Boric tropieza otra vez con sus indultos
La detenci¨®n de Luis Castillo toca mucho m¨¢s que el plebiscito que tendremos este domingo, y plantea dudas sobre c¨®mo se conducir¨¢ el Gobierno, cargando con sus propios errores, de cara a los dos largos a?os que le restan de su per¨ªodo
Ni en las peores pesadillas del Gobierno de Gabriel Boric sus dos grandes temores se hubieran reunido as¨ª: a la crisis de inseguridad que vive Chile ¨Cy sus nuevas formas de criminalidad¨C se le sum¨® uno de los indultados por el presidente. Luis Castillo, autodenominado El Insurrecto, fue detenido en un servicentro de Copiap¨® por una denuncia de secuestro extorsivo, seg¨²n la Fiscal¨ªa. Cuando la polic¨ªa inspeccion¨® el maletero del auto en que se desplazaba junto a cuatro personas, descubri¨® a un hombre maniatado, mientras al interior del veh¨ªculo se consum¨ªan alcohol y drogas.
El caso reflota uno de los errores m¨¢s profundos de la gesti¨®n de Boric en La Moneda, uno que para muchos divide aguas. Recapitulemos r¨¢pidamente: cuando la flamante ministra de Interior Carolina Toh¨¢ se aprestaba a firmar un acuerdo de seguridad con la oposici¨®n, un anuncio fren¨® en seco toda la gesti¨®n. La torpeza de la medida, consistente en liberar a 12 presos, juzgados por cr¨ªmenes comunes perpetrados en el contexto del estallido social de octubre de 2019, fue potenciada por una gesti¨®n comunicacional m¨¢s que deficiente. Se trat¨® de un gui?o a la facci¨®n m¨¢s radical del Gobierno, y termin¨® por dinamitar los puentes con quienes estaban dispuestos a conversar y negociar con el presidente. Vaya que le ha hecho falta esa capacidad de di¨¢logo durante estos meses.
En Chile, los indultos son una facultad personal¨ªsima del Primer Mandatario. Son una prerrogativa que tiene mucho de resabio mon¨¢rquico. Se supone que, al evaluar los antecedentes, el presidente toma sobre s¨ª el riesgo de la medida, que por lo mismo solo tiene un control de legalidad. El m¨¦rito pol¨ªtico de la decisi¨®n ¨Caquello que el ministro de Justicia Luis Cordero trat¨® de esconder una y otra vez bajo un manto de juridicidad¨C radica exclusivamente en quien toma la decisi¨®n: no en los medios, los matinales, la derecha ni las malas noticias. Por eso, a pesar de su enorme poder, en general se ejerce en casos bastante calificados.
Gabriel Boric estaba ¨Cy quiz¨¢s sigue estando¨C convencido de la bondad de su gesto. El 30 de diciembre de 2022, consultado por la prensa, reiter¨® que se trataba de una decisi¨®n muy meditada, que ¨¦l cumpl¨ªa sus compromisos, y que se sustentaba en una profunda convicci¨®n: ¡°Lo hago pensando en el bien de la Patria, creo que tenemos que sanar estas heridas (...) estos son j¨®venes que no son delincuentes¡±. Nada indica que la decisi¨®n contribuyera a sanar ninguna herida. M¨¢s bien lo contrario, y menos a la luz del desarrollo posterior.
El subsecretario de Interior, Manuel Monsalve lament¨® la reciente detenci¨®n de Luis Castillo, El Insurrecto: ¡°Siempre existe el riesgo de que haya una reincidencia¡±, dijo al conocer la noticia este jueves. Es cierto. Nadie puede controlar las consecuencias de sus actos hasta el ¨²ltimo detalle. Pero no se trata de una real sorpresa, sino de algo que fue advertido tanto por Gendarmer¨ªa (que no recomendaba la medida absolutoria por el extenso prontuario del beneficiado) como por la opini¨®n p¨²blica. Ni hoy ni entonces se trataba de exageraciones, sino de temores fundados, que fueron deso¨ªdos por el mandatario, y defendidos hasta el cansancio por sus partidarios. La historia les ha quitado el piso y ha probado el error que cometi¨® Boric con la medida. Lamentablemente, cuando fue consultado por el caso el viernes 15, respondi¨® que ¡°la oposici¨®n siempre me cr¨ªtica, no hay novedad en ello¡±, sin tomar el peso a la gravedad de la situaci¨®n.
El problema toca mucho m¨¢s que el plebiscito que tendremos este domingo 17 de diciembre, y plantea dudas sobre c¨®mo se conducir¨¢ el Gobierno, cargando con sus propios errores, de cara a los dos largos a?os que le restan de su per¨ªodo presidencial. A diferencia del caso Convenios, en el cual todav¨ªa no est¨¢n claros los indicios de una responsabilidad directa del Ejecutivo, aqu¨ª se reitera un patr¨®n sumamente preocupante. Ad portas de anuncios importantes, que podr¨ªan significar avances objetivos para una coalici¨®n debilitada ¨Clas conclusiones de la mesa de seguridad en 2022, el reajuste del sector p¨²blico y el refer¨¦ndum en 2023¨C el Gobierno se clava una estaca a s¨ª mismo. ?Ser¨¢n capaces de administrar lo que queda? ?Es posible que la ciudadan¨ªa conf¨ªe en una gesti¨®n que da muestras de desconexi¨®n d¨ªa a d¨ªa? Por c¨®mo se ha visto el Gobierno esta semana, nada indica que las respuestas a esas preguntas sean muy positivas.
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