Huachipato en riesgo: con nervios de acero
Pese a ser uno de los candidatos al t¨ªtulo, el club que representa a la sider¨²rgica podr¨ªa sufrir una cruel paradoja: festejar en medio de la peor crisis productiva de la regi¨®n del B¨ªo B¨ªo, que dejar¨ªa sin trabajos a miles de obreros
Hace apenas dos a?os, Huachipato, el club de f¨²tbol que representa a los trabajadores de la sider¨²rgica m¨¢s importante de Chile, debi¨® irse a la Segunda Divisi¨®n. Un pol¨¦mico dictamen de la justicia deportiva y una posterior definici¨®n en cancha ¨Cque provoc¨® un enorme esc¨¢ndalo arbitral¨C le permitieron mantenerse en la divisi¨®n de honor, pero arrojando un manto de sospehas sobre la influencia de su propietario, Victoriano Cerda, en las decisiones de la Federaci¨®n chilena.
Hoy, dos a?os despu¨¦s, Huachipato es uno de los m¨¢s serios aspirantes al t¨ªtulo de campe¨®n, aunque una amenaza empa?a la alegr¨ªa: la empresa est¨¢ a punto de quebrar, y ha solicitado ayuda al Gobierno de Gabriel Boric para sobrevivir a la crisis que inquieta a m¨¢s de 20 mil trabajadores de una de las compa?¨ªas m¨¢s importantes de Talcahuano, en la regi¨®n del B¨ªo B¨ªo.
Huachipato es una voz mapuche que significa trampa para cazar aves. Cuando con el impulso del Estado y los privados se cre¨® la Compa?¨ªa de Aceros del Pac¨ªfico, en 1946, se intent¨® apoyar a la construcci¨®n y la infraestructura del pa¨ªs, que demandaba gran cantidad de acero. El club deportivo naci¨® al a?o siguiente, pero no fue hasta 1967 que logr¨® su ascenso a la divisi¨®n mayor del f¨²tbol.
Pese al nombre con ra¨ªz originaria, los s¨ªmbolos de la instituci¨®n son r¨¦plicas del escudo de los Steelers de Pittsburgh y los colores del Inter de Mil¨¢n. Huachipato es el ¨²nico cuadro campe¨®n de la zona sur de Chile, logrando alzar la copa los a?os 1974 y 2012, zanjando as¨ª una vieja disputa con instituciones m¨¢s representativas como Concepci¨®n, Fern¨¢ndez Vial, Naval, Lota Schwager o la m¨¢s reciente Universidad de Concepci¨®n que no alcanzaron ese logro, por lo que el club, pese a tener menos hinchada, es el m¨¢s poderoso de la regi¨®n.
Siempre amparado por la empresa, tuvo estadio propio, adecuadas instalaciones, una pol¨ªtica de captaci¨®n de los valores j¨®venes y activa representaci¨®n internacional, con dos Copas Libertadores y cinco Sudamericanas. Todo cambi¨®, sin embargo, cuando la sider¨²rgica, acogi¨¦ndose a la nueva legislaci¨®n, transform¨® al club en una sociedad an¨®nima deportiva.
Pese a que en los registros oficiales el Club Deportivo Huachipato, a trav¨¦s de sus socios, sigue teniendo un porcentaje mayoritario de la propiedad, sus verdaderos due?os, como acontece en casi todos los clubes del f¨²tbol chileno, son un misterio. Victoriano Cerda, un empresario vinculado al mundo de las aseguradoras de salud y con empresas dedicadas a la inversi¨®n financiera en para¨ªsos fiscales, siempre asumi¨® la representaci¨®n p¨²blicamente y ante la Asociaci¨®n Nacional, aunque tambi¨¦n habr¨ªa poderosas e influyentes empresas de gesti¨®n de futbolistas detr¨¢s de la sociedad.
El negocio esencial de los inversionistas es, precisamente, la venta de jugadores, y no ha sido casual que el club transfiera a sus principales figuras. Su comprador preferente de los ¨²ltimos a?os ha sido la Universidad de Chile. Y este a?o, pese a estar disputando el t¨ªtulo, no trepid¨® en vender a su principal figura, Javier Altamirano, a Estudiantes de la Plata.
La emergencia que hoy vive la empresa sider¨²rgica no golpea directamente al club, que s¨®lo sigue ocupando sus dependencias. Pero la eventual cesant¨ªa de miles de trabajadores directos o indirectos, y el eventual efecto domin¨® que provocar¨ªa el cierre de la usina en la regi¨®n, ponen en alerta a una zona econ¨®micamente muy deprimida del pa¨ªs. El factor primordial que esgrimen sus autoridades es que el acero subvencionado chino llega al pa¨ªs con un precio inferior al orden del 40 por ciento, lo que hace inviable la competencia sin protecci¨®n estatal. Una mesa de trabajo busca soluciones para una situaci¨®n compleja, que implica decisiones estrat¨¦gicas para una econom¨ªa global que se resiste a financiar la iniciativa privada.
Pese a su exitosa campa?a de la temporada, las asistencias al estadio (construido totalmente de acero) no superan las cuatro mil personas de promedio. La sobrevivencia est¨¢ severamente comprometida, en un a?o generoso en la cancha, pero inquietante en las tribunas.
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