asuntos sociales. ¡°No es gente que busque sus ideas, porque no hay ideas. Es gente que hoy puede baipasear [pasar por el lado] cualquier discusi¨®n sobre un asunto importante. ?C¨®mo van a votar todos ellos? No me sorprende que las elecciones sean m¨¢s impredecibles que antes¡±, se?ala el acad¨¦mico, en alusi¨®n al voto obligatorio que en 2022 se repuso en Chile e incluy¨® todo un nuevo bols¨®n de votantes.
Valenzuela sostiene que aquellos que solo quieren entretenerse y viven ¡°en otro planeta¡± son los m¨¢s susceptibles a caer en las trampas de la desinformaci¨®n. Probablemente es ese 22% que dice que no saber qu¨¦ va a votar en el plebiscito de diciembre, seg¨²n la ¨²ltima encuesta Cadem, frente a un 54% que la rechazar¨¢ y un 24% que la aprobar¨¢.
El nivel con que el mundo est¨¢ plantando cara a los des¨®rdenes informativos, se?ala Valenzuela, es equivalente a la discusi¨®n sobre el cambio clim¨¢tico de la d¨¦cada de los noventa, donde tuvieron que pasar casi 15 a?os desde la Cumbre de R¨ªo de 1992 para lograr cierto consenso cient¨ªfico ¡ªy pol¨ªtico en una gran mayor¨ªa¡ª sobre t¨¦rminos y problem¨¢ticas que permiten hablar de crisis medioambiental. ¡°La gente quiere saber las soluciones a la desinformaci¨®n cuando todav¨ªa no est¨¢ claro el diagn¨®stico¡±, apunta el acad¨¦mico, quien remarca la dificultad de medir con regularidad ¡°un blanco en movimiento¡±: ayer pod¨ªa aparecer en un texto, hoy en un v¨ªdeo hiperrealistas realizado con inteligencia artificial y ma?ana qui¨¦n sabe d¨®nde.
Para hacer frente al problema, el Gobierno de Gabriel Boric cre¨® una Comisi¨®n Asesora contra la Desinformaci¨®n, cuyo objetivo es el estudio y an¨¢lisis del fen¨®meno de la desinformaci¨®n en plataformas digitales, excluyendo del an¨¢lisis los medios de prensa. La oposici¨®n critic¨® duramente la idea por poder abrir la puerta a una restricci¨®n a la libertad de prensa. ¡°Las cr¨ªticas desaparecieron porque no hay nada que criticar. Los expertos que la conforman son de primer nivel y en su primera entrega fueron muy sensibles a los posibles riesgos y beneficios de la regulaci¨®n de la informaci¨®n. Lo m¨¢s interesante va a venir cuando propongan qu¨¦ se puede hacer para combatir la desinformaci¨®n¡±, plantea Valenzuela, ¡°porque todav¨ªa no hay un consenso en el mundo sobre qu¨¦ hacer en materia legislativa¡±.
El investigador es esc¨¦ptico a apostar por la legislaci¨®n porque ¡°una soluci¨®n que funciona hoy puede que no necesariamente lo haga ma?ana y las leyes no cambian tan r¨¢pido como la tecnolog¨ªa¡±. Para eso, cree que las normas deben ir acompa?adas de programas de alfabetizaci¨®n digital y medios de comunicaci¨®n m¨¢s fortalecidos.
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